La confrontación Keiko y Kenji no existe, es una estrategia
camino a la captura del poder. Al final los hermanos terminaran juntándose.
“Miserable
estilo de hacer política”, como lo da a entender la nota informativa que
adjuntamos para la reflexión y difusión:
KEIKO, HEREDERA DEL “TÍO VLADI”
Por Diario UNO el marzo 5, 2018 Guardar
Keiko y Kenji Fujimori se disputan la herencia de Montesinos,
una herencia que no incluye bienes intelectuales, sino morales, o más bien
inmorales. El propio Montesinos se ha encargado de aclarar las cosas.
Todo empezó cuando el inefable congresista Héctor Becerril
afirmó que Montesinos había dejado huella en Kenji Fujimori. Desde la prisión,
el exasesor de Alberto Fujimori, contradijo.
Montesinos pidió a su abogada que desmintiera esa versión, en
los siguientes términos:
“En la década del 90 con quien yo hablaba más es con Keiko
Fujimori y no con Kenji, por lo que si dejé alguna huella esa debe ser en
Keiko.”
Fulminante. Tiene razón don Vladi. En el tiempo en que albergó a
la familia Fujimori, Keiko ya era una señorita que podía usurpar a su madre el
título de primera dama de la nación. Kenji era muy pequeño para dialogar con
don Vladimiro.
¿De qué hablaban Vladi y Keiko? Sin duda no era en favor de la
democracia o de la defensa de los derechos humanos o la lucha contra el
narcotráfico (que beneficiaba al “tío Vladi” y, de paso, a Keiko.)
El exmilitar que entregó secretos castrenses peruanos a la CIA
no se ocupaba sin duda de resaltar valores patrios, las grandes luchas contra
la discriminación, la explotación y el autoritarismo. Más probable es que le
trasmitiera lo que estaba a la vista: el desprecio por la libertad de prensa,
la creación del periodismo chicha financiado con fondos sustraídos al
presupuesto de la defensa nacional.
Los hijos de la familia Fujimori recibían sin duda versiones
falsas sobre matanzas como las de La Cantuta, Barrios Altos, versiones que
tenían que ocultar que Vladimiro era el jefe de los asesinatos contra inocentes
y el facilitador del Grupo Colina, con el visto bueno del jefe del Estado.
Sin duda que el núcleo de la herencia de Montesinos está
compuesto de una rica veta de cinismo, codicia, mentira, calumnia y falta de
escrúpulos.
Montesinos sugiere que su mejor alumna es Keiko. Su ejemplo (su
prontuario) están disponibles en manos de Keiko.
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