viernes, 13 de marzo de 2009

Teatro para ciudadanos

Informativo Virtual Nº 422
CODECI-CN
Viernes, 13 de marzo de 2009
Teatro para ciudadanos
Roberto Aguilar Valera
La última mascarada celebrada en triángulo – la pasada semana- por la serie Fujimorismo – APRA – Perú Posible, parece ser el suceso que inaugura de facto la temporada pre - electoral.
Gobierno y partidos políticos de derecha, neoliberales y populistas, comienzan a asignarse los roles correspondientes para representar la única novela política que debe verse: la política para los ciudadanos. Es decir sin ellos y montada para orientar el voto sin reflexión y sin debates reales. Editada por la Gran Prensa , esta tratará nuevamente de ubicar la atención nacional sobre la necesidad de preservar el “crecimiento” y la “democracia”, muy lejos de toda confrontación con el Poder Económico y de las desigualdades que hacen que este sea lo que es.
Si por TV la candidata fujimorista arremete contra Toledo es para recordarle al gobierno el pacto firmado y de su alcance electoral y post-electoral. Si los diarios registran los “sesudos” intercambios entre posibilistas y apristas, es como para ir creando la falsa sensación de oposición y pluralidad (recordar los encontronazos arreglados entre fujimoristas y oficialistas en el Congreso). El gobierno requiere apostar a diferentes caballos. Primero, en caso de no conseguir –hasta el 2011- el apoyo electoral suficiente regalando terrenos ajenos a traficantes de tierras, prioritario es asegurar un cambio de mando “en democracia” (que es el nombre para “una mano lava a la otra”). Segundo, el deber de asegurar la supervivencia de la neoliberalidad, que más que una política económica, es la celosa cautela de la imperturbable realización de los intereses del Poder Económico.
A propósito de escenarios preelectorales, la impresión de que Yehude Simons es una alternativa amigable y “democrática” de izquierda con el poder de desalojar o disminuir candidaturas como las de -por ejemplo- Ollanta Humala se va desvaneciendo en proporción directa con el tiempo en que permanece bajo la oblonga sombra de Alan García. La última de Simons fue exigirle a una cada vez más monótono y superficial Ollanta Humala una propuesta de desarrollo nacional, nada menos. Si Humala presentara tal propuesta. ¿la llevaría a la practica Simons o sólo le daría las gracias por las molestias ocasionadas? Vayamos más allá: ¿acaso se está realizando la propuesta humanista en el gobierno aprista? Si es así, se parece bastante a la aprista. ¿O será un humanismo incoloro e inodoro?, ¿será acaso renacentista o post estalinista del deshielo? Demasiadas interrogantes para otra propuesta más cuya notoriedad equivale a la de un tatuaje debajo de mi lengua.
La presencia del Simons en el gobierno aprista no simboliza la alianza entre dos fuerzas políticas, mucho menos un apoyo crítico. Es pura y simple instrumentalización, donde el instrumento es conciente del papel que juega.
Se hace costumbre, especialmente entre los que se dicen “centristas”, el asignarle a la crítica la categoría de actividad antisocial. Lo expresan cuando opinan que “nosotros estamos en política para aportar”. Puede ser comprensible tal concepción en sujetos carentes de formación política. En un sujeto con amplia trayectoria no es más que una reiteración de su claudicación ante los poderes dominantes.

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