ARTÍCULOS PUBLICADOS POR RAUL WIENER QUE POSTEAMOS POR SU ALTO CONTENIDO REFLEXIVO
Raúl Wiener Periodista, Analista Político y Económico peruano. Trabajó en el diario El Observador (1981-1984). Dirigió la revista Amauta (1988-1992), participó del programa Radicales Libres por RBC Televisión en el 2012 y fue director de la revista Miercoles de Política en el 2013. Actualmente es Jefe de la Unidad de Investigación del diario Uno (ex La Primera) desde 2007 y colaborador semanal de la revista Hildebrandt en sus trece
Domingo, junio 07, 2015
El Comercio y el gobierno de Humala
El diario que capitaneó la “conversión” de la pareja
Humala-Heredia al más crudo neoliberalismo, con el cuento de la Hoja de Ruta,
luego de haber sido la punta de lanza del fallido intento de devolver al
fujimorismo al poder, parece estar preparando otro spot como aquel de “El
Comercio nunca estuvo aquí”, pero esta vez no sobre la salita de Montesinos
sino sobre las relaciones con el gobierno nacionalista. “Nosotros nunca
influimos”, ni nos felicitamos con que el viraje de Humala no tuviera marcha
atrás, ni tuvimos que ver con ministros, lobistas que también son periodistas,
ni con empresas beneficiadas, etc.
Nada que ver, El Comercio, así como jamás colaboró con la
dictadura, luchó contra el golpe y jamás sacó ventajas para sus empresas, y
solo por casualidad escogió para primer director no Miró Quesada del diario que
encabeza el tropel de medios grandes y chicos con que atosiga el cerebro de los
peruanos, al asesor económico principal de ese período, ahora no se acuerda de
Castilla (el aliado de Nadine) e ignora a Segura (el de los paquetes fallidos),
porque ellos siempre combatieron el chavismo implícito que domina el país desde
2006.
Pero, digamos la verdad. El Comercio estuvo demasiado cerca de
Fujimori en los años en que la dictadura hizo sentir su mayor peso y en que se
cometieron sus peores crímenes (alguien lo recuerda en campaña sobre los
desaparecidos de La Cantuta y otros) y nunca sospechó que las privatizaciones
se iban convirtiendo en un grotesco robo a la nación. Sólo al final, lanzó un
pequeño canal por cable que acogió la denuncia sobre la falsificación de
firmas, que es de lo que tanto se enorgullecen.
De igual forma, el gran diario que sateliza a muchos otros,
celebró descaradamente el giro de Humala y editorializó varias veces para que
los partidarios de las viejas propuestas de Humala, resumidas en el Plan de la
Gran Transformación, comprendieran que el candidato en segunda vuelta los había
cambiado por una Hoja de Ruta, que no era lo que decían de ella, pero que
sirvió de pretexto para el continuismo. Esa burla a la inteligencia ayudó a
crear un discurso para escindir a Humala en distintas personas: el del 2006, el
de la primera vuelta del 2011, el de la segunda vuelta, el de los primeros
meses de gobierno y el que hasta ahora está en el poder. Este último fue su
producto aunque ahora no lo reconozcan. No lo creó un chavista sino un
miró-quesadista.
Finalmente, a esa señora elegante, de vestidos caros, zapatos y
carteras de marca, que nunca volvía a usar las prendas anteriores, la hemos
visto todos y hemos comentado que su reconversión política había sido rodeada
de frivolidad y arribismo (“borrachita de poder”, decía Isaac Humala). Pero a
El Comercio le pareció lo más normal, hasta la semana pasada en que el tema fue
otra manera de quitarse a Humala de encima. ¿Cuántos habrán aprendido la
lección y desde qué perspectiva?, ¿seguirá mandando para siempre El Comercio en
el Perú?
07.06.15
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Publicadas por Raúl Wiener a la/s 10:27 a. m. No hay
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sábado, junio 06, 2015
Memoria sobre el 31 de mayo de 1970
Mi amigo Juan Torres Polo, excelente investigador de la
corrupción, es además un sobreviviente de verdad del aluvión de Yungay de 1970.
