Como
es de conocimiento público, el presidente del Perú, incapaz de resolver la huelga de los maestros que lleva más dos
meses, convoca a los serviles
vasallos del imperio para tomar acuerdos
sobre
el destino del Presidente Maduro
que solo les corresponde a los venezolanos.
La
pregunta ¿Qué hay detrás de todo este asqueroso tinglado? Encubre un grueso contrabando: Buscar que el
problema se resuelva con una intervención militar.
Es
que Venezuela posee reservas
estratégicas de petróleo, agua, cobre, cobertura forestal y metales raros. Tiene
la principal reserva de petróleo del mundo y es además el principal exportador
de petróleo del hemisferio occidental.
A
continuación adjuntamos una nota que reforzaría
nuestra preocupación y que posteamos por su alto contenido reflexivo:
UN GOBIERNO PARALELO
Por Diario UNO el agosto 9, 2017
Diecisiete países de América han suscrito ayer en Lima un
documento por el cual no solo condenan al régimen de Nicolás Maduro, sino que
se atribuyen poderes que se declaran un gobierno paralelo que ordena y manda,
desde lejos, en Venezuela.
Los acuerdos reflejan la voluntad de Washington. Ese solo hecho
los convierte en desechables. Su texto afirma buscar la negociación con pleno
respeto de las normas del derecho internacional y el principio de no
intervención, pero basta leer sus anunciados principales para darse cuenta de
que se trata de una injerencia descarada en los asuntos internos de Venezuela y
contra los intereses de su pueblo, incluidos aspectos de economía y defensa
nacional.
Expresa la Declaración:
Su condena a la ruptura del orden democrático en Venezuela.
Su decisión de no reconocer a la Asamblea Nacional
Constituyente, ni los actos que emanen de ella, por su carácter ilegítimo.
Su pleno respaldo y solidaridad con la Asamblea Nacional,
democráticamente electa.
Los actos jurídicos que conforme a la Constitución requieran
autorización de la Asamblea Nacional, solo serán reconocidos cuando dicha
Asamblea los haya aprobado.
Su apoyo a la decisión del Mercosur de suspender a Venezuela en
aplicación del Protocolo de Ushuaia sobre Compromiso Democrático.
Su decisión de no apoyar ninguna candidatura venezolana en
mecanismos y organizaciones regionales e internacionales.
Su llamado a detener la transferencia de armas hacia Venezuela a
la luz de los artículos 6 y 7 del Tratado sobre el Comercio de Armas.
Hay que reconocer que estos principios renuevan el método de
intervención foránea en Nuestra América. Durante el siglo XX, el imperialismo
actuó solo, aunque con la ayuda de vendepatrias nacionales. La lista de
injerencias yanquis es larga: Nicaragua, Haití, República Dominicana, Chile,
Argentina, Panamá, Granada, una pequeña isla que “amenazaba la seguridad de los
Estados Unidos”.
Ahora, la Casa Blanca tiene a su disposición la intervención
colectiva, que Víctor Raúl Haya de la Torre, en seña de claudicación, había
recomendado en los años 30 en su libro La Defensa Continental. Puede esperarse
lo peor del Tío Sam al calor de la Declaración de Lima. Lo más grave es que el
racista Donald Trump no tardará en castigar también a sus adictos. Se oyen
pasos.
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