Miercoles, 15 de julio de 2009
LIMA NORTE PERU¿DE QUÉ NOS SIRVE UN MINISTRO COMO AURELIO PASTOR? (I)Renuncio al APRA para trabajar con el fujimontesinismo
En la historia del Perú se ha visto mucha sinvergüencería y corrupción, pero ninguna comparada con lo que hoy viene ocurriendo.
Al Parecer, el Presidente García ha decidido cobijar en su gestión una sarta de sujetos que debían estar presos como es el caso del actual Ministro de Justicia a quien no solo se le acusa de ser autor intelectual del asesinato de dos militantes del partido aprista a la fecha no esclarecido, sino también, de haber renunciado al partido aprista para ponerse al servicio del chino rata.ADJUNTAMOS CARTA DE RENUNCIA AL PAP DEL MINISTRO DE JUSTICIAFuente: Cesar Vásquez
Lima, 29 de agosto de 2000
Compañero JORGE DEL CASTILLO GÁLVEZ
Secretario General del Partido Aprista Peruano
Av. Alfonso Ugarte 1012 - Lima
Presente.-
De mi consideración:Me dirijo a Ud. y por su intermedio al Comité Ejecutivo Nacional del PAP para expresar RENUNCIA A MI CONDICION DE MILITANTE DE LA ESTRUCTURA DEL PARTIDO APRISTA PERUANO en razón de los siguientes fundamentos:
1. Por decisión voluntaria, sin presiones de tipo familiar ni amical, me incorporé en 1984, a los 16 años, al Partido Aprista Peruano, seducido por la fortaleza de sus principios democráticos y por el ejemplo de lucha que durante el presente siglo los dirigentes y fundamentalmente el Jefe Víctor Raúl Haya de la Torre habían desarrollado en aras de construir un país con pan y libertad, con igualdad y con justicia. Mi convicción partidaria me llevó a desarrollar una intensa actividad para difundir y defender los principios apristas. Fui durante toda mi vida universitaria, dirigente del Partido, llegando a ocupar la Secretaría General del Comando Universitario Aprista de la Universidad Católica. En nombre del APRA fui elegido miembro de la Asamblea Universitaria en momentos en que ya resultaba difícil ser candidato del aprismo y cuando nuestro gobierno soportaba el sabotaje y la persecución permanente de la derecha de entonces.
2. Como profesional me incorporé de inmediato al trabajo partidario nacional. Estuve siempre a su lado, caminando el país, defendiendo nuestra posición y alentando a nuestros compañeros para romper el letargo que trataba de ganar nuestra moral y nuestra fe.
3. Asumí por voluntad de nuestros militantes dos cargos nacionales en las elecciones internas que nadie jamás cuestionó. Durante estos años asumí la tarea de levantar al Partido en San Martín, mi departamento de origen. Formé comités donde ya no existían y recuperé para el aprismo una inmensa militancia que había abandonado nuestras líneas. Prediqué con el ejemplo, con mi capacidad profesional y con la decencia de mis actos. Involucre a los independientes en un sueño que otros se habían encargado de dilapidar en los años precedentes. La gente volvió a confiar en el Partido.
4. Postulé en las últimas elecciones internas para ser candidato al Congreso de la república. Visité cada pueblo y convoqué a gentes de diversos pensamientos a pesar de las dificultades. Mi convicción y mi franqueza alentó las expectativas hacia el APRA. Fui sincero con mi pueblo y éste me acompañó con ilusión. Gané por voluntad de la gente la segunda votación del país, lo cual no se reflejó en la composición de la lista parlamentaria en donde fui relegado al 13avo. Lugar. Aún así competí con entusiasmo y llevé mis propuestas a todo el país.
5. Las primeras proyecciones me situaron en un lugar expectante en cuanto al resultado electoral. La revisión posterior de las actas confirmaron lo que los medios de comunicación ya anunciaban. Gané un lugar en el Congreso de la República y empezó la deslealtad. Mientras luchaba acompañado de un puñado de jóvenes compañeros para que el JNE y la ONPE reconocieran mi triunfo, al interior del Partido se me cuestionaba y atacaba. Empecé a luchar no sólo contra la intención de fraude sino contra mis propios compañeros. Se desnudaron algunos temores que antes, por inocencia o buena fe, no había percibido.
