PERO
KEIKO FUJIMORI CALIFICÓ DE "LEYENDA" LA DENUNCIA DE TORTURAS A
SU MADRE
Si algo hay que destacar de Keiko
Fujimori, además de la simplicidad de su
testimonio sobre la tortura de su madre, es su cinismo que raya en lo patológico.
Incluso llego a calificar de leyenda
la denuncia de tortura. Sus hermanos Kenji y Sachie atribuyeron
problemas psicológicos a su madre y negaron que hubiera sido secuestrada y
torturada. .... Pero está demostrado que,
KEIKO FUJIMORI SIEMPRE SUPO QUE SU MADRE FUE SALVAJEMENTE TORTURADA, como lo
demuestra la nota periodística que adjuntamos para su conocimiento y su difusión:
COMPROBADO: KEIKO FUJIMORI SIEMPRE SUPO QUE
SU MADRE FUE SALVAJEMENTE TORTURADA
No a Keiko
accedió a los testimonios oficiales del caso Susana Higuchi
PUBLICADO:
2016-03-08
«Entré a Cuidados Intensivos y la
encuentro a ella fuertemente amarrada en la cama, pero amarrada así con sábanas
a las barandas, cada brazo a las barandas de la cama, las piernas igualmente
amarradas. Aparte, el cuerpo también tenía amarrado con sábanas. […] Lo único
que atiné fue a sacarle, desatarla, porque no me quedó otra».
Este es parte del espeluznante
testimonio que ofreció Celsa Higuchi Miyagawa, hermana de Susana, en el
Congreso de la República, frente a la comisión que investigaba a Vladimiro Montesinos
y Alberto Fujimori, el 5 de marzo del 2002.
A dicha comparecencia también asistió la
secretaria personal de Susana Higuchi, Gladys Marlene Díaz Villanueva, quien
validó el testimonio de Celsa y ahondó en detalles sobre dos de las
tantas torturas sufridas por Susana Higuchi: fue envenenada y
posteriormente torturada en el hospital Loayza.
El sábado 3 de junio del 2000, Susana
Higuchi fue encontrada inconsciente en su habitación, con claros signos de
haber sido envenenada. «Entré a la habitación de la congresista y la
encontré prácticamente en estado de coma […] le he limpiado porque tenía
toditito… era una espuma blanca que botaba, una espuma blanca. Yo le
he llevado en ese estado, grité, llamé a seguridad, hice que pasaran. Con una
sábana la hemos levantado y yo la he llevado en mis brazos», declaró Gladys.
«Estaba
pues morado sus labios, sus brazos, todo. Por eso es que yo supongo que es
envenenamiento, porque no hay otra cosa. Los doctores solamente dicen que le han dicho que
eran los bronquios. […] No, todito esto era pues espumas, y fue algo raro
porque todito era hinchado, hinchado tenía todito, hinchado, no era una persona
normal», detalló.
LA
BRUTAL INDIFERENCIA DE KEIKO FUJIMORI
«He empezado a llamar a su familiar
dentro del carro llevándola a la congresista. He empezado a llamar a su hija, a
llamar a su hermana, a llamar a su hermano. Les dije: “Me estoy llevando a la
señora que está bien grave, no reacciona, no habla”», contó Gladys, pero sus
palabras cayeron en saco roto.
Keiko
y Sachi Fujimori llegaron al hospital y solo permanecieron cinco minutos con su
madre. «Sí la vieron creo, porque
entraron. Ellas entraron, ya yo no entré más allá, yo me quedé fuera. Pero
solamente habrán entrado cinco minutos y quizás antes de cinco minutos, y se
han retirado. Entraron y salieron».
Demostrando
más lealtad y cariño que sus propios hijos, Gladys decidió quedarse en el
hospital para velar por la salud de Susana Higuchi. Sin embargo, personal del hospital se le acercó
para exigirle que se retire. Iba a empezar la segunda parte de la tortura. «Como
a eso de las dos de mañana o una y media, no recuerdo la hora exacta, empezó a
gritar la señora. Gritaba fuertemente: ¡Gladys! ¡Gladys! ¡Ayúdame! ¡Ven!
¡Sálvame! ¡Sálvame! Y decía: ¡Teniente! ¡Teniente!, por favor, entre, rompe la
puerta. ¡Ayúdenme! ¡Ayúdenme! ¡Esta gente me está haciendo daño!».
«Yo no sabía qué hacer, yo quise
entrar, e ingresé y logré ingresar, y cuando ya estaba para ingresar para ir a
donde estaba la señora, el doctor ese alto me empujó y me dijo: “Usted es una
malcriada, retírese”, ahí me sacó. Como yo ando con un celular, cogí el celular
y lo llamé a su hermana, y le digo: “Señora Celsa, por favor, a la señora no sé
qué le están haciendo, pero yo le estoy escuchando con unos gritos”».
Ante la llamada, Celsa Higuchi acudió
inmediatamente al hospital. «Entonces ella ha ingresado […] Yo he
esperado que amanezca, he estado toda la noche paseándome en el hospital,
preocupada. Cuando ya ha amanecido, ella me dice: “Gladys, si yo no hubiera
visto lo que he visto —así me dijo, no me olvido porque son sus palabras de
ella— yo no le hubiera creído a mi hermana porque siempre piensan que ella está
loca. Ella ha estado amarrada y le habían hecho unos nudos, todita así con las
piernas, todo hasta acá, todito esto estaba amarrado”».
Hoy se celebra el Día Internacional
de la Mujer… ¿vamos a permitir que una mujer que apañó las torturas a su madre
nos gobierne? ¡DILE NO A LA VIOLENCIA CONTRA LA MUJER Y DILE NO A
KEIKO!
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