EL PNP FUE CREADO PARA CONCENTRAR ORGÁNICAMENTE LOS ESFUERZOS EN LA FUTURA POSTULACIÓN DE 2011 Y NO DEPENDER DE UN PARTIDO YA CONSTITUIDO COMO UPP
El Partido
Nacionalista apareció en la escena tras la derrota de Ollanta Humala frente al
aprismo, que significó la capitulación de su proyecto chavista en 2006. El PNP
fue creado para concentrar orgánicamente los esfuerzos en la futura postulación
de 2011 y no depender de un partido ya constituido como UPP que pediría, sin
duda, una cuota en la conformación de la lista parlamentaria como hizo en la
primera postulación del militar. Uno de los fundadores y articuladores de este
nuevo proyecto fue Carlos Torres Caro, quien ha salido hace poco en este mismo
diario a expresar posiciones de crítica bastante duras respecto al presente de
dicha organización, que abandonó antes de iniciada la última campaña
presidencial.
Al proyecto nacionalista se sumaron
rápidamente personajes de la “izquierda” local atraídos por la plataforma
estatista del candidato, su complacencia con el régimen venezolano y su
orfandad de vocerías políticas que ellos ofrecieron llenar, como en efecto
hicieron Tapia, Diez Canseco, Lerner, etc. Ellos más colectivos diversos
conformaron la alianza “Gana Perú” con la que Humala derrota al fujimorismo en
segunda vuelta para lo cual tuvo que abandonar el programa de “La Gran
Transformación” e ir hacia la “Hoja de Ruta”, bajo el padrinazgo de Vargas Llosa
y la garantía convenida de un disminuido Alejandro Toledo. Tras seis meses de
gobierno la izquierda fue desbancada a empellones,
El nacionalismo afortunadamente –en
uno de sus pocos aciertos- abandonó el programa de la “Gran Transformación”
pero no tuvo la suficiente convicción, ni capacidad ni mucho menos experiencia
para abrazar con firmeza el camino del crecimiento económico que por entonces
transitaba por el 8 %. Los estragos de este manejo tan errático los empiezan a
sentir la clase media y los más pobres con la subida de los productos básicos y
el alza trepidante del dólar. Sus voceros han entrado en un profundo desgaste,
sus técnicos aliados en el desprestigio y su bancada se evapora poco a poco,
siendo superados ahora por Fuerza Popular.
Nunca quedó claro cuáles fueron los
aportantes generosos con los que se financió la campaña del Partido
Nacionalista, la que fue, a todas luces, el despliegue operativo y publicitario
más costoso, incluyendo además la asesoría permanente de Luis Favre, quien como
es conocido es un asesor que cobra honorarios bastante altos. Esta duda
persiste hasta hoy asociándose el hecho al dinero venezolano, al oro ilegal,
etc.
Las agendas de Nadine representan la
ruina moral del nacionalismo; su estocada final. Han terminado, además, de
liquidar políticamente al régimen para el futuro, del que queda solo esperar el
opaco y triste final. Todo esto nos llama a la reflexión sobre elegir líderes
sin partido, sin ideología y sin experiencia, asesorados por
marketeros-lobbistas extranjeros…
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