MICHAEL PORTE SEÑALABA: EL PERÚ HA VIVIDO ESTOS
AÑOS "UNA ILUSIÓN EXPORTADORA" PORQUE LAS CIFRAS EN AZUL PROCEDEN DEL
ALZA DE LAS MATERIAS PRIMAS, MIENTRAS QUE NUESTRA EXPORTACIÓN DE PRODUCTOS CON
VALOR AGREGADO PERMANECE INMÓVIL
Carlos Monge, investigador de DESCO: ¿Es
sostenible un modelo que genera ingresos exportando minerales y otras materias
primas, y utiliza parte de esos recursos para financiar programas sociales que
reduzcan la pobreza y traten de compensar las desigualdades?
No creo que eso sea sostenible. En primer lugar, porque dependes de un sector que se te puede caer en cualquier momento, mañana se cae un poco más el precio de los minerales y se te acabó la plata para los programas sociales; pero, además, si aún tuvieses plata por unos diez años más, la intervención del programa social no soluciona, por ejemplo, problemas de la productividad y competitividad de la pequeña producción rural. ¿Cómo haces para que un campesino pueda vivir dignamente de vender su olluco y sus papas sin tener que depender de un programa social? Eso crea problemas de propiedad, de producción, de tecnología, de composición del mercado interno, de estructura de la canasta de consumo en los medios urbanos.
No creo que eso sea sostenible. En primer lugar, porque dependes de un sector que se te puede caer en cualquier momento, mañana se cae un poco más el precio de los minerales y se te acabó la plata para los programas sociales; pero, además, si aún tuvieses plata por unos diez años más, la intervención del programa social no soluciona, por ejemplo, problemas de la productividad y competitividad de la pequeña producción rural. ¿Cómo haces para que un campesino pueda vivir dignamente de vender su olluco y sus papas sin tener que depender de un programa social? Eso crea problemas de propiedad, de producción, de tecnología, de composición del mercado interno, de estructura de la canasta de consumo en los medios urbanos.
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“EL CONSUMISMO Y
EL EXTRACTIVISMO NOS VAN A LLEVAR A CATÁSTROFES AMBIENTALES Y SOCIALES”
Eduardo Gudynas, secretario ejecutivo del Centro Latinoamericano de Ecología Social (CLAES), analiza la necesidad de caminar hacia una sociedad post extractivista.Escriben: Iara Urbina/Nylva Hiruelas
Los tiempos de crecimiento económico
están quedando atrás, y la región latinoamericana se enfrenta a unos promedios
muy modestos. Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) las previsiones de
crecimiento están por debajo del 1%, tras haber sostenido tasas superiores al
6% durante varios años. La reducción del precio de las materias primas en el
mercado internacional, el menor crecimiento de la economía china y el
estancamiento de la zona euro se señalan como una de las causas. Entre
las recetas para mejorar la situación se apunta a la diversificación
de la capacidad productiva o el aumento de la productividad.
Sin embargo, poco suena en el discurso
público el denominado “post extractivismo”, una propuesta que mas allá de poner
parches a los problemas, considera necesario abandonar la clásica defensa
del crecimiento económico como meta y necesidad del desarrollo, y volver a
enfocarse en la calidad de vida de las personas y la conservación ambiental.
Eduardo Gudynas, secretario ejecutivo del Centro Latinoamericano de Ecología
Social (CLAES) nos habla sobre ello. Además le responde al ministro del
Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, quien descalificó sus propuestas.
“Dentro de las diversas
opciones de cambio que propone el post extractivismo todas tienen en común
reconocer que no se puede vivir de aquí a la eternidad vendiendo materias
primas, hay que salir de la dependencia extractivista”, sostiene Gudynas. “Hay
países que no dependen del extractivismo, pero son consumistas. Hay países que
generan extractivismos en la periferia; por ejemplo, el alto nivel de consumo
de los países industrializados, es a costa del extractivismo en nuestras
naciones porque somos nosotros quienes les vendemos la materia prima. Lo que
está claro es que esas estrategias de desarrollo son insostenibles, nos van a
llevar a la catástrofe ambiental y social”, explica.