6. Durante el almuerzo realizado para celebrar el cumpleaños del ex Presidente Alan García, un viejo líder a quién siempre admiré y consideré por su trayectoria, por su ejemplo de lucha y por su amistad con mi abuelo materno, Armando Villanueva, pidió mi pase a disciplina por haber cometido el acto infraterno de solicitar al JNE que se anulen los votos que irregularmente se le otorgaban a otra candidata del partido que además competía directamente conmigo. ¿Era ese un acto de lealtad y compañerismo frente a quien lo único que pedía era justicia? Por supuesto que no.
7. La entonces compañera Ruby Rodríguez insultó a mi pueblo tildando a mis paisanos sanmartinenses de ignorantes y analfabetos. Frente a tamaña afrenta el Partido no expresó protesta alguna a pesar de los justificados reclamos de los Secretarios Generales de San Martín. Peor aún, se hizo un hielo conmigo y se me señaló como el culpable de la pérdida de la Célula Parlamentaria Aprista. Nadie defendió mi derecho.
8. La hoy congresista Cabanillas, a quien jamás hice daño ni desplante alguno, realizó bajadas a todas las bases del Partido que pudo, con la única intención de mancillar mi honor acusándome de haber fraguado mi votación en San Martín. Los colaboradores de otros congresistas, como Gerardo Morris, utilizaron los teléfonos del Congreso de la República para llamar a nivel nacional e internacional a fin de transmitir los detalles del fraude perpetrado por Pastor. Se motivaron dos auditorías de ONPE para revisar mi votación y JAMAS se probó que me haya aprovechado ilegalmente de voto alguno.
9. Cuando me tocó luchar en el JNE para que se respete mi votación el Partido se hizo de la vista gorda. En otras palabras, más allá de la colaboración de leales compañeros como Tayo Barreda, Hugo Sam, César Calderón, Jhony Mejía, Carlos Román, la cúpula del Partido me abandonó a mi suerte. Tuve que defenderme sólo ante el JNE y ante los agravios de mis propios compañeros. A pesar de eso jamás utilicé una tribuna pública para acusar a nadie, ni siquiera a Ruby Rodríguez que se despachaba a diario en todos los medios de comunicación para atacarme y presentarme como corrupto. Guardé respeto a las normas del Partido y nunca hice públicas mis quejas. Pedí apoyo a todos para que me ayudaran a obtener justicia de los miembros del JNE. Lamentablemente nadie hizo gestión alguna que permitiera atención a mi caso.
10. Los medios de comunicación se olvidaron de mí, a pesar de la injusticia que venía sufriendo. A todos se les alcanzó copias de las pruebas pero nadie en el Partido gestionó que se me atendiera. Mi caso pasó desapercibido de manera escandalosa.
11. Nadie reconoció jamás mi esfuerzo en momentos en que una palmada de aliento o un gesto del CEN hubiera sido suficiente para motivar mi continuación en la lucha. Sólo el ex Presidente García tuvo el inolvidable gesto de felicitar mi resultado a través de unas líneas por correo electrónico. ¿Qué pasó con la fraternidad del Partido y el compañerismo?
12. En momento inoportuno por las circunstancias que se vivían al interior del PAP fui separado de la Asesoría Parlamentaria de su Despacho. Esto se entendió en el interior como una falta de respaldo a mi accionar y para muchos significó, maliciosamente, la corroboración de mi participación en un fraude. En política c. Secretario General, las decisiones deben ser tomadas en tiempo y forma oportuna, como usted mismo me lo enseñó en todos estos años a su lado.
13. Arriesgué por el Partido la estabilidad de mi familia, le di mis mejores años y momentos poniendo generalmente mis compromisos partidarios antes que los familiares. Me entregué a un trabajo consecuente y permanente y guardé lealtad en todo momento. Mi conducta personal fue el reflejo que el APRA quería mostrar hacia fuera. La muestra que el Partido permanecía vigente en ideas y valores políticos y personales.
14. En un momento sumamente difícil para mi familia, como usted. Lo sabe, se presentó la oportunidad de brindar asesoría profesional a una Comisión del Parlamento. A pesar de mi malestar por el trato recibido y por la necesidad del trabajo, antes de aceptar el encargo consulté con usted la decisión a tomar. Nunca se me prohibió incorporarme al trabajo. Al contrario, se consideró que el tema al interior del Partido se podía manejar. Consulté también con el c. Alva Castro y él consideró que tratándose de un encargo profesional y técnico a nadie podía negarse el derecho a trabajar. Lamento que hoy, frente a los comentarios interesados de algunos dirigentes, esto no se haga público.
