Increíble pero cierto. Keiko
Fujimori, la hija del ladrón y asesino Alberto Fujimori se alucina diva al
extremo de negarse a conceder entrevistas. Todo bien, todo tranquilo, pese a que debería estar presa en Santa Mónica por haber recibido dinero
sucio de Odebrecht y del narcotráfico para
financiar su campaña por lo que debería recibir el mismo tratamiento que
Ollanta Humala y Nadine.
Pero ¿Dónde está Keiko? Ha
desaparecido por completo como si la tierra se lo habría devorado. Sin embargo,
¡oh sorpresa! La diva reapareció. No cabe ninguna duda, decidió salir de su
madriguera en busca de la prensa probablemente motivada porque según las encuestas su aceptación se
viene en picada a diferencia de su hermano que viene creciendo al igual que
otros personajes de la política y sin trabajar, preocupante si tenemos en
cuenta que Doña Keiko, embrutecida por el poder, lo que busca es ese poder pese a que no sabe qué hará una vez que lo obtenga
pero, para están sus secuaces ligados al narcotráfico, las
universidades-estafa, las mineras, la agroindustria y la construcción. Ellos si
saben lo que quieren y esperan ávidos el desenlace.
Quedan muchas interrogantes en el
tintero.
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