lunes, 14 de julio de 2014

"¿POR QUÉ FRACASAN LOS PAÍSES?"

EL CRECIMIENTO ECONÓMICO DEL PERÚ NO ES SOSTENIBLE
Hoy están de moda las ideas de Acemoglu y Robinson, claves para Argentina. Ponen el foco en las instituciones políticas, que definen los incentivos para elegir políticas económicas adecuadas o equivocadas.
James Robinson: el crecimiento económico del Perú no es sostenible
James Robinson, autor del libro "¿Por qué fracasan los países?" ha sido muy crítico con el tipo de crecimiento que tenemos. Invitado por la Sociedad Nacional de Industrias tuvo oportunidad de disertar ante un grupo de invitados y otorgar una entrevista a Gestión, que reproducimos.
El profesor Robinson señala que es muy difícil que un país tenga un crecimiento sostenible si no modifica sus sistema político. En el caso peruano califica a este como de clientelista, no sólo porque sirve para manipular a las poblaciones más vulnerables sino que también para cerrar la economía a la competencia, para generar monopolios, como (y este es mi punto de vista) sucede con las empresas de telecomunicaciones, transportes, entre otras.
Señaló que el crecimiento británico en la Revolución Industrial se hizo sostenible cuando los empresarios privados clamaron por más instituciones. La llamada de atención de James Robinson ha sido muy seria como ustedes podrán apreciar en la entrevista que reproducimos y es interesante percatarnos del grado de incomodidad que puede haber causado a los defensores del "modelo" pues a la fecha no ha habido comentarios sobre la misma. Recuerdo el cargamontón que le hicieron al profesor Michael Porter cuando, desde la óptica de la competencia, señaló lo mismo: la vulnerabilidad de nuestra economía. A continuación la entrevista:
ENTREVISTA A JAMES ROBINSON - GESTIÓN 12 DE JUNIO DEL 2014
En el libro “Por qué fracasan los países” menciona pocos países capaces de sostener su crecimiento. ¿Por qué el Perú no sale en la foto?
Lograr tener estabilidad macroeconómica no es suficiente para considerar un cambio fundamental en las instituciones. Mi lectura es que el Perú aún tiene un Estado débil, clientelista y sin servicio civil, con un sistema fiscal muy inadecuado y muchos problemas para ejercer su autoridad en buena parte del territorio. Creemos que el Perú no estaría en este set de países (capaces de sostener su desarrollo) porque no hemos visto esta transformación de sus instituciones.
¿Qué cosas podemos hacer con las instituciones para que el Perú se desarrolle?
Mi visión es que, si quieres entender cómo mover una sociedad hacia adelante, tienes que entender cómo atacar sus problemas institucionales, y el detalle de esos problemas -y políticas a su alrededor- es muy distinto en cada sociedad.
Al Perú le va muy bien actualmente, pero hay que descubrir cómo empujar a las instituciones para hacer esto sostenible y diversificado. Yo comenzaría profundizando la democracia y haciéndola menos clientelista. Quizás eso sea más importante que los detalles de las reformas institucionales. Cambia la política y lo demás llega.
¿En qué cree que ha avanzado más nuestro país?
En el Perú, sí ha habido reformas en el periodo de Fujimori, que fueron buenas en términos de traer estabilidad macroeconómica, monetaria y fiscal. Eso por sí solo no es suficiente para pensar en una gran transición de las instituciones, porque también pervirtió muchas instituciones estatales.
¿Cuál es la clave para construir un Estado?
Hay que entender los incentivos políticos. Por ejemplo, la falta de servicio civil viene porque el Estado es una herramienta para controlar el poder, dar contratos a personas que te apoyan. La falta de burocracia es un problema político y no hay soluciones tecnocráticas para eso.
Tiene que ser un proyecto político que venga de la gente, porque quien pierde por la falta de provisión de bienes públicos es el colectivo; y son ellos quienes deben analizar el problema y atacarlo. Eso es cierto en cualquier experiencia de construir servicio civil.
¿Y de dónde debe nacer este cambio?
