Realmente cuesta mucho creer que
entre los adictos al poder existan personajes liderando encuestas bambas, infeliz
pachotada si recordamos lo acontecido en la última elección. En aquel entonces, Marcos encabezaba
las encuestas pero perdió.
Hoy el escenario es diferente. Hay condiciones objetivas y
subjetivas para que cualquier idiota se convierte en el alcalde de Carabayllo. Pero,
los candidatos continúan incurriendo en
los mismos errores que terminarían favoreciendo al candidato del procesado
alcalde Rafael Álvarez.
Los candidatos tienen que entender o
alguien tiene que hacerles entender que una elección no se gana encabezando
encuestas bambas en la creencia que quienes asisten al circo electoral son
unos idiotas que se van a tragar el cuento por ejemplo, que Pablo Mendoza
encabeza las encuestas. Es una forma estúpida de hacer política como lo es
sembrar en todo el distrito locales
partidarios fantasmas o empapelando
paredes y muros de gigantografias. Los candidatos no son tarros de leche
que hay que publicitar.
No esta demás señalar no gana el mejor, no gana el que
cuenta con un extraordinario plan. Gana el que hace que las debilidades del
contrincante se conviertan en sus fortalezas. Es así que en la última elección gano Álvarez
porque supo aprovechar las debilidades de sus opositores convirtiéndolos en fortaleza
que finalmente determinaron su ajustado triunfo.
Además, una elección no se gana tan solo deseándolo, el camino al infierno está
empedrado de buenas intenciones.
En consecuencia, quien decide una elección
no es el partido, no es el candidato por
más brillante que parezca, menos el derroche de dinero. Quien finalmente decide
una elección es el pueblo y para ello
hay que llegar a ellos con
propuestas claras sobre gestión
municipal, sobre lucha contra la corrupción y la pobreza.
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