Informativo Virtual Nº 92
CODECI-CN
Jueves, 20de septiembre de 2007
Les recomendamos la lectura de la siguiente columna, del Diartio El Comercio por que es verdaderamente motivador este corto texto escrito por una de los mas destacadas intelectuales del Peru.
Gracias
emilio torres melendezJueves 20 de septiembre de 2007
Diario El Comercio
Wawa Wasi, un modelo en peligro
Beatriz Boza
¿Sabía que un niño que llega a los 3 años desnutrido ya no puede aprender, pensar ni crear porque no desarrolló ni su cerebro ni sus músculos y es vulnerable a enfermedades crónicas? ¿Sabía que en el Perú uno de cada cuatro niños está desnutrido? Combatir la desnutrición es vital para la sostenibilidad del país, por eso el Gobierno se ha propuesto reducirla a 16% para el 2011. Hay muchos programas sociales orientados a nuestros niños, entre ellos el Vaso de Leche (S/. 363 millones de presupuesto anual), Pronaa (S/.482 millones), Junto (S/. 120 millones) y Wawa Wasi (S/.48 millones). ¿Cuál funciona bien? ¿Cuál potenciar? ¿Cómo saber si estamos haciendo lo necesario para cumplir la meta y por qué no erradicar la desnutrición en el más breve plazo?.
El programa Wawa Wasi resulta muy eficaz y todo un ejemplo, por cuatro razones claves; sin embargo, corre el riesgo de ser desarticulado. Primero, de nada sirve repartir comida o recursos si no se enseñan hábitos saludables de higiene y nutrición, como lavarse las manos o lavar las frutas para prevenir enfermedades intestinales, o darle al niño leche o papillas en lugar de sopas. Wawa Wasi impulsa esos hábitos saludables y la estimulación temprana. Los niños aprenden allí formas y colores, a cantar e interrelacionarse con otros y se generan las condiciones para que tengan capacidad de aprendizaje, seguridad en sí mismo y puedan socializar y desarrollarse en la escuela.
Segundo, todo en un Wawa Wasi está estandarizado: el tamaño y forma de las sillas, mesitas y juguetes, cómo dar los alimentos, cómo dar los alimentos, cómo se enseña, qué canciones usar, etc. Todo está documentado y sistematizado, como si fuese una franquicia. Ningún otro programa social opera así.
Tercero, se cuenta con indicadores y un sistema eficaz de transparencia que permite hacerle seguimiento al crecimiento de cada niños (talla y peso), a la gestión de los recursos y madres cuidadoras, y sobre todo al impacto del programa, característica que tampoco tienen otras iniciativas. Además, toda esta información está en línea.
Cuarto, Wawa Wasi involucra a la comunidad, pues los padres participan y la madre cuidadora los guía en el crecimiento del niño, enseñándoles cómo alimentarlo. Si bien estas redes sociales podrían consolidarse aun más, la participación de la comunidad es una garantía de sostenibilidad del programa.
La cable es un equipo humano capaz y comprometido, con claridad de funciones, procesos y metas, donde la entrega de recursos está condicionada al cumplimiento de las mismas.
Siempre hay campo para la mejora, pero desde ya una gestión basada en estándares, con indicadores en línea participación comunal y un enfoque de desarrollo integral hacen del programa Wawa Wasi un ejemplo por replicar. Cuidemos que la municipalización de los programas sociales no desarticule todo lo andado.
Diario El Comercio
Wawa Wasi, un modelo en peligro
Beatriz Boza
¿Sabía que un niño que llega a los 3 años desnutrido ya no puede aprender, pensar ni crear porque no desarrolló ni su cerebro ni sus músculos y es vulnerable a enfermedades crónicas? ¿Sabía que en el Perú uno de cada cuatro niños está desnutrido? Combatir la desnutrición es vital para la sostenibilidad del país, por eso el Gobierno se ha propuesto reducirla a 16% para el 2011. Hay muchos programas sociales orientados a nuestros niños, entre ellos el Vaso de Leche (S/. 363 millones de presupuesto anual), Pronaa (S/.482 millones), Junto (S/. 120 millones) y Wawa Wasi (S/.48 millones). ¿Cuál funciona bien? ¿Cuál potenciar? ¿Cómo saber si estamos haciendo lo necesario para cumplir la meta y por qué no erradicar la desnutrición en el más breve plazo?.
El programa Wawa Wasi resulta muy eficaz y todo un ejemplo, por cuatro razones claves; sin embargo, corre el riesgo de ser desarticulado. Primero, de nada sirve repartir comida o recursos si no se enseñan hábitos saludables de higiene y nutrición, como lavarse las manos o lavar las frutas para prevenir enfermedades intestinales, o darle al niño leche o papillas en lugar de sopas. Wawa Wasi impulsa esos hábitos saludables y la estimulación temprana. Los niños aprenden allí formas y colores, a cantar e interrelacionarse con otros y se generan las condiciones para que tengan capacidad de aprendizaje, seguridad en sí mismo y puedan socializar y desarrollarse en la escuela.
Segundo, todo en un Wawa Wasi está estandarizado: el tamaño y forma de las sillas, mesitas y juguetes, cómo dar los alimentos, cómo dar los alimentos, cómo se enseña, qué canciones usar, etc. Todo está documentado y sistematizado, como si fuese una franquicia. Ningún otro programa social opera así.
Tercero, se cuenta con indicadores y un sistema eficaz de transparencia que permite hacerle seguimiento al crecimiento de cada niños (talla y peso), a la gestión de los recursos y madres cuidadoras, y sobre todo al impacto del programa, característica que tampoco tienen otras iniciativas. Además, toda esta información está en línea.
Cuarto, Wawa Wasi involucra a la comunidad, pues los padres participan y la madre cuidadora los guía en el crecimiento del niño, enseñándoles cómo alimentarlo. Si bien estas redes sociales podrían consolidarse aun más, la participación de la comunidad es una garantía de sostenibilidad del programa.
La cable es un equipo humano capaz y comprometido, con claridad de funciones, procesos y metas, donde la entrega de recursos está condicionada al cumplimiento de las mismas.
Siempre hay campo para la mejora, pero desde ya una gestión basada en estándares, con indicadores en línea participación comunal y un enfoque de desarrollo integral hacen del programa Wawa Wasi un ejemplo por replicar. Cuidemos que la municipalización de los programas sociales no desarticule todo lo andado.