miércoles, 9 de agosto de 2017

¿QUIÉN ES EL PRESIDENTE DEL PERU PARA TOMAR DECISIONES SOBRE EL DESTINO DE VENEZUELA?

Como es de conocimiento público, el presidente del Perú,  incapaz de resolver  la huelga de los maestros que lleva más dos meses, convoca  a los serviles vasallos  del imperio para tomar acuerdos  sobre  el destino del Presidente Maduro  que solo les corresponde a los venezolanos.
La pregunta ¿Qué hay detrás de todo este asqueroso tinglado?  Encubre un grueso contrabando: Buscar que el problema se resuelva con una intervención militar.
Es que  Venezuela posee reservas estratégicas de petróleo, agua, cobre, cobertura forestal y metales raros. Tiene la principal reserva de petróleo del mundo y es además el principal exportador de petróleo del hemisferio occidental.
A continuación adjuntamos una nota  que reforzaría nuestra preocupación y que posteamos por su alto contenido reflexivo:
UN GOBIERNO PARALELO
Por Diario UNO el agosto 9, 2017
Diecisiete países de América han suscrito ayer en Lima un documento por el cual no solo condenan al régimen de Nicolás Maduro, sino que se atribuyen poderes que se declaran un gobierno paralelo que ordena y manda, desde lejos, en Venezuela.
Los acuerdos reflejan la voluntad de Washington. Ese solo hecho los convierte en desechables. Su texto afirma buscar la negociación con pleno respeto de las normas del derecho internacional y el principio de no intervención, pero basta leer sus anunciados principales para darse cuenta de que se trata de una injerencia descarada en los asuntos internos de Venezuela y contra los intereses de su pueblo, incluidos aspectos de economía y defensa nacional.
Expresa la Declaración:
Su condena a la ruptura del orden democrático en Venezuela.
Su decisión de no reconocer a la Asamblea Nacional Constituyente, ni los actos que emanen de ella, por su carácter ilegítimo.
Su pleno respaldo y solidaridad con la Asamblea Nacional, democráticamente electa.
Los actos jurídicos que conforme a la Constitución requieran autorización de la Asamblea Nacional, solo serán reconocidos cuando dicha Asamblea los haya aprobado.
Su apoyo a la decisión del Mercosur de suspender a Venezuela en aplicación del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático.
Su decisión de no apoyar ninguna candidatura venezolana en mecanismos y organizaciones regionales e internacionales.
Su llamado a detener la transferencia de armas hacia Venezuela a la luz de los artículos 6 y 7 del Tratado sobre el Comercio de Armas.
Hay que reconocer que estos principios renuevan el método de intervención foránea en Nuestra América. Durante el siglo XX, el imperialismo actuó solo, aunque con la ayuda de vendepatrias nacionales. La lista de injerencias yanquis es larga: Nicaragua, Haití, República Dominicana, Chile, Argentina, Panamá, Granada, una pequeña isla que “amenazaba la seguridad de los Estados Unidos”.

Ahora, la Casa Blanca tiene a su disposición la intervención colectiva, que Víctor Raúl Haya de la Torre, en seña de claudicación, había recomendado en los años 30 en su libro La Defensa Continental. Puede esperarse lo peor del Tío Sam al calor de la Declaración de Lima. Lo más grave es que el racista Donald Trump no tardará en castigar también a sus adictos. Se oyen pasos.

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