jueves, 1 de diciembre de 2011

Cajamarca: ¿Bastión antiminero?

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 Informativo Virtual Nº 1164
Escribe: Iván Mendoza - El último conflicto desatado en Cajamarca a raíz de la construcción de Minas Conga es sin duda uno de los hitos que señalan el fin de la “luna de miel” para el nuevo gobierno de Ollanta Humala. Los dirigentes de la protesta, encabezados por el Presidente Regional, los líderes del Frente de Defensa y otros dirigentes acusan al Presidente Humala de haber traicionado el voto cajamarquino que supuestamente atrajo con un discurso anti-minero que contribuyó a su triunfo.
Las movilizaciones de miles de campesinos y pobladores en la ciudad de Cajamarca y los distritos del entorno de la mina proyectan una imagen de protesta masiva, a la que se habría sumado una amplia mayoría de la población. Se asume implícitamente que las posiciones pro-mineras son absolutamente minoritarias, aisladas y confinadas a un puñado de ejecutivos de Yanacocha, de empresarios agrupados en el Grupo Norte y en la Cámara de Comercio, así como a trabajadores y contratistas de la minera.
En las actuales circunstancias, con las constantes movilizaciones callejeras y la radicalidad de los discursos anti-mineros resulta difícil encontrar líderes, periodistas o simples ciudadanos que expresen abiertamente sus opiniones discrepantes pero ¿son realmente una ínfima minoría?
No existe manera de saberlo a ciencia cierta, aunque sí pueden encontrarse algunos indicios que permitirían matizar la imagen de una Cajamarca masivamente anti-minera; éstos pueden encontrarse en los resultados de las recientes elecciones regionales del 2010 y las dos vueltas de las presidenciales en el presente año. No se trata desde luego de evidencias contundentes, pero contribuyen a explorar y entender una parte de la realidad cajamarquina de estos días.
Todo esto desde luego, no busca deslegitimar la validez de los reclamos ni la necesidad de encontrar una solución democrática, consensuada y pacífica del conflicto, que preserve los derechos de la población al recurso agua y a gozar de los beneficios de la actividad minera en mayor y mejor medida de lo que hasta hoy ha venido ocurriendo. Simplemente, se trata de abordar una dimensión de la compleja y conflictiva realidad cajamarquina poco estudiada por los actores del conflicto y los analistas de la realidad regional, como es la existencia de sectores sociales importantes que no parecen ser anti-mineros.
LAS ELECCIONES REGIONALES DEL 2010: ¿ES MASIVO EL RADICALISMO ANTI-MINERO?
Las elecciones de octubre del 2010 son bastante sugerentes. El actual Presidente Regional, con una campaña basada en un discurso más radical del que posteriormente usaría el propio Ollanta Humala, tenía en su oposición a la minería un componente central. Sin embargo, logró alzarse con el triunfo con apenas un 30.75% de los votos válidos, superando por décimas la valla que lo hubiera obligado a ir a una segunda vuelta, en una contienda en que sus rivales quedaron además bastante lejos. Su victoria quedó asegurada sólo luego de que las autoridades anularan la candidatura del fujimorista Absalón Vásquez, favorito según las encuestas del momento. Tierra y Libertad (TyL), la agrupación del padre Marco Arana, conocido por su posición decididamente ambientalista y crítica de la minería tuvo peores resultados, logrando apenas el 4.3%.
La provincia de Cajamarca, teatro actual de las movilizaciones y sede de los grandes proyectos mineros, le fue esquiva, descendiendo allí su votación al 23.8%. El candidato de Tierra y Libertad cae al 1.8%. En Celendín, otra de las provincias afectadas por el proyecto Conga, a Gregorio Santos le fue mejor, obteniendo el 29.6%, aunque sin alcanzar su promedio regional. El candidato de TyL se hundió al 1.04%.
A nivel distrital, y considerando solamente los de Cajamarca, Encañada y Baños del Inca, los que forman parte del área de influencia directa de Yanacocha, se confirma la tendencia: Gregorio Santos obtiene, respectivamente, el 26.6%, 23.5% y 23.4%. TyL, por su parte, alcanza el 2.4%, 0.8% y 0.9%. En los distritos de Huasmín y Sorochuco, áreas donde se ubica el cuestionado proyecto Conga, el actual Presidente Regional sube su votación al 40% en ambos casos, pero TyL obtiene apenas el 0.2%.
El Presidente Gregorio Santos captó sus mayores apoyos en las provincias de Jaén, San Ignacio y Chota, áreas alejadas de las zonas de protestas contra la minería, lo que a la postre le permitió ganar. Muchos factores influyeron sin duda en su triunfo, pero el radicalismo anti-minero no parece haber jugado un rol decisivo en ello. Los pobres resultados del candidato de TyL muestran además que hace falta algo más que un discurso ambientalista para captar la adhesión masiva de los cajamarquinos.
LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DEL 2011: ¿CAPTÓ OLLANTA EL VOTO DE PROTESTA ANTI-MINERA?
Los resultados de las elecciones presidenciales del 2011 en Cajamarca sugieren también algunas ideas parecidas. Como ya se ha mencionado, las acusaciones al Presidente Ollanta Humala por haber supuestamente traicionado a sus electores al pronunciarse a favor de la continuación del proyecto Conga, insinúan de alguna manera que es gracias a su discurso contra la minería que ganó las elecciones, lo que se trata de probar mostrando los videos de sus mítines en los que él asume posiciones a favor de la defensa del agua.
