Este Artículo fue publicado por Níkolas Stolpkin el
Miércoles 12 de septiembre de 2012 y cobra actualidad a propósito de las elecciones presidencial que se avecina.
Níkolas Stolpkin es analista político y autodidacta. La posteamos por su alto
contenido reflexivo
Partamos definiendo brevemente lo que es Izquierda y Derecha…
Está claro de que desde el punto de vista de la lógica burguesa lo que se
denomina “izquierda” y “derecha” son en definitiva dos caras de una misma
moneda. Al estar estas estrechamente relacionadas con las ideas y los intereses
de la élite del Poder, o de la clase dominante, la diferencia que pueden haber
entre ellas se hace mínima.
Desde un punto de vista revolucionario lo que denominamos como
Izquierda, es lo que podríamos definir como el campo progresista, conformados
por elementos de avanzada de las clases dominadas; y, por otra parte, como
fuerza antagónica, la Derecha, que podríamos definir como el campo
reaccionario, conformados por los elementos de avanzada de la clase dominante.
Por tanto ignorar la existencia de la Izquierda y la Derecha,
desde un punto de vista progresista, puede ser bien un acto de crítica hacia
determinado status quo contrario a los intereses generales; pero ignorar la
Izquierda y la Derecha desde un punto de vista apático con respecto a la
política es ignorar la existencia de la lucha de clases o ignorar la presión
ejercida entre el campo progresista y el campo reaccionario.
Ahora entremos en materia con respecto al título que nos
convoca. Si bien la fracturación de la Izquierda comenzó históricamente a
partir de la muerte del líder ruso Joseph Stalin, sería a partir de la reciente
aparición de la denominada “Primavera Árabe” que podemos ver claramente las
fisuras que hasta el momento habían permanecido de manera imperceptible dentro
de la Izquierda. Y si a ello podemos sumar como ejemplo la pasada masacre en
Marikana, Sudáfrica, se podría confirmar la mediocridad ideológica en la que ha
desembocado la actual Izquierda Occidental.
La Izquierda Occidental hoy no está en coma, sino que está en
una fase terminal que bien podría desembocar en el nacimiento de una nueva
generación de izquierda que vendría a sustituir los actuales espacios de Poder
que hoy aún mantienen tomado los elementos viciados existentes dentro de la
Izquierda.
Pareciera dar la impresión de que la caída política de esa
Izquierda cayó por su propio peso con la caída de la URSS. Sin embargo la caída
que aún no hemos presenciado es la caída ideológica que, tal como la caída
política, habrá de caer por su propio peso. Cuando vemos a una Izquierda
desligarse de sus funciones originales frente a la Clase Dominada ya estamos
haciendo un grueso favor a los intereses de la Clase Dominante.
Y hoy la Izquierda carece de brújula política y, más encima, se
presta para ser parte de las jugadas imperialistas de las fuerzas
reaccionarias, tal como hoy la vemos sumarse a cada punto de la agenda
imperialista. ¿Cómo puede la Izquierda permitirse ser manejados por la agenda
informativa imperialista y, para despistar un poco, posicionarse en un lugar
ambiguo (de no estar con ninguno ni con otro)?
¿Por qué al interés imperialista la Izquierda toma una posición
favorable a los intereses imperialistas? Ya está comprobado. Si el foco de
atención imperialista es Túnez, allí saltan obedientemente la presente
Izquierda; si el foco de atención imperialista es Egipto, allí saltan
obedientemente la presente Izquierda; si el foco de atención imperialista es
Libia, allí saltan obedientemente la presente Izquierda; si el foco de atención
imperialista es Siria, allí saltan obedientemente la presente Izquierda. ¿Esa
es la razón por la cual la masacre en Marikana, Sudáfrica, frente a la presente
Izquierda haya pasado sin ninguna importancia?
No por nada ya hemos señalado de que la Izquierda perdió su
agenda, si es que alguna vez la tuvo, y hemos señalado, además, de que ha
adoptado una mentalidad pequeño burgués al enfocar más su atención en casos como
la masacre de Denver, Julian Assange o las Pussy Riot que al asesinato de más
de una treintena de mineros a manos de las fuerzas represoras sudafricanas.
Podrán justificarse diciendo que ello no es nada nuevo, pero resulta ser que
aquella masacre fue expuesta fugazmente en los Grandes Medios de Comunicación
Masiva con pruebas gráficas y explícitas de lo ocurrido allí. ¿No basta ese
detalle para saltar de nuestros asientos?
Es solo cosa de ver y asombrarnos la producción intelectual de
izquierda donde más han puesto el foco de atención o cosa de ver los titulares
de los “Grandes Medios de Izquierda”, después de ocurrida la tragedia en
Sudáfrica.
La Izquierda, desgraciadamente, ya no se asombra ni reacciona
frente a acontecimientos que tengan como protagonista a la clase trabajadora,
que debería ser de su mayor incumbencia, si es que el foco de atención
imperialista está en otro lado.
¿Pero en qué se ha convertido hoy la intelectualidad de
Izquierda? Es muy curioso, pero los que están “arriba”–que están dentro de
espacios de poder muy particulares–, parecieran actuar de la misma manera como
muchos partidos de Izquierda se han convertido hoy dentro de la legalidad
burguesa: comunistas sin ser comunistas, socialistas sin ser socialistas.
