Pretender
ser los defensores de la ética y la moral a costa de la mentira tal como lo
hace Diario exitosa en estos días en que han desatado el show de que el hijo de
la ministra postuló a Beca 18 (programa de becas para estudiantes con probado
nivel de pobreza), denuncia que no se ajusta a la realidad y la legalidad puesto que el señor postuló a
la Beca Presidente de la República, que financia estudios de posgrado en el
exterior como lo señala la nota que adjuntamos:.
ASÍ DE SENCILLO: LO CIERTO Y LO FALSO EN
LA DENUNCIA DE DIARIO EXITOSA CONTRA MARILÚ MARTENS
Por Franco Mori Petrovich - 31 Julio,
2017
Controversial denuncia. La semana
comenzó con una publicación del diario Exitosa que acusa al hijo de la ministra
Marilú Martens de haber postulado a una Beca 18, encendiendo así la furia de
varios sectores que no dudaron en exigir, de manera inmediata, su renuncia al
Ministerio de Educación.
El caso es que hay una serie de
inexactitudes en la nota del diario cuyo director periodístico es Martín Valdivia,
exdirector de “El Chino” en la década de los 90. Uno de ellos, el más grave, es
que afirman en el titular que el hijo de Martens sí accedió a la Beca 18.
VAYAMOS CON EL ANÁLISIS:
LO CIERTO
Es una verdad irrefutable que el hijo
de Marilú Martens, Gabriel Aguirre, sí tentó ganarse una beca. La prueba la
difundió el mismo diario Exitosa.
También es verdad que no la ganó. Las
razones son casi obvias: Aunque para casi todo el mundo, la familia
Aguirre-Martes podría ser considerada como “pudiente” económicamente, lo cierto
es que el hijo nunca presentó ante le entidad competente, Pronabec (Programa
Nacional de Becas), los documentos necesarios que sustenten que su familia
recibe un ingreso per cápida inferior a 3,000 soles, como exigen los
requisitos.
Sucede que la Beca Presidente de la
República no está orientada necesariamente a personas pobres sino simplemente a
personas que quizás no tienen recursos suficientes para pagar un estudio de
postgrago.
Por otro lado, no existen otros
requisitos que impiden la postulación del hijo de un funcionario público a la
beca Presidente de la República, con la salvedad de ser familiar de un
funcionario de Pronabec, es decir, no es el caso de Marilú Martens.
LO FALSO
Es importante saber que la Beca 18 es
un programa orientado única y exclusivamente a personas de bajos recursos,
quizás en condición de pobreza. Pero el hijo de Martens nunca tentó obtener
dicha gracia, sino más bien una Beca Presidente de la República (Beca PR), la
cual aplica para personas que simplemente no tienen recursos suficientes para
costear un estudio de postgrado, entre otros requisitos.
En este sentido, se desprenden dos
graves errores, quizás difamaciones, en la portada de Diario Exitosa: En primer
lugar, afirman que el hijo está (verbo tácito en tiempo presente) formando
parte de la beca y, en segundo lugar, que se trata de Beca 18. Falso: Gabriel
nunca tuvo el visto bueno del Pronabec ni quiso ganarse una Beca 18.
Ojo: El hijo postuló cuando Martens
todavía no era ministro sino una simple funcionaria. Los requisitos de la beca
no impide que hijos de funcionarios accedan a tal beneficio, salvo los
funcionarios directos del Pronabec.
Sin embargo, hay más detalles más
allá del titular los cuales fueron explicados brillantemente por el analista
político y exfuncionario del Minedu, Álvaro Zapatel.
A CONTINUACIÓN, LA EXPLICACIÓN COMPLETA:
ESCRIBE: ÁLVARO ZAPATEL
Antes de que me acusen de “matar al
mensajero” (porque el nivel de Exitosa tras la salida de Tafur es paupérrimo y
coincide con el ingreso de Martín Valdivia -ex director de “El Chino”
noventero, rey de la prensa chicha con estiércol) veamos la portada.
El titular dice que el hijo de la
ministra postuló a Beca 18 (programa de becas para estudiantes con probado
nivel de pobreza), pero si uno hace zoom al pantallazo que figura ahí se puede
leer que el señor postuló a la Beca Presidente de la República, que financia
estudios de posgrado en el exterior.
Sí, en ese entonces la Beca
Presidente exigía demostrar que se contaban con recursos limitados para
estudiar un posgrado fuera (que es distinto a demostrar vivir en situación de
pobreza).
Esto era equivalente a demostrar, si
mal no recuerdo, que el “sueldo per cápita en una familia” no podía ser mayor
a, por ejemplo, S/3,000. Es decir, si en una familia de tres los sueldos
sumados de los miembros de la
familia eran S/9,000 o menos, el
postulante era elegible.
Claramente el señor no pudo demostrar
ese nivel de ingresos y el Pronabec hizo bien en no considerarlo elegible para
la beca.
Cabe destacar que, a diferencia de la
convocatoria de ese año, en la convocatoria de este año para la Beca Presidente
ese ya no fue un requisito.
Hasta ahí no hay nada extraño, ni
nada noticioso.
Lo que sería cuestionable, y con
justa razón, es que el señor se haya presentado cuando la hoy ministra era
asesora del despacho ministerial. Se puede decir incluso que hay o un evidente
desconocimiento de las implicancias éticas de postular a una beca de una
entidad para la que su madre trabaja en un puesto de confianza y de alto nivel,
hasta para pensar en la potencial malicia que podría percibirse de mandarse
para la beca a sabiendas de la posible influencia que su madre podía ejercer
con miembros del Pronabec.
Digamos que lo ético para el hijo de
la ministra debió ser inhibirse de postular, ya que evidentemente no solo no
era elegible por no poder comprobar el nivel de ingresos requerido sino que,
finalmente, era hijo de una funcionaria de confianza y de alto nivel en el
ministerio.
Sin embargo, todo eso entra en el
terreno de la especulación.
Habría que ver también la motivación
de los trabajadores de Pronabec hoy cesados para comerse el pleito de difundir
esta información. Sostener que fueron retirados por no darle la beca al
muchacho es difícil de comprobar y más bien hace sentido que se cambie personal
cuando entra una nueva directora del programa en el supuesto de que estos hayan
pasado por un proceso de evaluación con métricas verificables.
Finalmente, seguramente hay datos que
permitirían hacer una crítica con sustento al caso del hijo de la ministra,
pero desinformando y tergiversando la verdad no se puede tomar esta discusión
con seriedad en absoluto. No caigamos en las malas prácticas de eso que decían
que era “periodismo” en los años noventa.
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