15. Hoy se pide de manera injusta mi cabeza. Algunos claman por una expulsión inmediata por traición al Partido. Rechazo esos términos. Resulta injusto e inaceptable que se pretenda expulsarme o suspender mi militancia condenándome a una congeladora partidaria para evitar que en el futuro pueda ser dirigente o candidato del Partido. Sé que causa temor mi presencia para muchos. Cometí el error de demostrar que los jóvenes podíamos competir de igual a igual con los mayores. Abrí una puerta de esperanza para las nuevas generaciones que injustificadamente soportan hoy las limitaciones de un Partido que no les ofrece alternativa de poder. Nosotros no destrozamos al Partido, lo encontramos así. Fueron Uds. quienes recibieron de Haya de la Torre la herencia de un Partido poderoso y ejemplar, que seducía a las mayorías con el ejemplo de sus líderes y la fuerza moral de su prédica ideológica y revolucionaria. Gracias a esta herencia pudieron gobernar en nombre de los pobres y para ellos. El objetivo no se cumplió por diversos motivos que internamente hemos discutido en largas jornadas y que no vale la pena hoy recordar. Lo que por el contrario no debemos olvidar, es la gestión de muchos que hoy me acusan y que en su momento utilizaron el poder para beneficio personal y destruyeron la moral del PAP.
16. ¿Cómo puede César Vásquez Bazán acusarme de vendido y traidor si su sólo recuerdo escarapela la piel de los peruanos por el desastre de su gestión y su incapacidad profesional para manejar la economía? ¿No es verdad acaso que tuvo que auto exiliarse en Estados Unidos para evitar dar la cara cuando el país crucificaba a nuestro Partido? ¿Por qué no tiene la decencia de regresar y explicar el detalle del desastre que generó? ¡Que fácil es esconderse tras una computadora a miles de kilómetros del país y petardear deslealmente contra quienes no tenemos responsabilidad en la caída del partido! ¡Qué cobarde que resulta esconderse tras la figura de Alan García y culparlo por toda la gestión de gobierno! El ex Presidente tiene responsabilidad, es verdad, pero creo que la mayor parte de esta recae en haber convocado al gobierno a gente con César Vásquez que no tenía ninguna condición para interpretar la necesidad del país y la misión histórica del PAP.
17. ¿Cómo puede hoy la congresista Cabanillas alentar mi expulsión sin recordar que treinta años fue colaboradora de la dictadura desde el SINAMOS? ¿No es verdad acaso que cuando se planteó al interior del CEN desconocer el resultado electoral para reclamar las dos curules que se le habían arrebatado al APRA ella se opuso porque su elección era legítima y nadie podía ponerla en tela de juicio? ¡Qué clase de lealtad al Partido y al país es aquella que lucha únicamente por sus propios intereses sin interesar el beneficio del PAP! Lamentablemente, c. Secretario general, hace mucho que se perdió en la cúpula la mística del Partido. Son los intereses personales los que priman y los que tienen mayor valor.
18. ¿Cómo puede el Secretario Nacional de Disciplina Eleodoro Calderón pedir mi expulsión con la conducta personal que ha desarrollado en su vida, con la irregularidad con que maneja su cargo, con la forma matonesca con que utilizando armas de fuego pretende amedrentar a los compañeros?
19. No acepto estos cuestionamientos por la gente de quien viene. Si algo mantiene la grandeza aprista es su pueblo. Aquel que día a día, sin interés alguno dedica sus mejores horas y su vida entera a mantener vigente la presencia del Partido en sus familias, en sus barrios, en sus comunidades. De ellos acepto cualquier crítica y les pido perdón por mis decisiones. Con ellos mi compromiso permanente.
20. Nadie puede poner en tela de juicio mi profesionalismo y mi decencia. A nadie jamás ofendí. No he lucrado con los fondos del país y a nadie jamás estafé ni le vendí gato por liebre. Mis compromisos siempre los he honrado, con la gente y con mi familia. Por ello rechazo los agravios de aquellos que sin tener autoridad moral me cuestionan. No acepto que se pretenda cuestionar mi moral ni que se me trate como un pesetero que vendió sus principios y olvidó sus orígenes. Soy aprista y lo seré por siempre. Políticamente y personalmente. No acepté un trabajo para negociar desde el poder. Lo hice porque tengo derecho a trabajar para mantener a mi familia y porque estoy calificado para el cargo. Jamás lucraré con el poder porque mi formación y mi decencia no me pertenecen, le pertenece a mi familia y a mis hijos, quienes nunca serán señalados por deshonestidades ni inmoralidades de su padre, como yo nunca fui señalado por los míos.
