martes, 2 de mayo de 2017

PRIMERO DE MAYO CARNAVAL DE LA BURGUESIA

NADA QUE CELEBRAR MUCHO QUE REFLEXIONAR
Revisando mi cuenta, me encuentro  con citas  que expresan  sobre lo que es hoy el 1° de mayo que deberia ser un día para recordar, y también para reflexionar, para repensar ¿por qué cada día se ahonda más la diferencia entre los dueños del poder y la situación social de los trabajadores?.
La burguesía y sus agentes en el movimiento sindical han transformado el primero de mayo, en una celebración grotesca, ridícula, sin ningún contenido político ni de clase. Los tiempos de heroísmo sindical quedaron en el pasado. Si el primero de mayo fue instituido en 1889 como una fecha histórica de lucha y de combate contra el capitalismo y su sistema de explotación, ahora se ha convertido en un espectáculo de circo cuyo público se hace presente sin saber por qué lo hace o simplemente para pasar el tiempo.
La burguesía y sus agentes en el movimiento sindical han transformado el primero de mayo, en una celebración grotesca, ridícula, sin ningún contenido político ni de clase. Los tiempos de heroísmo sindical quedaron en el pasado. Si el primero de mayo fue instituido en 1889 como una fecha histórica de lucha y de combate contra el capitalismo y su sistema de explotación, ahora se ha convertido en un espectáculo de circo cuyo público se hace presente sin saber por qué lo hace o simplemente para pasar el tiempo.
En América Latina, bajo otras características el movimiento sindical sufre las mismas lacras que en Europa. Mafias sindicales que se llaman de “izquierda” controlan la cúpula sindical y desde ahí colaboran con los regímenes de turno. En Perú, Argentina, Bolivia, Chile, Nicaragua, etc., los sindicatos en poder de grupos que se llaman de “izquierda marxista”, han sostenido los peores gobiernos reaccionarios supuestamente populistas y democráticos. Por citar un ejemplo, Alberto Fujimori, Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta Humala llegaron al gobierno con el apoyo de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP) que controla el viejo “partido comunista peruano” (ex pro soviético) y Patria Roja, otra organización que se llama partido “comunista”.
¿QUE HACER FRENTE A ESTA SITUACIÓN? LAS TAREAS EN EL MOVIMIENTO SINDICAL.
Decía Marx, que « fuera de sus objetivos primitivos, los sindicatos tienen que aprender desde ahora a actuar en forma más consciente en tanto que centro de organización de la clase obrera en el interés de su emancipación completa”. (Carlos Marx, Trabajo asalarie y Capital (en francés).
Primero, luchar en el seno de los trabajadores para liquidar la infecta burocracia sindical. Crear nuevas organizaciones sindicales clasistas. Que ellas sirvan para defender los salarios y el derecho al trabajo. En este terreno hay que rechazar la unidad sindical con los partidos burgueses o pequeños burgueses. Este objetivo fundamental solo podrá lograrse mediante una lucha directa con los explotadores y la burocracia sindical aliada de los grupos de poder. Que la huelga y el paro clasista vuelvan a ser instrumentos de presión y lucha contra la explotación capitalista. Desterrar las mafias sindicales no es simple, pero es una tarea impostergable y urgente. Esta lucha debe desarrollarse en el mismo terreno de la lucha por la defensa de las reivindicaciones sociales y económicas cotidianas de los trabajadores. Esta acción debe unirse a la lucha estratégica anticapitalista y por la emancipación de los asalariados.
Segundo. Los trabajadores, dice Engels, no tienen que rechazar la acción política mismo en el terreno de la burguesía, pero esta acción política tiene que ser independiente de los partidos burgueses, pequeños burgueses y seudos marxistas o de izquierda. “La abstención absoluta en política es imposible”, anota Engels. Marx anotaba, que en su lucha contra el poder colectivo de los explotadores, “él proletariado no puede actuar como clase si no se constituye el mismo en partido político distinto, opuesto a todo los viejos partido formados por los explotadores”.
En este sentido la clase obrera, los trabajadores en general, tienen que rechazar seguir siendo borregos electorales de los partidos y movimientos políticos falsamente llamados de izquierda. El que los trabajadores participen en el parlamento o elecciones burguesas debe ligarse a tres elementos fundamentales:
1) Los trabajadores, independientemente de los sindicatos, deben ser parte de un partido revolucionario que luche por el socialismo, la dictadura del proletariado, y la destrucción del Estado burgués imperialista (para el caso de los países ricos) y destrucción del Estado terrateniente-burocrático para los países pobres.
2). Los sindicatos deben retomar sus principios fundamentales de clase. Ser como decía Marx, un centro de organización de trabajadores, un frente único de clase, ser el primer educador, una escuela de solidaridad y del socialismo.
3). La participación electoral debe depender y estar en relación con un análisis que corresponda a la realidad actual de cada país. Si en la época gloriosa del proletariado, Marx, Engels, y Lenin recomendaban participar en las elecciones burguesas, ahora la situación es diferente. Los parlamentos y los procesos electorales, tanto en Europa, América Latina y otras partes, son instrumentos en manos de los grandes burgueses y del imperialismo. Son maquinarias de engaño, trampas y falsedades. Ni los parlamentos, ni los procesos electorales a nivel mundial representan el espíritu democrático de los pueblos. El parlamentarismo en la etapa actual, es un instrumento contrarrevolucionario que sirve exclusivamente para mantener el Estado imperialista (países ricos) o el Estado terrateniente-burocrático en los países pobres.

En concreto, las tareas fundamentales de los trabajadores deben ser; dotarse de nuevas organizaciones sindicales, organizaciones que afirmen una línea de clase, y que asuma en la práctica la defensa de los trabajadores. Estas luchas sindicales reivindicativas tienen que unirse a la lucha por la emancipación definitiva de la clase oprimida. Como anunciaba Lenin en 1904, “el proletariado puede hacerse y se hará sin falta una fuerza invencible siempre y cuando refuerce su unión ideológica por medio de los principios del marxismo y con la unidad material de la organización que cohesiona a millones de trabajadores en el ejercito de la clase obrera”. (Lenin, Un paso adelante, dos pasos atrás, 1904).

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