La lucha armada ha pasado a ser una cosa ficticia, dentro de la
presente Izquierda, pero que bien muchos apoyan en lugares como Libia o Siria;
y la figura de Ernesto Che Guevara ha pasado a ser un bonito recuerdo de “otros
tiempos” o un buen adorno nostálgico que les recuerda sus años de “idealismo”.
La actual intelectualidad de Izquierda, los de “arriba”, no
están por ninguna toma del Poder por medio de la lucha armada. La “toma del
Poder” solo se circunscribe hoy a la lucha electoral; y, si les va bien a unos,
gusta acomodarse como buenos parásitos “sabelotodo”. Toman cierta distancia
frente a fuerzas revolucionarias verdaderamente comunistas (como en Colombia
con las FARC-EP o la India con el Partido Comunista de tendencia maoísta) y
toman posición cómoda frente a fuerzas amorfas ideológicamente (como lo es en
Libia o Siria), y que ya está más que comprobado la actuación allí de fuerzas
mercenarias con apoyo en lo financiero, inteligencia y armamentístico por parte
de las fuerzas imperialistas.
Hoy la Izquierda, o el campo intelectual de Izquierda, no es un
campo confrontacional contra el sistema capitalista, sino que es un campo que
aboga por un sistema más “humanizado” o que demanda “reformas”; no busca
sustituir un sistema económico por otro; su lucha más se basa en contener cualquier
atisbo que se salga del cauce “democrático”, visto desde la lógica burguesa;
buscan la “paz” o la conciliación con las clases dominantes, frente a cualquier
muestra confrontacional violenta contra el sistema capitalista y la Clase
Dominante. ¿Es acaso una muestra de que gozan de ciertas comodidades que les
brinda el propio Sistema Capitalista y que por eso no son ninguna amenaza para
el mismo?
Su ideología suele ser amorfa si de confrontación contra el
sistema se trata.
No existe mucho debate sobre una determinada ideología que sea
confrontacional contra el sistema capitalista. Lo que suele haber es un debate
pequeño burgués que solo beneficia los intereses particulares de la clase
dominante y no beneficia alguna ideología particular a pesar de que se llenan
la boca con palabras propias de alguna ideología en particular de la Izquierda.
¿Ideas de un pequeño malcriado en la cumbre?
Tal como hoy se usa conceptos como “comunista” o “terrorista”
para señalar a los que confrontan violentamente el sistema capitalista, dentro
de la intelectualidad de izquierda se condena automáticamente a los que hagan
comentarios o señalamientos favorables a la vida y obra de Joseph Stalin ó Mao
Tse-Tung ó en contra de personajes como León Trotsky. Pero curioso es cuando los
que hoy abrazan las ideas de Trotsky, o más bien el concepto de Trotskismo, son
los mismos que hoy llaman a posicionarse en contra de la OTAN y en contra de
las “dictaduras” que combate la OTAN en el Magreb y el Medio Oriente buscando
justificarse en la figura de Lenin.
Entonces cabe hacerse las siguientes preguntas: las ideas de
personajes tales como Stalin ó Mao ¿debemos dejarlas enterradas en el pasado y
abrazar ideas confusas que abrazan los autodenominados “trotskistas”? ¿No
podemos cargar dignamente los aciertos y errores que podrían haber cometido
camaradas como Joseph Stalin ó Mao Tse-Tung, y sí abrazar las ideas de un
pequeño malcriado que pareciera hoy obnubilar a su séquito que no sabe
distinguir plenamente lo que es bueno y lo que es malo al buscar posicionarse
dentro de una posición NINI frente a las fuerzas Imperialistas? ¡¡¡Ni siquiera
las fuerzas imperialistas en su historia han desdeñado alguna figura de sus
propias fuerzas imperialistas!!! Y, si las hubieran, pues no están a la vista.
Para ellos lo que se deja atrás son etapas que forman parte de su desarrollo.
¿Cómo habremos de crecer si nos empecinamos en querer ignorar o denostar parte
de nuestro pasado?
Lo que llega a ser más patético es que el comportamiento errado
al cual está incurriendo esa Izquierda, ya se le ha llamado la atención
innumerables veces y ni aún así pueden entender su proceder. Las posiciones de
Poder con los cuales gozan pareciera no dejarles reflexionar. Están tan metidos
dentro del papel de falsos dioses, dentro de un cielo que les brinda todo pero
que está malformado y lleno de moho, que su arrogancia no les deja ver más allá
de sus propias narices. Pareciera –esa Izquierda– no entender que su papel
obstruccionista dentro del campo progresista impulsará, tarde o temprano,
irremediablemente la llegada de nuevos actores que no tendrán más remedio que
quemar su cómodo cielo.
Hoy quizá nuestros pequeños medios sean muy pequeños en comparación al
tamaño que hoy gozan los “grandes medios de Izquierda”. Pero mañana, aquellos
pequeños podrían llegar a ser grandes y junto con ellos los nuevos actores; y
lo que hoy es grande podría mañana caer en el penoso ostracismo
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