martes, 1 de agosto de 2017

EL RETORNO DE LOS DIARIOS CHICHA DE LOS 90s: LA PORTADA DE DIARIO EXITOSA

Pretender ser los defensores de la ética y la moral a costa de la mentira tal como lo hace Diario exitosa en estos días en que han desatado el show de que el hijo de la ministra postuló a Beca 18 (programa de becas para estudiantes con probado nivel de pobreza), denuncia que no se ajusta a la realidad  y la legalidad puesto que el señor postuló a la Beca Presidente de la República, que financia estudios de posgrado en el exterior como lo señala la nota que adjuntamos:.
ASÍ DE SENCILLO: LO CIERTO Y LO FALSO EN LA DENUNCIA DE DIARIO EXITOSA CONTRA MARILÚ MARTENS
Por Franco Mori Petrovich - 31 Julio, 2017
Controversial denuncia. La semana comenzó con una publicación del diario Exitosa que acusa al hijo de la ministra Marilú Martens de haber postulado a una Beca 18, encendiendo así la furia de varios sectores que no dudaron en exigir, de manera inmediata, su renuncia al Ministerio de Educación.
El caso es que hay una serie de inexactitudes en la nota del diario cuyo director periodístico es Martín Valdivia, exdirector de “El Chino” en la década de los 90. Uno de ellos, el más grave, es que afirman en el titular que el hijo de Martens sí accedió a la Beca 18.
VAYAMOS CON EL ANÁLISIS:
LO CIERTO
Es una verdad irrefutable que el hijo de Marilú Martens, Gabriel Aguirre, sí tentó ganarse una beca. La prueba la difundió el mismo diario Exitosa.
También es verdad que no la ganó. Las razones son casi obvias: Aunque para casi todo el mundo, la familia Aguirre-Martes podría ser considerada como “pudiente” económicamente, lo cierto es que el hijo nunca presentó ante le entidad competente, Pronabec (Programa Nacional de Becas), los documentos necesarios que sustenten que su familia recibe un ingreso per cápida inferior a 3,000 soles, como exigen los requisitos.
Sucede que la Beca Presidente de la República no está orientada necesariamente a personas pobres sino simplemente a personas que quizás no tienen recursos suficientes para pagar un estudio de postgrago.
Por otro lado, no existen otros requisitos que impiden la postulación del hijo de un funcionario público a la beca Presidente de la República, con la salvedad de ser familiar de un funcionario de Pronabec, es decir, no es el caso de Marilú Martens.
LO FALSO
Es importante saber que la Beca 18 es un programa orientado única y exclusivamente a personas de bajos recursos, quizás en condición de pobreza. Pero el hijo de Martens nunca tentó obtener dicha gracia, sino más bien una Beca Presidente de la República (Beca PR), la cual aplica para personas que simplemente no tienen recursos suficientes para costear un estudio de postgrado, entre otros requisitos.
En este sentido, se desprenden dos graves errores, quizás difamaciones, en la portada de Diario Exitosa: En primer lugar, afirman que el hijo está (verbo tácito en tiempo presente) formando parte de la beca y, en segundo lugar, que se trata de Beca 18. Falso: Gabriel nunca tuvo el visto bueno del Pronabec ni quiso ganarse una Beca 18.
Ojo: El hijo postuló cuando Martens todavía no era ministro sino una simple funcionaria. Los requisitos de la beca no impide que hijos de funcionarios accedan a tal beneficio, salvo los funcionarios directos del Pronabec.
Sin embargo, hay más detalles más allá del titular los cuales fueron explicados brillantemente por el analista político y exfuncionario del Minedu, Álvaro Zapatel.
A CONTINUACIÓN, LA EXPLICACIÓN COMPLETA:
ESCRIBE: ÁLVARO ZAPATEL
Antes de que me acusen de “matar al mensajero” (porque el nivel de Exitosa tras la salida de Tafur es paupérrimo y coincide con el ingreso de Martín Valdivia -ex director de “El Chino” noventero, rey de la prensa chicha con estiércol) veamos la portada.
El titular dice que el hijo de la ministra postuló a Beca 18 (programa de becas para estudiantes con probado nivel de pobreza), pero si uno hace zoom al pantallazo que figura ahí se puede leer que el señor postuló a la Beca Presidente de la República, que financia estudios de posgrado en el exterior.
Sí, en ese entonces la Beca Presidente exigía demostrar que se contaban con recursos limitados para estudiar un posgrado fuera (que es distinto a demostrar vivir en situación de pobreza).
Esto era equivalente a demostrar, si mal no recuerdo, que el “sueldo per cápita en una familia” no podía ser mayor a, por ejemplo, S/3,000. Es decir, si en una familia de tres los sueldos sumados de los miembros de la
familia eran S/9,000 o menos, el postulante era elegible.
Claramente el señor no pudo demostrar ese nivel de ingresos y el Pronabec hizo bien en no considerarlo elegible para la beca.
Cabe destacar que, a diferencia de la convocatoria de ese año, en la convocatoria de este año para la Beca Presidente ese ya no fue un requisito.
Hasta ahí no hay nada extraño, ni nada noticioso.
Lo que sería cuestionable, y con justa razón, es que el señor se haya presentado cuando la hoy ministra era asesora del despacho ministerial. Se puede decir incluso que hay o un evidente desconocimiento de las implicancias éticas de postular a una beca de una entidad para la que su madre trabaja en un puesto de confianza y de alto nivel, hasta para pensar en la potencial malicia que podría percibirse de mandarse para la beca a sabiendas de la posible influencia que su madre podía ejercer con miembros del Pronabec.
Digamos que lo ético para el hijo de la ministra debió ser inhibirse de postular, ya que evidentemente no solo no era elegible por no poder comprobar el nivel de ingresos requerido sino que, finalmente, era hijo de una funcionaria de confianza y de alto nivel en el ministerio.
Sin embargo, todo eso entra en el terreno de la especulación.
Habría que ver también la motivación de los trabajadores de Pronabec hoy cesados para comerse el pleito de difundir esta información. Sostener que fueron retirados por no darle la beca al muchacho es difícil de comprobar y más bien hace sentido que se cambie personal cuando entra una nueva directora del programa en el supuesto de que estos hayan pasado por un proceso de evaluación con métricas verificables.

Finalmente, seguramente hay datos que permitirían hacer una crítica con sustento al caso del hijo de la ministra, pero desinformando y tergiversando la verdad no se puede tomar esta discusión con seriedad en absoluto. No caigamos en las malas prácticas de eso que decían que era “periodismo” en los años noventa.

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