Hace días que quería referirme a su
historia, pero el aluvión bastante más barroso que se ha estado descargando
sobre los peruanos estas dos últimas semanas, me ha impedido hacerlo.
Han transcurrido 45 años de la tragedia y Juan aún estaba en el
colegio, para lo cual viajaba semanalmente a Lima donde estudiaba y pasaba los
fines de semana con su familia en una casita serrana en la parte alta de
Yungay. Su padre que trabajaba en Lima también hacia movimientos frecuentes
entre la capital y la provincia.
Esa tarde del domingo 31 de mayo, cuando la familia Torres Polo,
se dirigía a la casa de la abuela en la parte baja, cercana a la carretera,
empezó el remezón brutal de la tierra y todos buscaron refugio inmediato. En
ese instante, Huaraz, Chimbote y otras ciudades ancashinas se desplomaban en
medio de enormes nubes de polvo.
Entonces, se escuchó el ruido sordo de la masa de lodo y nieve
que bajaba de las montañas. Rápido, la familia de Juan empezó a correr con
todas sus fuerzas hacia la casa de la abuela como si esa fuera la salida
segura. Pero mientras ellos y otros corrían hacia la parte baja, otros lo
hacían en sentido opuesto hacia la Plaza de Armas de la ciudad.
El ruido ya no era solamente ruido, sino una mole enorme que se
dirigía sobre la población que buscaba donde protegerse. El aluvión bajó por
las calles de la ciudad, llevándose de encuentro las casas y tapando con lodo
todo lo que encontraban a su paso. Juan cuenta que él y sus hermanos corrían
delante y más atrás su mamá y su padre, y lo que sentían tras suyo era que el
torrente les estaba pisando los salones.
Fue así, el padre de Juan fue alcanzado por el aluvión que lo
cubrió hasta la cintura y lo fijó en dónde estaba. Un poco más adelante su mamá
fue atrapada por los pies y no pudo seguir corriendo. Los chicos en cambio
siguieron la carrera y aún antes de la casa de la abuela vieron que el aluvión
se había detenido un poco más arriba de ellos.
En medio de la confusión y el polvo se aproximaron los primeros
rescatistas y lograron sacar a la mamá y el papá de su encierro. Cuatro días
después, el señor Torres murió porque no pudo sobreponerse a sus heridas. El
resto de la familia ingresó a la categoría de sobrevivientes. No de aquel que
no estaba, ni siquiera de los que estaban en la parte alta, sino de lo que
corrieron con el aluvión a sus espaldas.
Cuando me contó cómo habían sido los hechos, recordé la imagen
de la zona del aluvión que descubrí en 1986. Parecía un cementerio sin tumbas,
sobre el cual silbaba un viento frío y que te conmovía hasta lo más
profundo.
06.06.15
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Publicadas por Raúl Wiener a la/s 12:25 p. m. 2
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Sin gobierno 13 meses
Desde hace unos días hay un pequeño debate, entre quienes no
creen que haya condiciones para la vacancia presidencial antes del 28 de julio
de 2016, y quienes pensamos que la hipótesis ha pasado de remota a posible, sin
que se pueda decir cómo las cosas van a ser. Hagamos un subrayado, si bien en
las calles ya hay gritos para que el presidente se vaya, en la clase política e
intelectual hay un aparente consenso acerca de que este sería el peor camino
posible.
Para afirmar que aquí nadie va cambiar el escenario esencial, se
argumentan dos cosas: que Humala está demasiado aislado y débil para
autogolpear como lo hizo Fujimori en 1992, y que los cuatro gatos del Congreso
no van a tener el coraje para ponerse de acuerdo en reemplazar al presidente en
funciones. Total un balance de suma cero. Entonces ¿qué va a pasar con el
movimiento del sur que está en pie de lucha y el gobierno no ha logrado
asustarlo con los militares?, ¿seguirá resistiendo el inicio de Tía María?, ¿el
gobierno levantará el estado de emergencia o lo extenderá a otros sectores que
están entrando en combate?, ¿acaso la gente está pendiente de lo que haga o no
haga el Congreso, o es más bien al revés que los partidos del Congreso tienen
un poco más de un ojo puesto en los conflictos sociales?
