jueves, 7 de enero de 2016

LA IZQUIERDA Y SUS CANDIDATOS AL CONGRESO POR LIMA

NUEVO ROSTROS  ADEMAS DE  MAYORES DE 70 AÑOS CON VIEJOS VICIOS Y VIEJAS PRÁCTICAS
En medio de su más profunda crisis de identidad, la izquierda  presenta su lista de candidatos al Congreso: rostros nuevos  y mayores de 70 años con viejas vicios y viejas prácticas, que lejos de sumar restaran votos, agudizando su declive político y electoral que padece y que hará que todos los medios de lucha  de nuestro pueblo se justifiquen.
La izquierda así, con los mismos que intentaron descabezar a Veronika, quizá no supere el 5% como lo da a entender la siguiente nota:

LA IZQUIERDA DE UN SOLO DÍGITO

La izquierda dividida ha presentado sus candidatos a elecciones las primarias. Sería interesante que, como dicen prever algunos, entre los ganadores se midan para constituir un frente totalizador de la izquierda que tenga mejores posibilidades y, quién sabe, mejores resultados en las próximas elecciones que los que ha venido obteniendo históricamente y en los últimos lustros en particular.
Y es que subsiste un problema: sumada la intención de votos que tienen todos los movimientos, partidos y clubes de izquierda, quizás apenas superan el 5% -dependiendo de cómo se mida. ¿Cómo se explica que la izquierda sea electoralmente tan insignificante en un país con las tremendas desigualdades de riqueza y sobre todo de oportunidades que presenta el Perú? ¿Cómo se explica que en un país con un 30% de personas viviendo debajo de la línea de la pobreza y otro 25% de personas que ya no son pobres según algunos indicadores pero que pertenecen a la llamada clase media vulnerable (eufemismo del BM para decir que si uno se resfría se convierte en pobre otra vez)?
Sorprende que un movimiento que se define a sí mismo en cuanto lo que busca es reivindicar a las mayorías marginadas y satisfacer sus necesidades no constituya una opción entre esos a quienes pretenden reivindicar. O por lo menos representar. ¿Qué está pasando?
En la entrevista que le hace Pedro Salinas a Verónika Mendoza, de ningún modo puede acusarse al periodista de intentar “bajarse” a la precandidata, ni de agredirla o intentar poner palabras en su boca (como sí cabría hacerlo con otros colegas). Y, sin embargo, las respuestas de Verónilka no terminan de cuajar. ¿Es que yo no soy su “mercado objetivo”? ¿Y quién lo es? ¿El 5% que ya tiene?
Pero, para que las cosas llegaran hasta donde están, que en un país tan desigual como el Perú y aún con tanta pobreza la izquierda no alcance un 6% de intención de votos cuando más del 50% son sus electores potenciales (pobres y clase media vulnerable).  ¿Qué fue lo que pasó?
¿La caída del Muro de Berlín y el fin de la Unión Soviética fregaron a la izquierda? Ambos, muro y URSS, se cayeron en Europa y allá hay una izquierda poderosa, moderna e influyente que siempre llega a las finales y, más importante, las gana. ¿El terrorismo  salvaje de Sendero y el MRTA dañaron y estigmatizaron a la izquierda peruana? Grupos terroristas de izquierda ha habido por toda América Latina y España donde, aún con los etarras comunistones, tuvieron gobiernos de izquierda. ¿No hay partidos políticos? La derecha tampoco pero sus tres candidatos suman casi 40% de la intención de voto. ¿Los medios de comunicación han impuesto un sentido común antagónico a los valores de la izquierda y la han demonizado? Los lectores son poquísimos en el Perú y la penetración de los espacios periodísticos o propagandísticos de derecha tiene un alcance muy limitado. ¿La concentración de medios? El candidato de El Comercio siempre pierde. ¿Humala los traicionó y su gobierno fallido, aunque sea derecha es percibido como si fuera de izquierda? Cuando Javier Diez Canseco y Susana Villarán perdieron con menos de 1% de los votos cada uno ni Humala había sido presidente ni Villarán alcaldesa.
¿No será que la izquierda se ha encapsulado al punto en el que se habla siempre y solo a sí misma cuando a quienes debe convencer estamos afuera? ¿Será que cuando alguien de afuera osa disentir o criticar (incluso con la mejor intención) es desestimado por ignorante, burro o superfluo? Sus votos ya los tienen. ¿Cuándo nos piensan incluir? ¿En un par de años, cuando hallan ordenado la casa o el 5% se convierta en 2% y hayan perdido la inscripción?
Colofón
Hace algunos meses apareció un video en Youtube que intentó dar la impresión a la ciudadanía de que la izquierda estaba gestando cambios y renovación. Pero de pronto, al lado de donde se encontraban grabando pasó caminando Hugo Blanco. Para hacer la historia corta: Blanco aparece cerrando el video y levantando un puño al grito de “¡Pachamama!”. Si lo hubieran puesto al principio hubiera estado bien, pues es de allí que viene la izquierda, pero lo pusieron al final y el mensaje con el que uno se quedaba era: “caras nuevas, sí, pero nada ha cambiado”.
En una época marcada por el cinismo, la frivolidad, el éxito medido en ingresos económicos, de fugacidad, de Combate y Esto es Guerra, de sensualidad exacerbada, de la Internet entendida como una ventana al mundo consumista de hoy, una era de cortoplacismo extremo, de inseguridad y linchamientos ciudadanos, de más de 30 millones de celulares (6 millones de ellos smartphones); en esta época, digo, en el Perú, los valores de la izquierda como solidaridad, empatía, sacrificio, largo plazo, inclusión, compañerismo y sostenibilidad… no pegan muy bien pues.
Ya es hora de rediseñar el mensaje para que sintonice con los deseos, necesidades, aspiraciones y urgencias reales de las personas. La retórica y la poesía y el amor y la ternura parecen el discurso ¡de la Tía Susy! Y el efecto en la audiencia es mucho peor cuando comprueba que dentro de la misma izquierda, esa que predica todos esos valores “pasados de moda”, no son respetados y se ahorcan unos a otros por figurar.
¿Quieren más votos? Convenzan entonces a quienes no están en ni pertenecen a su círculo y que no se conmueven ni emocionan con las imágenes y las palabras de los próceres de la izquierda. ¿Quieren ser una opción real? Explíquenle a las personas, en su propio lenguaje y no el que usan en sus asambleas interminables, cómo afectarán su calidad de vida. ¿Quieren tolerancia? Sean tolerantes. Hay que aterrizar la propuesta según cada público (como García o Humala, pero sin mentir) porque de eso se trata hoy, ni las necesidades ni las aspiraciones son iguales en todas partes.
¿Que no es el estilo? ¿Que traiciona su tradición, valores y ética? Bueno, tienen 50 años repitiendo la misma vaina y no ganan. Y alguien muy inteligente solía decir que la definición de locura era hacer siempre lo mismo esperando un resultado diferente.
[Este artículo apareció en tres entregas en el Diario Perú21 los días 07-08-09 de setiembre de 2015]

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