lunes, 11 de agosto de 2008

NARRADOR DE CUENTOS

INFORMATIVO VIRTUAL Nº 278
CODECI-CN
Lunes, 11 de agosto de 2008

NARRADOR
DE CUENTOS
Si algo hay que reconocerle al presidente García es el haber convertido al pais en una inmensa carpa de circo en la creencia que quienes asistimos a la función somos unos idiotas para no darnos cuenta de las majaderias de sus comicos ambulantes.
Asi por ejemplo, nos mete el chiste cruel del cambio de alma.
¿Como sugerir un cambio de alma? si el gobierno hace lo que le da la gana.
¿Como sugerir un cambio de alma? si el ministro del Interior visita al chino rata para transar la eleccion de la presidencia del Congreso.
¿Como sugerir un cambio de alma?, si el médico personal de Fujimori termina convertido en el primer vicepresidente del Congreso.
¿Como sugerir un cambio de alma?, si el financista de la campaña de Ollanta termina siendo el segundo vicepresidente con cargo de anularle la denuncia por rapto de un menor, etc. stc., etc.
Lo que el pais necesita es un gobierno respetable y que funcione y no tránsfugas y mercachifles de baja monta que trafiquen con el sentir del pueblo.
emilio torres
PARA LA REFLEXION Y PREUCUPACION ADJUNTAMOS COLUMNA PERIODISTICA DEL POLEMICO SOCIOLOGO CARLOS REYNA
Diario LA REPUBLICA

11-8-8
Concurso de cuentos

Carlos Reyna
Se acabó el cuento de la Oficina Nacional Anticorrupción. Ya no servía a su autor, el presidente García, ni a su narrador, el premier Del Castillo. Quién iba a creer en su fibra incorruptible después de que Alan defendiera a Alex Kouri, de la elección de la directiva del Congreso, de los conversados con Alberto Fujimori, y del nombramiento del amigazo de Agustín Mantilla en FONCODES. El cuento ya no funcionaba. El Premier anunció su cierre.
La Sra. Carolina Lizárraga, jefa de la ONA, creyó que era verdad. Nombró funcionarios honestos. Autorizó la investigación de casos concretos. Le dieron duro por eso. Intentó bajar el tono. Fue inútil. Tuvo que cuestionar el contrato de publicidad del Estado con el Canal 11, vinculado al hijo de Del Castillo. Fue demasiada audacia. La dejaron con un presupuesto asfixiante. Fin del cuento.
El Sr. Agustín Haya va a ser la Carolina Lizárraga del otro cuento llamado CEPLAN, en el sentido de que no va a ir a ninguna parte. Bastante va a planificar un gobierno que ya sometió el destino del país a los vaivenes del mercado internacional, a los designios de bancos y mineras, y a las ocurrencias del Presidente. El Sr. Javier Tantaleán podría contar cuánto le importaba el INP a don Alan allá por su primer gobierno. El Sr. Haya lo sabe, pero no se va a salir del guión ni un milímetro, igualito que en APCI.
La Sra. Susana Pinilla nos cuenta que el Sr. Carlos Arana ha sido nombrado por concurso y por sus altas cualidades técnicas. Postularon quince y él ganó en limpia competencia, dice ella, ya convertida en un personaje más de la picaresca costumbrista protagonizada por todo el gabinete y la mayor parte del Congreso.
Arana no tiene cómo saberlo, pero sus relatos son de una onda ultrarrealista. Sus dichos, como su propia biografía, tienen la crudeza que los otros esconden. "No soy de oficina, soy el primer movilizador del aprismo, Mantilla es un hombre bueno, te instruye, lamento no haberlo visitado más", ha declarado. Y su frase más cruda, aquella donde está la clave de su nombramiento a la cabeza de FONCODES, es ésta: "Los partidos viven del gobierno o del Congreso" (Caretas 1975, 2007).
También es la clave del encargo a los gobernadores apristas para que se metan a los programas sociales. Se viene el uso partidista de los programas y de la asistencia social, el clientelismo masivo, el aprovechamiento político de la pobreza a la usanza del fujimorismo en los 90.
No debería sorprender. En parte, este uso ya fue adelantado por el premier Del Castillo, en diciembre pasado, cuando dijo que el gobierno daría prioridad a aquellos que votaron por García.
Qué otra cosa podría esperarse ahora que el crecimiento imparable naufraga en medio de la inflación de los alimentos y los combustibles y del desabastecimiento energético.
Ese es por ahora el mejor cuento del segundo Alan.