¿Y el gobierno qué ofrece? Su lista de pedidos de facultades
extraordinarias, dónde no hay una sola medida favorable a los sectores
populares y puro programa pro gran empresa. ¿Qué va pasar allí? Si la derecha
se allana, eso va a ser Pulpín a la quinta potencia, y si se niega a dar las
facultades, ¿cómo sigue la película? Se dice que el gobierno ha perdido toda
autoridad, pero lo que se viene puede ser peor que eso. ¿Y la oposición de
derecha y sus candidatos? Disgregados; el fujimorismo reclamando que el gobierno
se rinda en el sur, para recuperar la calma y enrumbar a las elecciones. PPK,
más o menos lo mismo. Pero el APRA quiere incendiar la pradera para que Alan
pueda evadir los procesos que se le vienen. Sin embargo Alan está callado,
podría decirse. Y esa es justamente la jugada, llevar todo al límite para que
regrese el ego colosal y de una salida al despelote.
Pero en estas circunstancias nadie tiene el control de todo lo
que va a pasar. He escrito hace poco que hay una conjunción maligna para
Humala: una ola social que sigue creciendo, una aprobación que se encuentra por
los suelos y una ofensiva de la derecha y los medios que ha destrozado la
credibilidad de la pareja y los ha dibujado como corruptos. Humala mismo,
además, ha otorgado poder arbitral a militares y empresarios, los que están
siguiendo el proceso para ver cuánto puede resistir el presidente y garantizar
las elecciones.
05.06.15
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Publicadas por Raúl Wiener a la/s 12:22 p. m. 1 comentario:
jueves, junio 04, 2015
El caso Nadine, los abogados y la política
Si algo hubiera aprendido Humala de política, sabría que la
campaña desatada contra su esposa y que ya logrado colgarle el cartel de la
corrupción, requiere mucho más de cuadros políticos que de abogados defensores
y de declaraciones altisonantes de marido ofendido que realiza a cada rato.
Pero, claro, desde que asumió el poder, el actual presidente no ha hecho sino
desplazar la política por las especialidades técnicas, que se refleja en la
composición de sus gabinetes, sus asesores más próximos y sus funcionarios de
primer nivel.
El reflejo en el parlamento de está lógica ha sido tratar de
anular la personalidad e iniciativa de los miembros de su bancada a través de
mandatos de Palacio y alejando a la pequeña parte pensante y con experiencia
que había llevado en sus listas. Hoy a Nadine la defienden con los más pobres
argumentos dos personajes de la cuarta o quinta línea del nacionalismo, y no se
escucha a Abugattás, Marisol, ni siquiera a Otárola o Isla. Todos parecen desmoralizados
y estar pensando en su futuro personal.
Ollanta-Nadine, hundieron el nacionalismo, le arrebataron lo que
tenía de combativo, y lo sometieron a sus virajes y contra-virajes, prefirieron
rodearse de tecnócratas, amigos empresarios y generales de tres estrellas. A la
doña le encantó la posibilidad de codearse con las damas de sociedad en sus
desfiles de vestidos, zapatos y carteras, mientras que Humala se desvivía por
la foto con otros presidentes, especialmente los que no fueran a tomarle cuentas
de su pasado al lado de la corriente progresista en América Latina, en
particular sus nuevos amigos de la Alianza del Pacífico.
Pero hoy su propia labor de demolición se vuelve contra ellos, y
la tonta idea de que los partidos solo son franquicias para participar en las
elecciones y el único que gana es el que llega a presidente, o él y su mujer
como ha ocurrido recientemente, le está pasando la cuenta. Sus enemigos en la
derecha ya se dieron que pueden construirle cualquier historia a partir de
algún dato suelto y tenerlos permanentemente a la defensiva. Mientras que en la
izquierda no existe nadie que quiera sacar la cara por ellos. Por eso
presenciamos una discusión sobre habeas corpus, cambio de fiscales y otras
jugadas legaloides cuando el daño político ya se ha hecho.