21. Voy a continuar vinculado a la política desde el lugar en que pueda colaborar para que el sueño de Víctor Raúl se haga realidad algún día. He sido formado para liderar y he demostrado tener condiciones para ello. No pasaré el resto de mis días en una congeladora que me impida desarrollar políticamente. No aceptaré jamás bajar la cabeza ni ser señalado. Eso no es aprista. Algún día, con una nueva generación y una nueva conducta, sin la presencia de sujetos vetados por el pueblo, volveremos a convocar a las masas con autoridad moral y con consecuencia, para continuar con el sueño de Haya y para construir una patria para todos y con todos.
22. Debo, finalmente, agradecer al Partido todas las oportunidades que me brindó en estos años. A usted por su confianza y por su ejemplo de honestidad y perseverancia. A todos los que para siempre serán mis compañeros en los principios y compromisos. Al pueblo aprista, especialmente al sanmartinense, por su cariño y su ilusión y porque sé que más allá del cuestionamiento que hoy se me hace, en silencio o a través de una llamada cada día me demuestra su solidaridad.
Por mi honor y el de mi familia, porque no acepto ser cuestionado inmerecidamente y porque no estoy dispuesto a que quienes no tienen autoridad moral trafiquen con mi nombre y logren expulsarme, haciéndome aparecer ante la opinión pública y el Partido como traidor indeseable, RENUNCIO A MI CONDICION DE MILITANTE DE LA ESTRUCTURA DEL PARTIDO APRISTA PERUANO, a la cual jamás deshonré.
Espero que mi decisión no afecte los lazos de amistad que durante todos estos años se han generado con los apristas honestos y sobre todo con quienes generacionalmente esperamos tener la oportunidad para reivindicar al aprismo.
Espero, finalmente, volver a la militancia algún día, cuando la fraternidad, el compañerismo, la lealtad, la honestidad y la decencia vuelvan a ser reglas obligatorias en el APRA.
Fraternalmente,
Aurelio Pastor Valdivieso
DNI 08273017
Al Parecer, el Presidente García ha decidido cobijar en su gestión una sarta de sujetos que debían estar presos como es el caso del actual Ministro de Justicia a quien no solo se le acusa de ser autor intelectual del asesinato de dos militantes del partido aprista a la fecha no esclarecido, sino también, de haber renunciado al partido aprista para ponerse al servicio del chino rata.ADJUNTAMOS CARTA DE RENUNCIA AL PAP DEL MINISTRO DE JUSTICIAFuente: Cesar Vásquez
Lima, 29 de agosto de 2000
Compañero JORGE DEL CASTILLO GÁLVEZ
Secretario General del Partido Aprista Peruano
Av. Alfonso Ugarte 1012 - Lima
Presente.-
De mi consideración:Me dirijo a Ud. y por su intermedio al Comité Ejecutivo Nacional del PAP para expresar RENUNCIA A MI CONDICION DE MILITANTE DE LA ESTRUCTURA DEL PARTIDO APRISTA PERUANO en razón de los siguientes fundamentos:
1. Por decisión voluntaria, sin presiones de tipo familiar ni amical, me incorporé en 1984, a los 16 años, al Partido Aprista Peruano, seducido por la fortaleza de sus principios democráticos y por el ejemplo de lucha que durante el presente siglo los dirigentes y fundamentalmente el Jefe Víctor Raúl Haya de la Torre habían desarrollado en aras de construir un país con pan y libertad, con igualdad y con justicia. Mi convicción partidaria me llevó a desarrollar una intensa actividad para difundir y defender los principios apristas. Fui durante toda mi vida universitaria, dirigente del Partido, llegando a ocupar la Secretaría General del Comando Universitario Aprista de la Universidad Católica. En nombre del APRA fui elegido miembro de la Asamblea Universitaria en momentos en que ya resultaba difícil ser candidato del aprismo y cuando nuestro gobierno soportaba el sabotaje y la persecución permanente de la derecha de entonces.
