NADA QUE CELEBRAR MUCHO QUE REFLEXIONAR
Revisando
mi cuenta, me encuentro con citas que expresan sobre
lo que es hoy el 1° de mayo que deberia ser un día para recordar, y
también para reflexionar, para repensar ¿por qué cada día se ahonda más la
diferencia entre los dueños del poder y la situación social de los
trabajadores?.
La burguesía y sus agentes en el movimiento sindical han
transformado el primero de mayo, en una celebración grotesca, ridícula, sin
ningún contenido político ni de clase. Los tiempos de heroísmo sindical
quedaron en el pasado. Si el primero de mayo fue instituido en 1889 como una
fecha histórica de lucha y de combate contra el capitalismo y su sistema de
explotación, ahora se ha convertido en un espectáculo de circo cuyo público se
hace presente sin saber por qué lo hace o simplemente para pasar el tiempo.
La burguesía y sus agentes en el movimiento sindical han
transformado el primero de mayo, en una celebración grotesca, ridícula, sin
ningún contenido político ni de clase. Los tiempos de heroísmo sindical
quedaron en el pasado. Si el primero de mayo fue instituido en 1889 como una
fecha histórica de lucha y de combate contra el capitalismo y su sistema de
explotación, ahora se ha convertido en un espectáculo de circo cuyo público se
hace presente sin saber por qué lo hace o simplemente para pasar el tiempo.
En América Latina, bajo otras características el movimiento
sindical sufre las mismas lacras que en Europa. Mafias sindicales que se llaman
de “izquierda” controlan la cúpula sindical y desde ahí colaboran con los
regímenes de turno. En Perú, Argentina, Bolivia, Chile, Nicaragua, etc., los
sindicatos en poder de grupos que se llaman de “izquierda marxista”, han
sostenido los peores gobiernos reaccionarios supuestamente populistas y democráticos.
Por citar un ejemplo, Alberto Fujimori, Alan García, Alejandro Toledo y Ollanta
Humala llegaron al gobierno con el apoyo de la Confederación General de
Trabajadores del Perú (CGTP) que controla el viejo “partido comunista peruano”
(ex pro soviético) y Patria Roja, otra organización que se llama partido
“comunista”.
¿QUE HACER FRENTE A ESTA SITUACIÓN? LAS TAREAS EN EL MOVIMIENTO
SINDICAL.
Decía Marx, que « fuera de sus objetivos primitivos, los sindicatos
tienen que aprender desde ahora a actuar en forma más consciente en tanto que
centro de organización de la clase obrera en el interés de su emancipación
completa”. (Carlos Marx, Trabajo asalarie y Capital (en francés).
Primero, luchar en el seno de los trabajadores para liquidar la
infecta burocracia sindical. Crear nuevas organizaciones sindicales clasistas.
Que ellas sirvan para defender los salarios y el derecho al trabajo. En este
terreno hay que rechazar la unidad sindical con los partidos burgueses o
pequeños burgueses. Este objetivo fundamental solo podrá lograrse mediante una
lucha directa con los explotadores y la burocracia sindical aliada de los
grupos de poder. Que la huelga y el paro clasista vuelvan a ser instrumentos de
presión y lucha contra la explotación capitalista. Desterrar las mafias
sindicales no es simple, pero es una tarea impostergable y urgente. Esta lucha
debe desarrollarse en el mismo terreno de la lucha por la defensa de las
reivindicaciones sociales y económicas cotidianas de los trabajadores. Esta
acción debe unirse a la lucha estratégica anticapitalista y por la emancipación
de los asalariados.
Segundo. Los trabajadores, dice Engels, no tienen que rechazar
la acción política mismo en el terreno de la burguesía, pero esta acción
política tiene que ser independiente de los partidos burgueses, pequeños
burgueses y seudos marxistas o de izquierda. “La abstención absoluta en
política es imposible”, anota Engels. Marx anotaba, que en su lucha contra el
poder colectivo de los explotadores, “él proletariado no puede actuar como
clase si no se constituye el mismo en partido político distinto, opuesto a todo
los viejos partido formados por los explotadores”.
En este sentido la clase obrera, los trabajadores en general,
tienen que rechazar seguir siendo borregos electorales de los partidos y
movimientos políticos falsamente llamados de izquierda. El que los trabajadores
participen en el parlamento o elecciones burguesas debe ligarse a tres
elementos fundamentales:
1) Los trabajadores, independientemente de los sindicatos, deben
ser parte de un partido revolucionario que luche por el socialismo, la
dictadura del proletariado, y la destrucción del Estado burgués imperialista
(para el caso de los países ricos) y destrucción del Estado
terrateniente-burocrático para los países pobres.
2). Los sindicatos deben retomar sus principios fundamentales de
clase. Ser como decía Marx, un centro de organización de trabajadores, un
frente único de clase, ser el primer educador, una escuela de solidaridad y del
socialismo.
3). La participación electoral debe depender y estar en relación
con un análisis que corresponda a la realidad actual de cada país. Si en la
época gloriosa del proletariado, Marx, Engels, y Lenin recomendaban participar
en las elecciones burguesas, ahora la situación es diferente. Los parlamentos y
los procesos electorales, tanto en Europa, América Latina y otras partes, son
instrumentos en manos de los grandes burgueses y del imperialismo. Son
maquinarias de engaño, trampas y falsedades. Ni los parlamentos, ni los
procesos electorales a nivel mundial representan el espíritu democrático de los
pueblos. El parlamentarismo en la etapa actual, es un instrumento
contrarrevolucionario que sirve exclusivamente para mantener el Estado imperialista
(países ricos) o el Estado terrateniente-burocrático en los países pobres.
En concreto, las tareas fundamentales de los trabajadores deben
ser; dotarse de nuevas organizaciones sindicales, organizaciones que afirmen
una línea de clase, y que asuma en la práctica la defensa de los trabajadores.
Estas luchas sindicales reivindicativas tienen que unirse a la lucha por la
emancipación definitiva de la clase oprimida. Como anunciaba Lenin en 1904, “el
proletariado puede hacerse y se hará sin falta una fuerza invencible siempre y
cuando refuerce su unión ideológica por medio de los principios del marxismo y
con la unidad material de la organización que cohesiona a millones de
trabajadores en el ejercito de la clase obrera”. (Lenin, Un paso adelante, dos
pasos atrás, 1904).
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