Fujimori hizo una doctrina de la antipolítica y del
antipartidismo, pero Humala ni siquiera eso. Se quedó en declaraciones sobre
los que acusan a su mujer por razones “políticas”, o los que le lanzan
acusaciones por estar próximos a las elecciones. Así ha llegado al puno en que
estamos. La pareja sin lealtad con nadie, empeñada en ganarse un lugar entre
los sectores dominantes, está siendo pateada por estos mismos grupos. Lo que
demuestra que la traición siempre se paga. Y que la política, ciertamente debe
ser cambiada, precisamente para cerrarle el paso a los aventureros que se
aprovechan de los huecos del sistema.
04.06.15
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Publicadas por Raúl Wiener a la/s 9:51 a. m. 4 comentarios:
miércoles, junio 03, 2015
¿Y si cae Humala?
¿Puede ocurrir que Ollanta Humala sea obligado a dejar el poder
antes de concluir su mandato? Por primera vez, en cuatro años, contesto que sí,
que existe una posibilidad basada en los siguientes hechos:
(a) no haber podido desactivar el estado de movilización del sur como efecto de la lucha de Tía María, que tiene ecos además en otras partes del país, incluida Lima; (b) una aprobación de 16% con tendencia a seguir bajando, que indica que carece de fuerza social para enfrentar la crisis; (c) una sensación de corrupción, más bien difusa: financiación del 2006, frivolidades de Nadine Heredia, gestiones de Martín Belaúnde en las regiones, a diferencia de García involucrado en decenas de corrupciones concretas.
De estos males han padecido los dos gobiernos anteriores y por
ello mismo pasaron una temporada en el cuerda floja, pero a Toledo lo salvaron
los partidos APRA-PPC, que se veían ganadores en las siguientes elecciones, y
García pudo llegar al 2011 porque la marea social se canalizó hacia las
elecciones cuando se creía tener un candidato de los sectores populares.
Humala llega en cambio a su último año más peleado que nunca con
la derecha política, que empujó su propia derechización para abandonarlo a su
suerte poco después. Tampoco hay nada que entusiasme en la siguiente elección y
que lleve a esperarla como salida política. El actual presidente con su
traición postelectoral ha creado un vacío de esperanzas delante suyo que puede
tener graves consecuencias.
Ollanta Humala además ha cometido dos pecados capitales: (a) ha
convertido a la gran empresa, la Confiep, las mineras, la banca, en los jueces
del poder, que así como ahora pueden darle el visto bueno al estado de
emergencia, mañana pueden bajarle el dedo a un gobierno que fracasa en reprimir
o cualquier otro motivo que los enerve; (b) ha hecho reingresar a los militares
a la política directa, primero en Islay y luego en siete regiones, los que
deben pensar que están poniendo su prestigio en juego en contener conflictos
sociales y no actos de guerra para los que son preparados.
Si se recuerda de dónde viene el golpe de Fujimori de 1992, se
verá que nació de una alianza del poder con la gran empresa para ajustar la
economía y de la necesidad de los uniformes de no cargar con las derrotas de los
gobiernos civiles en la guerra contra Sendero Luminoso. Hoy, a diferencia de
hace 23 años, aún con presidente de origen militar, las posibilidades que el
alto mando se compre una batalla que consideran a nivel de la policía, sólo por
salvar a Humala parecen bastante discutibles.
Si cabe la hipótesis de que Ollanta pueda dejar de ser
presidente antes de tiempo en cualquier variante: reemplazado por la
vicepresidente o por el presidente del Congreso, o por alguna forma fuera de la
Constitución hasta las siguientes elecciones; es porque la pareja se ha buscado
este desenlace. Creyeron que eran muy poderosos y ahora hacen equilibrios con
muy mal pronóstico.
03.06.15
www.rwiener.blogs
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