SEGÚN EL ESPECIALISTA HAY 14 CONGRESISTAS
FUJIMORISTAS CON VÍNCULOS CON EL NARCOTRÁFICO
Jaime Antezana
estuvo en Carabayllo el sábado 28 y dictó reveladora conferencia
denominada: “narcopolítica y narcoestado”
La
conferencia en mención, se realizó en las instalaciones del Local Comunal del
Primer Sector. La convocatoria genero expectativas de los asistentes por tratarse de un tema de coyuntura donde el Perú
se convertiría en Narco Estado si gana Keiko Fujimori conforme lo subrayo el reputado investigador durante el desarrollo
de su conferencia..
Según nota de prensa enviada a nuestra redacción nos hacen saber
que:
Jaime Antezana, hace de conocimiento público que en estas
elecciones no está en juego el cambio de modelo económico, sino el mismo Estado
que volvería a convertirse en un NARCOESTADO como lo fue desde el año 1990 al
96. Según sus apreciaciones, el Perú tiene casi 70 años de convivencia con el
narcotráfico. Nace en 1941 hasta la década del 50, que es la primera etapa de
este mal donde se fabricaban los famoso quesos (envoltorios de cierta medida),
que los pequeños narcos comercializaban y cuyo peso variaba de 2 a 10 kilos
como máximo. A partir de 1943, se comienza a utilizar las rutas de Atabaca y
Pacaypampa dirigiéndose a Ecuador.
La segunda etapa va desde la década del 60 hasta finales del 70.
Es aquí que el narcotráfico va a tener su etapa de ascenso teniendo como
epicentro el alto Huallaga, el Huallaga Central, el bajo Huallaga y
complementariamente los Valles de Apurímac y Ene (Ahora conocidos como el
VRAEM).
La época de los patrones
de la coca en el Perú.
En este período de bonanza del narcotráfico es cuando se conocen
a los más ‘celebres’ narcotraficantes que la historia del Perú haya conocido:
“Mosca Loca”; “El lunarejo”; “Cachiche Rivera”; “Vaticano”; “El Padrino”;
Carlos Lambert; entre otros. No fue sino hasta fines de los 70 cuando se logra
intervenir el más grande cargamento de droga de la época con ayuda de la DEA.
Sospechosamente, nunca intervinieron la casa de Carlos Lambert quien contó con
protección política de la dictadura militar de aquel entonces presidida por
Morales Bermúdez.
Pero hay un tercer período que es necesario también
considerarlo. En 1980 existían 85 mil hectáreas de coca. Hasta 1992 llegamos a
tener 129,100 hectáreas. Es decir, la demanda creció exponencialmente a tal
punto que pasamos de ser simples cultivadores a fabricar de lleno clorhidrato
de cocaína. El PBI se elevó a más del 35% y hasta los bancos enviaban sus
avionetas a las zonas cocaleras a recoger sus narcodólares.
El “Efecto globo”
En 1993 tras la muerte de Pablo Escobar en Colombia, fue
desarticulado el Cartel de Medellín. Quedó solo en el ruedo el Cártel de Cali
de los hermanos Orejuela, ellos son los que decidieron trasladar la coca a
Colombia. Poco tiempo después se implementaría la interdicción de las
narcoavionetas lográndose importantes bajas en el comercio de la droga. Un
promedio de 105 avionetas cayeron desde que se instaló el sistema de
interdicción aérea promovida por los Estados Unidos a través de la DEA en el
gobierno de Alberto Fujimori. Entre marzo y mayo del año 1995 es cuando los
colombianos del Cártel de Cali deciden dejar el país. Hacia 1997 la producción
de coca bajó a 38,700 hectáreas. Sin embargo, desde el año 2000 se iniciaría un
nuevo ciclo, esta vez ya no será impulsado por los cárteles colombianos sino
por sus serios competidores: los carteles mexicanos.
Cárteles mexicanos desplazan a cárteles colombianos
Estos carteles mexicanos se instalaron a largo de la costa
peruana, logrando operar en los puertos del Callao, Chimbote, Paita, Ica,
Matarani e Ilo. Empezando de esta manera el cuarto ciclo del narcotráfico en su
historia. Estamos entonces, hasta nuestros días viviendo la cuarta etapa del
narcotráfico en el Perú. A diferencia de los carteles colombianos (llamados
“colochos” en las zonas cocaleras), a los mexicanos les interesa el clorhidrato
de cocaína pura, así como el volumen traficado, constituyéndose así en las
multinacionales de la coca. A finales de los 90 van a demandar más cantidad de
droga. El Perú le vende actualmente su producción a Europa, Asia y Brasil y no
a Norteamérica. Al 2012 llegamos con 68,400 hectáreas de coca, y la producción
es de un aproximado de 128,239 toneladas de hoja de coca seca. La productividad
de la hoja de coca se triplicó a una tonelada de hoja de coca por hectárea.
Ahora se produce 3 toneladas y media con la implementación de paquetes
tecnológicos.
Hasta los años 80 se producía coca en 8 regiones del Perú. Hoy
se produce coca en 14 regiones. Toda esta producción va al narcotráfico. Se
erradica tan solo en cuatro o cinco regiones. La oferta no desparece a pesar de
la erradicación porque hay demanda de drogas a nivel mundial. No solo eso,
también se ha descubierto ‘la amapolización’ y ‘la marihuanización’. En el año
2012 se produce el segundo ´´Efecto Globo´´ porque la coca vuelve al Perú ante
la implementación del Plan Colombia lográndose decomisar la mitad de la cocaína
producida en ese país. El Perú está viviendo el Boom del Cloro debido a que la
droga es muy requerida por los cárteles mexicanos que demandan mayor cantidad.
Los millones que produce el narcotráfico
Actualmente 520 toneladas de clorohidrato de cocaína se exportan
de manera efectiva al exterior desde el Perú, separando obviamente las 30
toneladas que confisca la policía al año y las 18 toneladas que van al consumo
interno. En cifras reales son $2, 200,000 millones de dólares lo que produce
este ilícito negocio. Con este sucio dinero, Antezana afirmó, que se puede
´´comprar´´ todo el aparato estatal, y por supuesto, solventar a los narco
candidatos que participan en estas elecciones. A nivel mundial la cifra es
mucho más exorbitante superando ampliamente los $ 27, 675,000 millones de
dólares. De los $2, 200,000 millones de dólares que producen de ganancia los
cárteles nacionales, solo el 10% va a la compra de autoridades y candidatos.
Estamos hablando entonces de más de 90 millones de dólares con que cuentan para
manejar a su antojo la política nacional.
Saquen ustedes sus propias conclusiones
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