Los políticos deben proponerlo y las personas apoyarlo, además de ser implementado. El poder político tiene que ser distribuido ampliamente, institucionalizado a través de partidos y debe haber una transición que los aleje del tipo clientelista de políticas.
Creo que el cambio es perfectamente factible en el Perú, pero el cómo se hace es un proceso político que viene de un mejor funcionamiento de la democracia. Podemos pensar en políticas específicas para hacer que la democracia tenga mejor calidad. Con eso, comenzaría a mejorar el Estado y se crearía una relación simbiótica. Es un círculo virtuoso.
¿Qué rol tienen las élites dentro de estas instituciones extractivas?
Cuando una nueva élite llega, hereda las instituciones extractivas del pasado y tiene grandes incentivos a mantenerlas vigentes. Hay que pensar en la circulación de élites y como estas instituciones mutan en el tiempo. Esto es muy importante para entender cómo son las instituciones extractivas en el Perú.
Hoy veo que tienen una enorme falla en proveer bienes públicos. Además, la economía está llena de monopolios. En el Perú no hay un derecho de la competencia que funcione. Sé que hay grandes barreras a la entrada en el sector industrial, como monopolios creados políticamente y eso es muy común en sistemas clientelistas.
¿Qué cosas podemos hacer respecto a grandes problemas institucionales como la corrupción?
Hay que distinguir la causa del síntoma. La corrupción aparece porque el Estado es débil y no tiene servicio civil. Creo que es muy difícil discernir el impacto económico negativo de la corrupción per se de los otros problemas que causa un Estado débil, como la subprovisión de bienes públicos en muchas dimensiones.
Yo diría que no se debe enfocar en la corrupción y tratar de erradicarla, sino enfocarse en algo más amplio, que es reformar la forma en que el Estado funciona, y la corrupción va a desaparecer, porque así se crean los procedimientos correctos y se cumplen, eliminando el criterio político.
El tráfico de drogas es un problema muy serio en el Perú y aún más en Colombia. ¿Cómo se relacionan las instituciones con problemas de este tipo?
Creo que la industria de cocaína ha sido terrible para Colombia, pero es un reflejo de sus problemas, no la causa de ellos. Refleja la tremenda debilidad de su Estado, de que no haya ejercido su autoridad en grandes áreas periféricas.
También es reflejo de la elevada informalidad porque el Estado no regula ni controla. Los problemas institucionales llevaron a que la industria se mudara ahí. Tiene un multiplicador negativo, pero no es la raíz del problema. Yo diría que es muy similar en el Perú.
Hay opiniones en contra de la democracia y más a favor de un régimen autoritario. ¿Cómo ve este tema?
Si ves la historia de América Latina, sería ridículo decir que hay algo positivo en el autoritarismo, que ha sido asociado con colapsos económicos siempre, que dejan un legado envenenado. La transición de instituciones extractivas a unas inclusivas es tan complicada como pasar del colonialismo a la independencia, porque saca a la luz conflictos que estaban reprimidos y es muy difícil lidiar con ellos.
¿Qué le parecen los esfuerzos de descentralización del país?
Veo por qué descentralizar recursos es importante, pero tiene que estar acompañado de un programa de construir instituciones, reforzar su funcionamiento en la periferia. Hay modelos para intentar enderezar a las instituciones, y tienen que ir de la mano con la descentralización.
En Colombia, por ejemplo, hay un caso de hipocresía porque los funcionarios y políticos usan las instituciones disfuncionales en la periferia como una excusa para quedarse los recursos.
Sin embargo, tenemos muchos escándalos de malos manejos de fondos de autoridades regionales…

Además de tener una amplia distribución del poder político, también se trata de controles y contrapesos: detener el abuso de poder. En el caso peruano, sí, tienen democracia, pero no tienen controles y contrapesos bien establecidos, de modo que hay una enorme falla en la rendición de cuentas. Entonces, cuando alguien está en el poder, tiene muy pocas restricciones para robar y favorecer a otros. Como sabemos, el poder corrompe.

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