2. Como profesional me incorporé de inmediato al trabajo partidario nacional. Estuve siempre a su lado, caminando el país, defendiendo nuestra posición y alentando a nuestros compañeros para romper el letargo que trataba de ganar nuestra moral y nuestra fe.
3. Asumí por voluntad de nuestros militantes dos cargos nacionales en las elecciones internas que nadie jamás cuestionó. Durante estos años asumí la tarea de levantar al Partido en San Martín, mi departamento de origen. Formé comités donde ya no existían y recuperé para el aprismo una inmensa militancia que había abandonado nuestras líneas. Prediqué con el ejemplo, con mi capacidad profesional y con la decencia de mis actos. Involucre a los independientes en un sueño que otros se habían encargado de dilapidar en los años precedentes. La gente volvió a confiar en el Partido.
4. Postulé en las últimas elecciones internas para ser candidato al Congreso de la república. Visité cada pueblo y convoqué a gentes de diversos pensamientos a pesar de las dificultades. Mi convicción y mi franqueza alentó las expectativas hacia el APRA. Fui sincero con mi pueblo y éste me acompañó con ilusión. Gané por voluntad de la gente la segunda votación del país, lo cual no se reflejó en la composición de la lista parlamentaria en donde fui relegado al 13avo. Lugar. Aún así competí con entusiasmo y llevé mis propuestas a todo el país.
5. Las primeras proyecciones me situaron en un lugar expectante en cuanto al resultado electoral. La revisión posterior de las actas confirmaron lo que los medios de comunicación ya anunciaban. Gané un lugar en el Congreso de la República y empezó la deslealtad. Mientras luchaba acompañado de un puñado de jóvenes compañeros para que el JNE y la ONPE reconocieran mi triunfo, al interior del Partido se me cuestionaba y atacaba. Empecé a luchar no sólo contra la intención de fraude sino contra mis propios compañeros. Se desnudaron algunos temores que antes, por inocencia o buena fe, no había percibido.
6. Durante el almuerzo realizado para celebrar el cumpleaños del ex Presidente Alan García, un viejo líder a quién siempre admiré y consideré por su trayectoria, por su ejemplo de lucha y por su amistad con mi abuelo materno, Armando Villanueva, pidió mi pase a disciplina por haber cometido el acto infraterno de solicitar al JNE que se anulen los votos que irregularmente se le otorgaban a otra candidata del partido que además competía directamente conmigo. ¿Era ese un acto de lealtad y compañerismo frente a quien lo único que pedía era justicia? Por supuesto que no.
7. La entonces compañera Ruby Rodríguez insultó a mi pueblo tildando a mis paisanos sanmartinenses de ignorantes y analfabetos. Frente a tamaña afrenta el Partido no expresó protesta alguna a pesar de los justificados reclamos de los Secretarios Generales de San Martín. Peor aún, se hizo un hielo conmigo y se me señaló como el culpable de la pérdida de la Célula Parlamentaria Aprista. Nadie defendió mi derecho.
8. La hoy congresista Cabanillas, a quien jamás hice daño ni desplante alguno, realizó bajadas a todas las bases del Partido que pudo, con la única intención de mancillar mi honor acusándome de haber fraguado mi votación en San Martín. Los colaboradores de otros congresistas, como Gerardo Morris, utilizaron los teléfonos del Congreso de la República para llamar a nivel nacional e internacional a fin de transmitir los detalles del fraude perpetrado por Pastor. Se motivaron dos auditorías de ONPE para revisar mi votación y JAMAS se probó que me haya aprovechado ilegalmente de voto alguno.
9. Cuando me tocó luchar en el JNE para que se respete mi votación el Partido se hizo de la vista gorda. En otras palabras, más allá de la colaboración de leales compañeros como Tayo Barreda, Hugo Sam, César Calderón, Jhony Mejía, Carlos Román, la cúpula del Partido me abandonó a mi suerte. Tuve que defenderme sólo ante el JNE y ante los agravios de mis propios compañeros. A pesar de eso jamás utilicé una tribuna pública para acusar a nadie, ni siquiera a Ruby Rodríguez que se despachaba a diario en todos los medios de comunicación para atacarme y presentarme como corrupto. Guardé respeto a las normas del Partido y nunca hice públicas mis quejas. Pedí apoyo a todos para que me ayudaran a obtener justicia de los miembros del JNE. Lamentablemente nadie hizo gestión alguna que permitiera atención a mi caso.
