DESPUÉS DEL MENSAJE PRESIDENCIAL ¿QUÉ?
A continuación una nota publicada por La Republica que
posteamos por su contenido reflexivo
La familia Hinostroza Rojas siguió de cerca el discurso
presidencial dentro de su casa de Los Sauces. Esperaban que se hablara sobre el
precio del balón del gas y la seguridad.
Expectativa en familia. Los esposos Moisés y Modesta
junto a sus hijos cuando empezaba el discurso presidencial. Esperan que haya
mejoras
Expectativa en familia. Los esposos Moisés y Modesta
junto a sus hijos cuando empezaba el discurso presidencial. Esperan que haya
mejoras .
Escribe: Carlos Contreras
Todos estaban sobre la cama y frente
al televisor cuando el presidente Ollanta Humala empezaba a proclamar su último
mensaje ante el Congreso. Eran las 11:41 de la mañana cuando se percataron
también de que la primera dama, Nadine Heredia, se encontraba sentada en el
segundo nivel del hemiciclo del Congreso. En esos momentos el mandatario
resaltaba que más de un millón 300 mil peruanos habían salido de la pobreza en
el país. En tanto, a cuatro kilómetros del Parlamento, en la casa de la manzana
C, lote 3 del asentamiento humano 24 de Diciembre (cerro Los Sauces, en San
Juan de Lurigancho), doña Modesta Rojas Taza (40) se molestaba. "Por acá
nadie ha salido de la pobreza en estos años", refunfuñaba y solo su
esposo, don Moisés Hinostroza Quispe (40), la entendía. Los niños miraban
fijamente la pantalla y aún no se aburrían, ni se escapaban a jugar a la calle.
Media hora antes, mientras el jefe
del Estado se preparaba para salir de Palacio de Gobierno en dirección al
Congreso, doña Modesta regresaba del mercado con una bolsa llena de papas y
betarragas. La acompañaban las pequeñas Deysi (7), Yovanna (6) y Diana (3). La
segunda llevaba una escarapela de tela prendida en su casaca rosada y le
preguntaba por las Fiestas Patrias. Su mamá, en ese rato, solo esperaba que el
presidente Humala hablara sobre su promesa de bajar el precio del balón de gas
a 12 soles. "Está costando 40 y eso es mucho", contó, mientras subía
la escalera 13, cuyas gradas te avisan cuánto se ha avanzado hacia la punta del
cerro.
Cuando doña Modesta llegó a su casa,
faltaban 15 minutos para que los peruanos escucharan el mensaje presidencial. Allí
se encontraba don Moisés junto a sus tres hijos hombres. Todos descansaban.
"Acá en Los Sauces y en el distrito, las cosas están graves. Hace unos
días han acuchillado a dos jóvenes para robarles sus celulares", narró,
mientras observaba las innumerables cruces y nichos que tiene como paisaje a
través de su ventana. "Ojalá Humala hable sobre cómo se va a combatir a la
delincuencia", dijo el padre. Ya adentro su esposa prendía, apurada, la
cocina.
Modesta y Moisés se dejaron seducir
por la capital hace 23 años. Llegaron de Huancayo y se establecieron en el
cerro Los Sauces cuando estos eran invadidos por los migrantes. Don Moisés es
mototaxista, pero antes fue albañil, guachimán y hasta ex soldado del Ejército.
Doña Modesta solo se dedica a sus hijos en la casa.
A las 11:51 de la mañana, el señor
Moisés no pudo dejar de sonreír cuando escuchó decir al presidente que el
programa Qali Warma beneficia a más de 3 millones 100 mil escolares de más de
58 mil instituciones educativas públicas de inicial y primaria a nivel
nacional. "Hay que decirle que al colegio 128 La Libertad no llegan los
desayunos", afirmó ante la mirada de las pequeñas Deysi y Yovanna, quienes
movían la cabeza de arriba a abajo luego de oírlo.
Vivir en Los Sauces
Cuando uno de sus hijos o su misma
esposa, o él mismo, caen rendidos a la cama por una enfermedad, Moisés debe
acudir a la posta La Libertad, la cual se ubica más cerca de su casa. Si algo
reconoce este mototaxista es que el gobierno tuvo el acierto de extender la
cobertura del Seguro Integral de Salud (SIS). Todos sus hijos están asegurados
y eso lo tranquiliza a las 12:06 de la tarde, mientras el presidente da a
conocer sus logros en el sector Salud ante el Congreso. Sin embargo, aún encuentra problemas dentro de los nosocomios.
"A nosotros solo nos atienden si nos ven que nos estamos muriendo. Si no
es así nos dan una cita que tardan semanas. Eso es lo malo", dice sobre la
cama que se quedó vacía.
Tres minutos después, a las 12:09, se acabó el gas mientras doña
Modesta preparaba la ensalada rusa, que por esta vez iba a comerse sin el pollo
frito.
"El balón de gas nos dura un
mes y para eso debemos cocinar unos días con leña y otros ir al comedor",
detalló doña Modesta al salir de casa. Aún el mandatario no hablaba sobre esa
promesa que ella quería oír.
Hubo un momento en el que Humala
habló sobre el programa Techo Propio. Ocurrió a las 12:17 de la tarde cuando doña Modesta le
volvió a preguntar a su esposo si el presidente ya había hablado sobre el balón
de gas y este le respondió que aún no. "Hemos logrado una cifra récord de
inversión de 6 mil 398 millones de soles que han brindado 152 mil 194 casas a
través de Techo Propio y del Fondo Mi Vivienda", dijo el jefe del Estado
entre los aplausos de algunos congresistas que escuchaba, a través del
televisor, don Moisés.
La vivienda de la familia Hinostroza
Rojas está a medio construir. Solo la fachada es de ladrillos y cementos. Una
de las ventanas no cuenta con lunas, la separación de los ambientes es de
triplay y están cubiertos por calaminas de acero. "Eso no es tan cierto.
Yo fui a Techo Propio. Vinieron a mi casa y después me dijeron que no podían
ayudarme porque mi casa estaba muy arriba", explicó el señor Moisés
indignado.
Decepción en casa
Cuando llegó el nuevo balón de gas,
el presidente Humala ya había hablado: "Hoy, con el proceso de masificación
del gas natural domiciliario 326 mil 765 familias de Lima, Callao e Ica cuentan
con conexiones de gas y pagan por este servicio entre 9 y 12 soles
mensuales". Eran las 12:21 y la señora Modesta le preguntaba a su esposo
si eso los beneficiaba y este le decía que, por el momento, no.
Don Moisés tampoco quedó satisfecho
cuando, al finalizar el discurso, escuchó las medidas sobre seguridad. "Es
mejor que las Fuerzas Armadas nos cuiden", dijo y se retiró del cuarto.
Era hora de trabajar.
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