lunes, 8 de junio de 2009

Delirios de un presidente

Informativo Virtual Nº 489
CODECI-CN
Domingo 07, de junio de 2009
LIMA NORTE PERU
¿Es culpable el señor Alberto Pizango de los hechos de sangre ocurrido en Bagua?
Definitivamente no, la violencia no la inició el líder comunero Alberto Pizango como pretende hacernos creer la Ministra mercedes Cabanillas y Yehude Simon. Su comunidad, más bien, es una víctima de un gobierno que no le dio la gana de recibir a los nativos, pues, para ellos nunca tuvo tiempo como sí para lobistas y empresarios como Fortunato Canáan.
Por ende, resulta injusto que el señor Yehude Simon y la ministra Mercedes Cabanillas acusen sin pruebas a Alberto Pizango, menos, si lo que percibimos es la insistencia irreflexiva y prepotente en decretos legislativos que sólo favorecen a intereses económicos con prepotencia y sin consultar a las comunidades involucradas.
Lamentable desenlace que termina en un baño de sangre. Barranca, Ayacucho, Pomac y ahora Bagua son lugares en donde la Intransigencia de García insiste en vender nuestras tierras y recursos naturales con prepotencia y sin consultar a las comunidades involucradas.
Emilio Torres Meléndez
ADJUNTAMOS NOTA PERIODISTICA POR SU ALTO CONTENIDO REFLEXIVO POR LO QUE RECOMENDAMOS SU LECTURA Y DIFUSION
Diario El Men 7-6-9
Delirios de un presidente
Diario El Men
07-06-2009
Las declaraciones del presidente Alan García Pérez un día antes de la confrontación violenta en la que murieron 22 policías y 9 nativos, hasta el momento, son por demás elocuentes sobre el pensamiento de desprecio que el Mandatario reserva para los indígenas.
Primero dijo textualmente: “¿Qué se creen los nativos… ciudadanos de primera, A-1?, están equivocados…”, esta infeliz expresión denota no solo racismo, sino el más cruel de los tratos para con un semejante.
Luego repuso: “Ya basta, esto no se puede tolerar… hay que actuar”, anunciando la intervención violenta de la Policía. Horas más tarde y sin ninguna advertencia o ultimátum, la policía a pie y desde helicóptero atacó a los nativos apostados a lo largo de la carretera a Bagua.
Esa orden, anunciada por el presidente Alan García y ejecutada por la ministra del Interior, Mercedes Cabanillas, con pleno conocimiento del presidente del Consejo de Ministros, Yehude Simon, fue de lo más suicida ya que una fuerza de dos mil policías, mal distribuidos en la zona, no podían hacer frente a una población que de inmediato se sumó a la protesta de los nativos. Solo en Bagua hay más de cien mil habitantes y un ataque de parte de la policía, levantó a casi toda esa ciudad en su contra.
Por ello la lógica más básica pero sustancial, responsabiliza de la masacre mutua entre policías y nativos a las autoridades políticas.
Esto se pudo evitar pero la testarudez del presidente García en no deponer su soberbia ante una aberración jurídica que pretende entregar la Amazonía a la explotación exterminadora de los grupos de poder, ha causado esta tragedia sin precedentes.
Y ayer emitió una declaración para evadir responsabilidad indicando que “el país está sufriendo una agresión subversiva”, nada más falso. Una subversión no se afirma en una justa demanda social, sino en apetitos descontrolados por el poder. Los nativos, señor Presidente, no quieren derrocarlo para llegar al poder. Sólo reclaman su derecho de vida en medio del ambiente que les pertenece por milenios.
Arremete contra políticos que predican fórmulas extremistas que utilizan a los dirigentes nativos, en especial a Alberto Pizango como si éste fuese un pelele. No, señor Presidente. Pizango es un líder nativo desde hace mucho tiempo, sin ninguna ligadura con algún grupo político. Solo obedece a sus principios naturales y, por ello, no es un tonto como usted lo quiere presentar.
Y finalmente repone su amenaza diciendo que ante esta ola de violencia “el orden y la autoridad democrática deben afirmarse”, eso es cierto pero recurra única y perentoriamente al diálogo sincero y no a la falsedad que se suscriben en convenios que nunca cumple y menos a la represión.
Honre su promesa que elevó al cielo cuando asumió la Presidencia, al decir que gobernaría por los pobres, los excluidos y olvidados. Ahora la población de la selva, excluida desde siempre, clama justicia. Responda usted como mandatario de una gran nación y no como un mandadero de los grupos de poder. Haga honor a su investidura.

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