10. Los medios de comunicación se olvidaron de mí, a pesar de la injusticia que venía sufriendo. A todos se les alcanzó copias de las pruebas pero nadie en el Partido gestionó que se me atendiera. Mi caso pasó desapercibido de manera escandalosa.
11. Nadie reconoció jamás mi esfuerzo en momentos en que una palmada de aliento o un gesto del CEN hubiera sido suficiente para motivar mi continuación en la lucha. Sólo el ex Presidente García tuvo el inolvidable gesto de felicitar mi resultado a través de unas líneas por correo electrónico. ¿Qué pasó con la fraternidad del Partido y el compañerismo?
12. En momento inoportuno por las circunstancias que se vivían al interior del PAP fui separado de la Asesoría Parlamentaria de su Despacho. Esto se entendió en el interior como una falta de respaldo a mi accionar y para muchos significó, maliciosamente, la corroboración de mi participación en un fraude. En política c. Secretario General, las decisiones deben ser tomadas en tiempo y forma oportuna, como usted mismo me lo enseñó en todos estos años a su lado.
13. Arriesgué por el Partido la estabilidad de mi familia, le di mis mejores años y momentos poniendo generalmente mis compromisos partidarios antes que los familiares. Me entregué a un trabajo consecuente y permanente y guardé lealtad en todo momento. Mi conducta personal fue el reflejo que el APRA quería mostrar hacia fuera. La muestra que el Partido permanecía vigente en ideas y valores políticos y personales.
14. En un momento sumamente difícil para mi familia, como usted. Lo sabe, se presentó la oportunidad de brindar asesoría profesional a una Comisión del Parlamento. A pesar de mi malestar por el trato recibido y por la necesidad del trabajo, antes de aceptar el encargo consulté con usted la decisión a tomar. Nunca se me prohibió incorporarme al trabajo. Al contrario, se consideró que el tema al interior del Partido se podía manejar. Consulté también con el c. Alva Castro y él consideró que tratándose de un encargo profesional y técnico a nadie podía negarse el derecho a trabajar. Lamento que hoy, frente a los comentarios interesados de algunos dirigentes, esto no se haga público.
15. Hoy se pide de manera injusta mi cabeza. Algunos claman por una expulsión inmediata por traición al Partido. Rechazo esos términos. Resulta injusto e inaceptable que se pretenda expulsarme o suspender mi militancia condenándome a una congeladora partidaria para evitar que en el futuro pueda ser dirigente o candidato del Partido. Sé que causa temor mi presencia para muchos. Cometí el error de demostrar que los jóvenes podíamos competir de igual a igual con los mayores. Abrí una puerta de esperanza para las nuevas generaciones que injustificadamente soportan hoy las limitaciones de un Partido que no les ofrece alternativa de poder. Nosotros no destrozamos al Partido, lo encontramos así. Fueron Uds. quienes recibieron de Haya de la Torre la herencia de un Partido poderoso y ejemplar, que seducía a las mayorías con el ejemplo de sus líderes y la fuerza moral de su prédica ideológica y revolucionaria. Gracias a esta herencia pudieron gobernar en nombre de los pobres y para ellos. El objetivo no se cumplió por diversos motivos que internamente hemos discutido en largas jornadas y que no vale la pena hoy recordar. Lo que por el contrario no debemos olvidar, es la gestión de muchos que hoy me acusan y que en su momento utilizaron el poder para beneficio personal y destruyeron la moral del PAP.
16. ¿Cómo puede César Vásquez Bazán acusarme de vendido y traidor si su sólo recuerdo escarapela la piel de los peruanos por el desastre de su gestión y su incapacidad profesional para manejar la economía? ¿No es verdad acaso que tuvo que auto exiliarse en Estados Unidos para evitar dar la cara cuando el país crucificaba a nuestro Partido? ¿Por qué no tiene la decencia de regresar y explicar el detalle del desastre que generó? ¡Que fácil es esconderse tras una computadora a miles de kilómetros del país y petardear deslealmente contra quienes no tenemos responsabilidad en la caída del partido! ¡Qué cobarde que resulta esconderse tras la figura de Alan García y culparlo por toda la gestión de gobierno! El ex Presidente tiene responsabilidad, es verdad, pero creo que la mayor parte de esta recae en haber convocado al gobierno a gente con César Vásquez que no tenía ninguna condición para interpretar la necesidad del país y la misión histórica del PAP.
