viernes, 4 de julio de 2008

GOBIERNO SE LANZA CON TODO CONTRA PARO NACIONAL

Informativo Virtual Nº 243CODECI-CN
viernes, 04 de julio de 2008
GOBIERNO
SE LANZA CON TODO
CONTRA PARO NACIONAL
Como era de esperarse, para nuestro chiflado presidente, el paro del 9 de julio, es promovido por agrupaciones comunistas. Sin embargo, pese a la campaña estatal por desacreditar el paro del 9 de julio, los diversos gremios ratificaron su participación. Es mas, se aúnan a la jornada de lucha, el Sindicato Unitario de Trabajadores del Transporte Terrestre del Perú, que agrupa alrededor de 100 mil trabajadores.
Como se podra apreciar, la situación es difícil, con huelgas y reclamos por todos lados. Las protestas previas no cesan, mineros y estudiantes toman las calles y mercados y organizaciones sociales se aúnan a la lucha.
Entre las principales exigencias destacan el cambio de la política económica, lucha contra el alza del costo de vida, aumento general de sueldos, salarios y pensiones, el cese de la represión y violencia contra los trabajadores, defensa irrestricta de los recursos naturales, atención a la agenda agraria y atención a la seguridad social
.
emilio torres melendez
PARA LA REFLEXION, PREUCUPACION Y DIFUSION, ADJUNTAMOS NOTA PERIODISTICA EL DIARIO LA REPUBLICA
FUENTE: Diario LA REPUBLICA
3-7-08Por un paro político, no electoral
Nicolás Lynch
El paro nacional del próximo 9 de julio se vislumbra como una gran movilización social de carácter político que de ser exitoso puede asestarle un primer golpe significativo a la prepotencia neoliberal que nos gobierna. Es preciso afirmar, a contrapelo de la monserga reaccionaria, que los paros nacionales son por su naturaleza políticos y se hacen para dar golpes que arranquen cambios significativos o debiliten la posición de un gobierno que ha perdido contacto con la población que lo eligió.
Este es el caso del gobierno de Alan García. Se trata de un gobierno de minorías, que ganó diciendo que iba a hacer una cosa y una vez en el poder hace otra; gobierna por ello no con su propia votación sino con el 24% de votos de Lourdes Flores que fueron los peruanos que respaldaron el programa de derecha que hoy implementa. El paro entonces se justifica, los peruanos no tenemos por qué soportar que nos gobierne una minoría que perdió las elecciones y nos asiste, por lo tanto, el derecho a reclamar cambios de fondo en la conducción gubernamental.
Sin embargo, es preciso no confundir la expresión social de la política, indispensable y profundamente democrática, con el uso electoral de la misma. En los últimos 30 años, del paro del 19 de julio de 1977 en adelante , se ha querido ver, especialmente desde la izquierda, en cada paro nacional una coalición política con perspectiva de gobierno. Acordémonos nomás del fracaso político del último paro en julio del 2004, que a pesar de la precariedad del gobierno toledista logró ser aislado por la derecha, justamente por la ilusión "electoral" que albergaba.
Esta confusión es por eso un craso error. Una cosa es juntar ciudadanos para protestar y exigir cambios específicos e incluso generales y otra juntarlos para elegir a quien va a gobernar. Lo primero es mucho más sencillo que lo segundo, porque no hay necesidad de estar de acuerdo en una perspectiva de futuro sino tan solo en los males presentes. El gobierno, en cambio, supone concitar esperanza y construir una identidad que congregue a una mayoría ciudadana, cuestión especialmente difícil para un pueblo sucesivamente traicionado como el peruano.
Sería bueno, por ello, que los dirigentes del próximo paro nacional aclaren los alcances del carácter "político" de su convocatoria, no para tranquilizar a la derecha –algo que no vale la pena– sino para no repetir los errores a los que los paros nacionales, desafortunadamente, nos tienen ya acostumbrados. Si político significa empezar a unificar la protesta social contra el neoliberalismo para arrancarle concesiones a la derecha gobernante, bienvenido sea. Pero si lo que se quiere es también vender una coalición con perspectiva electoral ¡mucho cuidado! Esa película ya nos las han pasado varias veces y no conduce sino a frustrar, en este caso tempranamente, las expectativas de cambio de millones de peruanos.
la historia nos enseña:
sin lucha no hay victoria