Las cifras de la primera vuelta no sustentan sino débilmente la idea: en ésta, Keiko Fujimori, candidata a la que difícilmente podemos incluir en el bando contrario a la minería, se alzó con el triunfo, superando a Humala en algo más de 3 puntos (34.05% versus 31.55%), obteniendo Toledo un expectante 22.25%. Es cierto que en segunda vuelta, Ollanta logra finalmente imponerse de manera ajustada (51.15% de los votos válidos), pero esto no refleja que Cajamarca haya sido un bastión del nacionalismo anti-minero.
Examinando la votación de ambas vueltas en las provincias de Cajamarca y Celendín, epicentro de las movilizaciones en curso, el panorama es aún más claro: en la primera, Keiko obtiene el 43% y en la segunda el 61%, versus el 21% y 39% de Ollanta, cifras contundentes que demuestran la amplia preferencia de estas zonas por el fujimorismo y lo poco que el discurso supuestamente anti-minero de Ollanta prendió.
Adicionalmente, los distritos de Cajamarca, Encañada y Baños del Inca mostraron una firme adhesión a la candidatura de Keiko Fujimori, que en primera vuelta triunfó en Cajamarca por 36% versus 22% de Humala; en Encañada gana por 59% a 23% y en Baños por 63% a 15%. En la segunda vuelta, K. Fujimori obtuvo, respectivamente, el 58%, 65% y 75%. Si el candidato Humala apeló a un discurso cuestionador de la minería para obtener adhesiones, es evidente que aquí no lo logró.
En los distritos de Huasmín y Sorochuco, que al igual que Encañada, forman parte del área de influencia directa de Minas Conga, los resultados en primera vuelta tampoco favorecieron a OH; en el primero obtuvo el 29.5% versus el 52% del ex – presidente Toledo, mientras en Sorochuco tuvo que contentarse con el tercer lugar (20%), ampliamente superado por K. Fujimori y Toledo, con 45.6% y 30%, respectivamente. En segunda vuelta, en Huasmín, Ollanta logra ganar con el 70%, pero pierde en Sorochuco al obtener el 43%.
VISIBILIZANDO A LOS INVISIBLES
Estos resultados relativizan varias cosas: en primer lugar, que Cajamarca haya sido un bastión del nacionalismo supuestamente enemigo de la minería (logró ganar estrechamente); y en segundo lugar, que el discurso anti-minero haya atraído la adhesión masiva a la candidatura de Humala de los electores de la región, o al menos de las provincias que albergan a las grandes compañías; sus mayores apoyos los obtuvo en provincias donde esta actividad es casi marginal como ocurre en Jaén y San Ignacio.
No es posible establecer correlaciones directas entre el voto presidencial y actitudes ante la minería puesto que, por un lado, el elector decide en función de múltiples factores y, por otro lado, la oposición a aquélla puede ser transversal a todas las fuerzas políticas. Pese a ello, no es descabellado pensar que el apoyo a la candidatura de Fujimori difícilmente expresa un sentimiento anti-minero, menos aún en las áreas directamente influenciadas por la presencia de la empresa Yanacocha. La votación relativamente importante obtenida por el ex –presidente Toledo tampoco podría haber canalizado las aspiraciones de sectores radicales opuestos a la minería. El 14% de los votos obtenidos por PPK en la provincia de Cajamarca, con menor certeza aún provienen de militantes opuestos a tal actividad.
Por lo tanto, esta correlación entre voto duro fujimorista y presencia minera podría estar insinuando la existencia de una suerte de “mayoría silenciosa” cuyo peso es por ahora difícil de cuantificar. Se trataría de un sector aparentemente nutrido, no organizado y no movilizado, con sesgo urbano, aunque con cierta presencia rural, que quizás no se sienta representado ni interpretado en el actual movimiento, y que probablemente no percibe a la minería como un problema álgido o una amenaza a su modo de vida, teniendo más bien apertura y disposición a aceptar las inversiones en este rubro. Por estas y otras razones, es posible que los candidatos que simbolizan una oposición radical a la minería no lograron buenos resultados en la estratégica provincia de Cajamarca y sus distritos inmediatos.
Finalmente, no está de más recordar que, en primera vuelta, el fujimorismo agrupado en Fuerza 2011 logró hacer elegir a 3 de los 6 congresistas del departamento. La pregunta es ¿Dónde están estos representantes del pueblo cajamarquino? En una coyuntura política tan complicada y polarizada como la que vive su región, no pueden seguir escondiéndose. Si se identifican con las reivindicaciones del movimiento anti-mina, pues es hora de que lo manifiesten y no dejen que este sea monopolizado por un sector político; y si están de acuerdo con que la inversión minera y la construcción de Conga continúe, sería muy saludable escuchar sus propuestas y verlos defendiendo sus ideas democráticamente, con mayor razón aun considerando que una de las elegidas, la congresista Cecilia Chacón, presidió anteriormente la Comisión de Energía y Minas, y tiene experiencia en la materia. Es inaceptable que políticos con esa responsabilidad se peguen a la pared o miren al cielo intentando “pasar piola”. Algo parecido puede decirse de Perú Posible, cuyo candidato obtuvo también una votación importante en Cajamarca.

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