EL RETORNO DE LOS PSICOSOCIALES
Definitivamente,
no deja de preocupar el remezón político producto de la acusación a
Ollanta Humala por el caso Madre Mia en la que se le presenta como torturador y asesino. Una perla más en
el largo collar de acusaciones contra el
Capitán Carlos.
Lo que queda es esperar el desenlace final sobre el
comportamiento de Ollanta Humala en la base militar de Madre Mia, en Tocache, departamento de San
Martin.
A continuación, para el debate, una nota publicada por el Diario UNO.
A continuación, para el debate, una nota publicada por el Diario UNO.
OLLANTA, DESENMASCARADO
Por Diario UNO el mayo 9, 2017
Ahora sí, Ollanta Humala es
exhibido como torturador y asesino por testigos irrefutables. A su prontuario
de asesinatos y desapariciones habría que añadir un rasgo común a los
presidentes del Perú en los últimos 45 años: el cinismo.
Los hechos recién mostrados en la
televisión y la prensa justifican que el Consejo Nacional de la Magistratura
(CNM) haya reabierto el caso Madre Mía e iniciado investigaciones adicionales
sobre el comportamiento de Ollanta Humala (“capitán Carlos”) en la base militar
de Madre Mía, en Tocache, San Martín.
Lo que el militar Adolfo Becker
Silva ha relatado, entre lágrimas y frente a Teresa Ávila, hermana de una
víctima, expone la brutalidad de los métodos que aplicaba Humala, jefe de la
base. Becker ha dicho en el programa de televisión “Beto a saber”:
“Esa es la señora (Natividad
Ávila) que la llevaron en la noche, ahí en la curva de Madre Mía. A ella yo le
daba de comer, qué me voy a olvidar (…) Tenía tantas ganas de decir esto, de
que se sepa la verdad, yo he conversado con mi promoción de que se sepa la
verdad”.
Cuando Teresa Ávila consultó a
Adolfo Becker si a su hermana le cortaron el brazo, la amarraron y cosieron
para ponerle piedras (en el cuerpo), el soldado asintió con la cabeza y en
silencio.
Teresa Ávila debe de ser un
personaje odioso para Ollanta. Desde 2006, ella denunció el asesinato de su
hermana Natividad y dijo que Ollanta Humala, jefe de la base Madre Mía, había
ordenado en junio de 1992 la tortura y desaparición de su hermana.
Hay que recordar que métodos como
los de “Carlos” no eran de su exclusividad. Todavía no se ha escrito la
historia de la tortura y las desapariciones en el Perú. Fue un modo operativo
de la fuerza pública en la época que yo llamé, en artículos con mi firma, de
las dos guerras sucias. La de los militares y la de Sendero.
Otro testimonio que acusa a
Ollanta es el del albañil Vitmar Leandro, quien ha referido al diario Correo
que su hermano Yander Leandro Zúñiga fue detenido en setiembre de 1992 por el
batallón militar comandado por Ollanta. Vitmar explicó que mediante un pago de
200 dólares un soldado le confesó que su hermano había sido asesinado y
arrojado al río Huallaga.
En aquellos días estuve en la
aldea estratégica de Santa Rosa, invitado por una liga campesina. Ahí, en las
noches, se oía caer cadáveres en el Apurímac.
¿Dónde
aprendieron Ollanta y otros oficiales esos métodos?
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