Informativo Virtual Nº 96 CODECI-CN
miércoles, 26 de septiembre de 2007
BASTA DE CIRCO ¡YA!El problema no es que la señora Keiko la nueva jefe de la banda halla decidido asumir un papel provocador. Aquí el problema es que, aprovechando de su condición de congresista se dedique a azuzar los más bajos instintos de esa logia de fujimoristas que se beneficiaron con las migajas que le lanzaba la dictadura.
Ahora la congresista nos viene con el chiste de comico ambulante de que su padre tiene una celda muy estrecha, las ventanas muy chicas.
BASTA DE CIRCO ¡YA!El problema no es que la señora Keiko la nueva jefe de la banda halla decidido asumir un papel provocador. Aquí el problema es que, aprovechando de su condición de congresista se dedique a azuzar los más bajos instintos de esa logia de fujimoristas que se beneficiaron con las migajas que le lanzaba la dictadura.
Ahora la congresista nos viene con el chiste de comico ambulante de que su padre tiene una celda muy estrecha, las ventanas muy chicas.
¿Que queria? ¿Un hotel de 5 estrellas?
La nueva jefe de la pandilla no tiene autoridad moral para protestar ni pedir gollerías para un ciudadano que se fugó como un vulgar ladrón del país, que se refugio en el japon y que hizo que su socio Montesinos pagara más de 150 mil dólares anuales para que estudie en Boston, aparte de otros miles de dólares para que viva allí como reina.
La señora Keiko y sus compinches deben mas bien agradecer que el chino rata no este encerrado en la base naval junto a su compinche Montesinos.
Felizmente para el Peru y para desgracia del chino, Chile lo botó de su país por ladron y asesino.
Mayor detalles en el articulo que adjuntamos y recomendamos leer.
Mayor detalles en el articulo que adjuntamos y recomendamos leer.
Emilio Torres
Diario la Republica
Miercoles, 26 de septiembre 2007Punto crítico. Tres ídolos de barroChachi Sanseviero.
Hoy, la claque mediática destaca el "suplicio" del delincuente mayor que ha caído en desgracia. Lo llaman presidente y hablan de su alta investidura cuando en realidad es un traidor a la patria por haberse enriquecido comprando armas obsoletas en tiempos de guerra.
Dictador y criminal que dejó en el desamparo a inocentes, que no tuvo misericordia con los campesinos masacrados, desaparecidos, o con los que huyeron dejando sus animales estallados y sus campos quemados, arrasados por la furia maldita de los señores de la guerra.
Jefe supremo del comando paramilitar, el Grupo Colina, que exterminó a dirigentes sindicales y sociales y a todo aquel que denunciara los crímenes de la mafia narco-fujimontesinista.
Estafador que remató empresas estratégicas con el apoyo de un séquito corrupto que hoy se esconde tras el silencio cómplice de una sociedad que protege a los ricos. De funcionarios lobistas que aún dirigen los ministerios productivos y que se enriquecieron a costa de las riquezas de todos los peruanos.
El cobarde que huyó dejando a sus huestes a merced de la justicia ha caído al fin. Qué dignidad puede reclamar su hija, a quien también deben juzgar por ser cómplice del miserable que subastó la poca reserva moral que aún quedaba en la clase política.
Su eminencia, encubridor de militares asesinos, hoy tiene el cuajo de pedir que dejemos de lado odios y venganzas. Aquel arzobispo de Ayacucho que colgó en la fachada de su diócesis el letrero "Aquí no se reciben denuncias de derechos humanos", hoy pide amar y perdonar. El que acostumbra a alborotar espíritus desde su púlpito, hoy pide "mayor madurez".
Tiene razón su eminencia. Madurez y paciencia necesitamos para enfrentar la desesperanza, pero con el corazón caliente para mantener viva la ira contra la indignidad de los que se enriquecen a costa de los humildes. Es tiempo de alegrar los corazones. Los tres ídolos de barro que devastaron la Nación, Guzmán, Montesinos y Fujimori, ya están presos.
Hoy, la claque mediática destaca el "suplicio" del delincuente mayor que ha caído en desgracia. Lo llaman presidente y hablan de su alta investidura cuando en realidad es un traidor a la patria por haberse enriquecido comprando armas obsoletas en tiempos de guerra.
Dictador y criminal que dejó en el desamparo a inocentes, que no tuvo misericordia con los campesinos masacrados, desaparecidos, o con los que huyeron dejando sus animales estallados y sus campos quemados, arrasados por la furia maldita de los señores de la guerra.
Jefe supremo del comando paramilitar, el Grupo Colina, que exterminó a dirigentes sindicales y sociales y a todo aquel que denunciara los crímenes de la mafia narco-fujimontesinista.
Estafador que remató empresas estratégicas con el apoyo de un séquito corrupto que hoy se esconde tras el silencio cómplice de una sociedad que protege a los ricos. De funcionarios lobistas que aún dirigen los ministerios productivos y que se enriquecieron a costa de las riquezas de todos los peruanos.
El cobarde que huyó dejando a sus huestes a merced de la justicia ha caído al fin. Qué dignidad puede reclamar su hija, a quien también deben juzgar por ser cómplice del miserable que subastó la poca reserva moral que aún quedaba en la clase política.
Su eminencia, encubridor de militares asesinos, hoy tiene el cuajo de pedir que dejemos de lado odios y venganzas. Aquel arzobispo de Ayacucho que colgó en la fachada de su diócesis el letrero "Aquí no se reciben denuncias de derechos humanos", hoy pide amar y perdonar. El que acostumbra a alborotar espíritus desde su púlpito, hoy pide "mayor madurez".
Tiene razón su eminencia. Madurez y paciencia necesitamos para enfrentar la desesperanza, pero con el corazón caliente para mantener viva la ira contra la indignidad de los que se enriquecen a costa de los humildes. Es tiempo de alegrar los corazones. Los tres ídolos de barro que devastaron la Nación, Guzmán, Montesinos y Fujimori, ya están presos.
