El caso
Odebrecht continua levantando polvo y entre los denunciados e implicados hay
tres expresidentes, funcionarios y 6 agrupaciones políticas, lacras que
utilizaban al país como botín para repartirse el patrimonio público con
total cinismo y desvergüenza como lo da a entender la nota que republicamos por
su alto contenido reflexivo, para la reflexión y difusión.
Todos
los acusados en el escándalo Odebrecht se dicen inocentes. Si fuera cierto, no
habría crimen ni castigo.
Jorge
Barata dice que al partido de Keiko Fujimori se le entregaron 1’200,000 dólares
a través de Jaime Yoshiyama. De inmediato, este ha salido a defender su honor
maltratado, negando las coimas.
Dice
Barata que Luis Alva Castro recibió 200 mil dólares para una campaña electoral
del Apra en que el candidato presidencial era Alan García. García saltó de
alegría y reafirmó que él personalmente no recibió coimas.
Barata
afirma que Alejandro Toledo recaudó 700 mil dólares por intermedio de Avraham
Dan On. Por lo tanto, el malo de la película es ese ciudadano israelí y no el
presidente peruano.
El
presidente Pedro Pablo Kuczynski captó 300 mil dólares, pero no los tocó,
porque llegaron a través de Susana de la Puente.
Barata
asegura que Ollanta Humala recibió tres millones de dólares, para la campaña de
2011, suma que se entregó en dos partes: una en Brasil, por intermedio del
empresario brasileño Valdemir Garreta; la otra, en Lima, por presión de Nadine
Heredia, en un departamento de Miraflores.
Valdemir
Garreta sirvió también de puente para un aporte de tres millones de dólares a
fin de financiar la campaña del No en favor de Susana Villarán.
Conocida
es la anécdota según la cual el mariscal Ramón Castilla visitó la Cárcel
Central de Varones e interrogó a los presos sobre sus delitos. Casi todos
alegaron ser inocentes. “Estoy preso por una falsa calumnia”, afirmó un ladrón.
Solo tres se confesaron delincuentes. El mariscal ordenó que esos tres fueran
puestos en libertad… para evitar que contagiaran a los “inocentes”.
En
la ruta filantrópica de don Ramón, propongo que se corte por lo enfermo el caso
Odebrecht, con un acuerdo que declare:
Que
Barata es un desequilibrado mental que inventó calumnias contra personajes
sanos y sagrados; que se averigüe a dónde fueron a parar los dineros que los
“inocentes” dicen no haber cobrado y que estos sean encerrados en una cárcel en
la que enseñen el arte del cuento
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