QUIEREN IMPONER SU PROPIA AGENDA
No cabe duda alguna, la hez pretende apropiarse de todos los resortes del poder. Solo basta leer los diarios para saber que hay detrás de la negativa a dialogar. Esta es la verdad en toda su dimensión. El pueblo tiene la palabra.
Lo que el Apra y los
fujimoristas buscan es debilitar aún más a éste gobierno y ponerlo ante la opinión
publica como un gobierno que pide ayuda.
Lo que jode es que estos inquilinos del desagüe se creen que son los únicos salvadores y condicionan su participación a que el interlocutor sea el presidente
Ollanta Humala.
No negamos que el
gobierno cometió graves errores como el pretender manipular las elecciones del
Tribunal Constitucional y la Defensoría del Pueblo.
Tampoco pretendemos ocultar que cuando estalló el escándalo
de la “repartija”, sacó el cuerpo. Lo demás vino solo. Palo y bombas para los conflictos.
Por supuesto. El caso de Nancy Obregón salpica al gobierno y,
sobre todo a Abugattás, que cuando ya no
era parlamentaria lo ubico en el Congreso.
Pero Obregón ya está presa y será juzgada. En cambio Chinguel
quien presidió la Comisión de Indultos Presidenciales durante el gobierno de Alan está libre de polvo y paja.
Entonces la pregunta es ¿Con que autoridad moral los apristas acusan al presidente
Ollanta Humala que gobierna un
narco estado y que tiene como congresistas
a narcos?
¿Qué decir de los fujimoristas? Kenji no dice que el gobierno de su padre fue
uno de los diez más corruptos de la historia y no devuelve ni un sol al Estado
de los 27 millones que debe.
Hablemos claro. Lo que busca
el Apra y el fujimorismo no es dialogar. Lo que busca el Apra y los
fujimoristas es joder al gobierno del presidente Ollanta Humala.
La pregunta por el millón de reales: ¿No hay formas de
resistencia civil frente a tanta basura? ¿Dónde está la gente asqueada de tanto
excremento? El pueblo tiene la última
palabra.
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APRA CHANTAJEA AL GOBIERNO
Escrito por El Clarín
Procurador y Megacomisión responden: No cederán a la
corrupción e impunidad. Apristas pretenden imponer la agenda política y piden
cabeza del premier.
El congresista aprista Mauricio Mulder puso ayer dos
condiciones para iniciar un diálogo con el actual gobierno. Pidió, primero, la
salida del premier Juan Jiménez –a quien consideró “quemado” y “un peso ligero
en la política”-; y que el procurador anticorrupción Julio Arbizú sea silenciado.
La respuesta desde la Procuraduría, y más tarde desde la
Megacomisión del Congreso (ver nota aparte) no se hizo esperar-, y en ambos
casos le respondieron que pese a sus deseos de que el diálogo prospere, un
pacto político no debe promover la impunidad, menos en las investigaciones del
segundo gobierno aprista.
Todo comenzó cuando en Ideeleradio Mulder descargó toda su
artillería contra el premier y lo desautorizó como promotor de la
convocatoria del gobierno para conformar
una agenda única por el crecimiento con los partidos políticos.
“He saludado esta
propuesta (de diálogo) que hace el premier Jiménez de instaurar una política de
diálogo y entendimiento, me parece que es positivo. Lo que pasa es que ya no le
corresponde a él hacerlo, porque él está bastante ‘quemado’ y sus palabras
adolecen de credibilidad”, declaró Mulder respecto a la intención del Gobierno
de “establecer puentes y tenderle la mano” al aprismo y al fujimorismo.
Acto seguido, la emprendió contra el procurador julio Arbizú,
al que tildó de “figureti”.
“El Gobierno debería
callar al procurador anticorrupción Julio Arbizu y evitar que entre en la pugna
política para poder generar confianza en torno al anuncio del presidente del
Consejo de Ministros de que habrá un diálogo con la oposición”, expresó.
¿PACTO DE IMPUNIDAD?
“El trabajo de la
Procuraduría Anticorrupción no puede estar subordinado a un pacto político que
podría significar o demandar impunidad”, fue la primera respuesta a Mulder del
procurador anticorrupción. Asimismo, Julio Arbizú aseguró que un eventual pacto
político no hará retroceder lo avanzado en las investigaciones sobre los
presuntos actos de corrupción del régimen alanista.
“El trabajo de una
institución como la Procuraduría, que está encargada de defender al Estado, no
se puede subordinar a un pacto, a una conversación en la que se ofrezca o se
demande de alguna manera impunidad”, respondió Arbizú a Mulder, poco después de
las declaraciones del aprista, en el programa No Hay Derecho de Ideeleradio.
“Esto de ninguna
manera, esto no va a pasar con la Procuraduría. Yo garantizo que hasta el día
que yo me quede en la Procuraduría vamos a seguir con las investigaciones, a
todas las personas (…) Este es un compromiso que tengo yo y que tiene el equipo
que conforma la Procuraduría, y no vamos a cejar en eso”, agregó.
Julio Arbizú consideró una “premisa falaz” el que los
apristas crean que la Procuraduría Anticorrupción persiga a los opositores del
Gobierno, pues como el nombre de su despacho anuncia, ellos solo se dedican a
perseguir corruptos, no necesariamente apristas.
“Creo que nos hemos
centrado en ese trabajo en los dos últimos años que tenemos en la gestión y lo
hemos hecho sin distingo alguno. No solamente tenemos o hemos planteado
investigaciones contra líderes del Partido Aprista, lo hemos hecho contra
funcionarios de este gobierno también. Esto parte de una premisa falsa,
mentirosa, que supone que nosotros tenemos una campaña de persecución. Nada más
alejado de la verdad”, acotó.
LA FRASE
“Lo he dicho uno y
otra vez, nosotros hacemos nuestro trabajo que tiene que ver con perseguir la
corrupción, no perseguir personas, sino perseguir la corrupción”, señaló Julio
Arbizú, procurador anticorrupción.
MEGACOMISIÓN EN LA “LUCHA”
Sergio Tejada, presidente de la comisión que investiga
presuntos actos de corrupción durante la pasada gestión aprista, afirmó ayer
que la también llamada Megacomisión no aceptará ningún tipo de presión o
sugerencia para dejar de lado la búsqueda de delitos en la administración
pública, y que esa presión vendría desde el partido de gobierno.
Tejada lo dijo en referencia a las declaraciones del
legislador aprista Javier Velásquez Quesquén -quien dijo que al Apra podría
dialogar con el Gobierno si cesa lo que consideró una “persecución” contra Alan
García; y adelantándose a la condición impuesta por Mauricio Mulder para el
diálogo: La salida del premier Jiménez.
“Por un lado, está una
posición del Gobierno que quiere dialogar con las fuerzas políticas y, por otro
lado, está una investigación parlamentaria que tiene que continuar y seguir hasta
el final (…) Si uno encuentra algunos elementos de presuntos actos delictivos o
de presuntas responsabilidades políticas no puede decir de la noche a la
mañana, no, no era tan grave. Ni hablar”, enfatizó.
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