“El post extractivismo no propone
prohibir la minería, propone salir del modelo extractivista”, sentencia y
agrega que “si bien las actividades extractivas generan un ingreso importante,
no es determinante como los impuestos internos, asimismo es un sector que
genera muy poco empleo, hay pérdida de tierras de cultivo, meses de conflicto
social e intervención de las fuerzas de seguridad”. Una de las medidas que
proponen desde CLAES es reducir los emprendimientos de megaminería más
contaminantes -y que dependen del exterior-, para pasar paulatinamente a la
explotación de recursos minerales para cubrir las necesidades de los mismos
países de la región.
Los discursos de diversificación
económica que abandera el presidente Humala parecen quedar lejos de una
economía que sigue apostando por el modelo extractivista como reflejan los
recienten datos económicos del Instituto Nacional de Estadística e Informática
(INEI) que revelan que la minería y la pesca, actividades primario-exportadoras
han crecido, mientras que la industria o la construcción decrecen. Gudynas
comenta al respecto que “en el Perú parece que existiera una teología del
extractivismo, es una fe ciega, más allá de toda la acumulación abrumadora de
pruebas de todo el planeta y de Perú sobre los impactos sociales, económicos y
ambientales. Todo el potencial que el país tiene en el sector agropecuario y
forestal, desaparece debajo de la minería y el gas natural”.
“El fortalecimiento agropecuario
produce alimentos, entonces bajan las necesidades de importarlos y tener que
vender petróleo o minerales para importar comida; el otro gran rubro es la
inversión en la reforma del sector energía, para ir abandonando una matriz de
energía dependiente del petróleo e ir dándole más sustento a fuentes
alternativas sostenibles,”, propone el investigador.
Explica que para reorganizar la
economía, una tarea pendiente es la reforma del sistema tributario porque “hay
actividades extractivistas que son baratas porque realmente transfieren costos
económicos a la población local, a los municipios o a los departamentos;
entonces hay que sanear eso, la producción extractivista tiene que reflejar su
verdadero costo”. “Planteamos incluir el costo de contaminar el agua en el
precio del mineral y vamos a capturar parte de ese valor mediante un tributo,
para que esté en manos del Estado y puedan descontaminar el agua”, añade.
“El ministro del Ambiente tendría que
ser el principal defensor de la biodiversidad”
Las propuestas de Gudynas sin
embargo se encontraron con el rechazo del ministro del Ambiente, Manuel
Pulgar-Vidal. “Es muy raro, y solo ha sucedido aquí en Perú, que la
descalificación venga del ministro del Ambiente, quien tendría que ser el
principal defensor de la biodiversidad, no de los inversionistas”. “Él
está criticando cosas que nosotros no afirmamos ni sostenemos, nosotros no estamos
en contra de la inversión extranjera; además el mandato que tiene un ministro
del Ambiente, tanto por la agenda dentro del Perú, como por la agenda ambiental
global, lo obligarían a que sea post extractivista, entonces me resultaría más
comprensible que surja una crítica desde un Ministerio de Minas”.
Sobre los decretos y leyes,
que se han promulgado durante el gobierno de Ollanta Humala, que rebajan
los estándares ambientales, el analista explica que “los Ministerios del
Ambiente sanos, vigorosos, modernos, son los que fortalecen, amplían las
exigencias de controles ambientales y lo elevan. Ahora, tampoco se puede
analizar un Ministerio del Ambiente fuera del contexto de cómo funciona un
gobierno, porque en muchos países los Ministerios del Ambiente son carteras,
secretarías que tienen mucho menos poder que un Ministerio de Economía o un
Ministerio de Minas”.
Sobre la relación que Pulgar-Vidal
estableció en un artículo publicado en el diario El Comercio, donde relacionó
las ideas de Gudynas con las de un movimiento de izquierda, él comenta:
“Nosotros no entramos en una agenda partidaria nacional; es decir, las disputas
que tengan diferentes sectores de gobierno con diferentes partidos políticos de
oposición, es un terreno donde nosotros no entramos. Nosotros abordamos las
propuestas del post extractivismo en el plano académico y práctico, desde la
sociedad civil, no desde una agenda partidaria”.
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