PARECIERA QUE LA IZQUIERDA NO QUIERE GOBERNAR
Muchas son las preguntas que surgen en torno al futuro de la
izquierda. Pareciera que la izquierda no quiere gobernar. Ha hecho de todo sin ningún resultado.
En este contexto ¿Tiene futuro la izquierda? Sobre el tema, echemos un vistazo rápido al artículo publicado
por Raúl Wiener que manifiesta que apostar a
la confusión, puede en ciertas circunstancias, llegar a ser aún más grave que
la división.
AHÍ VA LA NOTA: SE
ACABAN LOS PLAZOS DE LA IZQUIERDA
Apostar
a la confusión, puede en ciertas circunstancias, llegar a ser aún más grave que
la división. Le ocurre a una voceada precandidata que dice estar a favor de la
unidad de toda la izquierda, y está convencida que el camino para ese objetivo
pasa por la elección que el bloque a la que el bloque al que pertenece ha
planeado para los próximos días para dirimir entre sus precandidatos, y lograr
una propuesta nacional. Dicen que este mecanismo es unitario porque cualquiera
puede ir a su elección. Como si una votación, sin padrones y sin adherencias
explicitas (por ejemplo no votar en el otro bloque), fuera ser visto como la
propuesta más democrática del mercado electoral y que responde a lo que
quisiera el pueblo.
En
la otra orilla, el jefe del partido con su inscripción se impacientó y se dio
con que en su frente el que más se movía era el cura Arana y que a pesar que
formalmente cualquiera podía afiliarse, postularse y de repente ganar, casi
todos daban por descontado que el ex religioso saldría de candidato, que para
eso fundó Tierra y Liberad y se quedó con el nombre de Frente Amplio (sin
amplitud verdadera) . Entonces el congresista Yehude Simon, sintió como que le
ida el tren y que tenía a sus aliados inmovilizados pensando precisamente en
convencerlo de que desistiera de sus pretensiones. Ahora Yehude está forzando
otra elección “abierta” (vota el que quiere, y está super-seguro que vencerá.
Así
que nos vamos a dos candidaturas que tienen cada una alrededor de 1% en las
encuestas y que no entusiasman fuera de sus organizaciones, pero según dicen
hacen lo que hacen a favor de una gran unidad de la izquierda. Curiosamente la
precandidata que cree que la elección abierta lo cambia todo, no se ha inscrito
para la elección, y la única cosa que parece que la detiene es que podría
superar a Arana, por carisma y trayectoria, y podría convertirse, por reclamo
de las bases, en la representante de
todas las izquierdas. Tamaña responsabilidad, que no querría ser asumida
porque significa revelar si en verdad hay voluntad de someterse a los reclamos
de la gente.
Si
Verónika no va, si Sergio Tejada ha enredado sus novedosos proyectos Merecemos
Más y Bloque Popular, en un acuerdo con los fonavistas, sin otro principio que
el de la foto con la multitud de reclamantes, que siempre llenan plazas, pero
no ganan elecciones, como si de todo lo que se tratara en estos momentos, es de tener también su inscripción
por si lo dejan fuera. También los ex presidentes regionales están a punto de
lanzarse, seguro con la mejor de las intenciones, pero fraccionando aún más el
escenario progresista. Si esto no es una confusión general, ¿qué puede ser? Tal
vez, el desastre universal.
Humala
estaría dejando al país en un caos en el que ni siquiera se sabrán quiénes son
los culpables.
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