¡NOS DEJÓ HACE
TRES DÍAS...!
Hoy asistí
al entierro de una buena mujer, madre de mi querida esposa. La capilla en la
que se velaba estaba repleta de gente, amigos, hermanos, sobrinos, y familiares.
De su
entierro me impactaron varias imágenes, que se quedarán grabadas en mi memoria
mucho tiempo. Una de ellas es el lugar en donde fue sepultada, un cementerio
ubicado en la falda de un cerro, donde solo se entierran los más pobres de nuestro distrito. Otro, el
lugar asignado para sepultarla, encima del ataúd de esposo fallecido hace
muchos años. Un lugar que para llegar tenemos
que obligatoriamente pasar sobre varios ataúdes por no existir pasaje
alguno para el tránsito. Finalmente, el gentío que abarrotaba el cementerio.
Luisa Gutiérrez,
así se llamaba, no era una persona pública, pero si tenía muchos amigos y
personas que lo apreciaban, de distintas y diversas sensibilidades. En el
funeral había de todo, creyentes y agnósticos reconocidos, personas con
patrimonio y personas muy humildes. No estaban allí por motivos materiales,
estaban por convencimiento y para despedir a una buena persona que, entre
otros, creía y practicaba el valor de la amistad.
De ella
conozco muchas cosas buenas. Claro. Es
cierto. Tenía defectos, como todos los tenemos. Tenía humor y gracia. Una forma
especial de ser que la hacia diferente.
Sufrió
un terrible accidente que lo llevo al hospital del que nunca salió. Aparecieron
otros males que le complicaron su salud que soporto de forma ejemplar, pero pese a rodo no pudo ganarle la batalla a la enfermedad que finalmente le provocó
la muerte.
Podría continuar
recordando anécdotas de la agitada vida
de doña Luisa, asumido con mucho coraje hasta los últimos momentos, pero creo que quienes
lean estos párrafos terminaran convencidos que el día hoy enterramos a un gran mujer,
a una madre ejemplar, a una buena persona, que se esforzó por sacar adelante a
su familia pese a las dificultades económicas que tuvo que enfrentar, valores
que extrañaremos por siempre.
Adiós doña
Luisa y cuídate mucho porque no sabemos que hay más allá de la muerte.
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