17. ¿Cómo puede hoy la congresista Cabanillas alentar mi expulsión sin recordar que treinta años fue colaboradora de la dictadura desde el SINAMOS? ¿No es verdad acaso que cuando se planteó al interior del CEN desconocer el resultado electoral para reclamar las dos curules que se le habían arrebatado al APRA ella se opuso porque su elección era legítima y nadie podía ponerla en tela de juicio? ¡Qué clase de lealtad al Partido y al país es aquella que lucha únicamente por sus propios intereses sin interesar el beneficio del PAP! Lamentablemente, c. Secretario general, hace mucho que se perdió en la cúpula la mística del Partido. Son los intereses personales los que priman y los que tienen mayor valor.
18. ¿Cómo puede el Secretario Nacional de Disciplina Eleodoro Calderón pedir mi expulsión con la conducta personal que ha desarrollado en su vida, con la irregularidad con que maneja su cargo, con la forma matonesca con que utilizando armas de fuego pretende amedrentar a los compañeros?
19. No acepto estos cuestionamientos por la gente de quien viene. Si algo mantiene la grandeza aprista es su pueblo. Aquel que día a día, sin interés alguno dedica sus mejores horas y su vida entera a mantener vigente la presencia del Partido en sus familias, en sus barrios, en sus comunidades. De ellos acepto cualquier crítica y les pido perdón por mis decisiones. Con ellos mi compromiso permanente.
20. Nadie puede poner en tela de juicio mi profesionalismo y mi decencia. A nadie jamás ofendí. No he lucrado con los fondos del país y a nadie jamás estafé ni le vendí gato por liebre. Mis compromisos siempre los he honrado, con la gente y con mi familia. Por ello rechazo los agravios de aquellos que sin tener autoridad moral me cuestionan. No acepto que se pretenda cuestionar mi moral ni que se me trate como un pesetero que vendió sus principios y olvidó sus orígenes. Soy aprista y lo seré por siempre. Políticamente y personalmente. No acepté un trabajo para negociar desde el poder. Lo hice porque tengo derecho a trabajar para mantener a mi familia y porque estoy calificado para el cargo. Jamás lucraré con el poder porque mi formación y mi decencia no me pertenecen, le pertenece a mi familia y a mis hijos, quienes nunca serán señalados por deshonestidades ni inmoralidades de su padre, como yo nunca fui señalado por los míos.
21. Voy a continuar vinculado a la política desde el lugar en que pueda colaborar para que el sueño de Víctor Raúl se haga realidad algún día. He sido formado para liderar y he demostrado tener condiciones para ello. No pasaré el resto de mis días en una congeladora que me impida desarrollar políticamente. No aceptaré jamás bajar la cabeza ni ser señalado. Eso no es aprista. Algún día, con una nueva generación y una nueva conducta, sin la presencia de sujetos vetados por el pueblo, volveremos a convocar a las masas con autoridad moral y con consecuencia, para continuar con el sueño de Haya y para construir una patria para todos y con todos.
22. Debo, finalmente, agradecer al Partido todas las oportunidades que me brindó en estos años. A usted por su confianza y por su ejemplo de honestidad y perseverancia. A todos los que para siempre serán mis compañeros en los principios y compromisos. Al pueblo aprista, especialmente al sanmartinense, por su cariño y su ilusión y porque sé que más allá del cuestionamiento que hoy se me hace, en silencio o a través de una llamada cada día me demuestra su solidaridad.
Por mi honor y el de mi familia, porque no acepto ser cuestionado inmerecidamente y porque no estoy dispuesto a que quienes no tienen autoridad moral trafiquen con mi nombre y logren expulsarme, haciéndome aparecer ante la opinión pública y el Partido como traidor indeseable, RENUNCIO A MI CONDICION DE MILITANTE DE LA ESTRUCTURA DEL PARTIDO APRISTA PERUANO, a la cual jamás deshonré.
Espero que mi decisión no afecte los lazos de amistad que durante todos estos años se han generado con los apristas honestos y sobre todo con quienes generacionalmente esperamos tener la oportunidad para reivindicar al aprismo.
Espero, finalmente, volver a la militancia algún día, cuando la fraternidad, el compañerismo, la lealtad, la honestidad y la decencia vuelvan a ser reglas obligatorias en el APRA.
Fraternalmente,
Aurelio Pastor Valdivieso
DNI 08273017
No hay comentarios:
Publicar un comentario