ES INMORAL QUE HAYA RECURSOS PARA SU CAMPAÑA REELECCIONISTA, PERO NO
PARA LOS NIÑOS POBRES
El día domingo se celebró en todo el Perú el día del niño y por
ende el día del niño carabayllano, pero ni
un solo centavo se utilizó en su día.
Como los niños no votan, al
diablo el día del niño, así parece decirlo el alcalde Carabayllo con esa sonrisa idiota que suele expresar su
rostro.
Quisiéramos que el alcalde y sus hijos viva tan solo una semana en la falda de los cerros del AA HH “Chavín de Huantar” para que compruebe en carne propia como los niños de las zonas marginales, no viven en el sentido exacto del término.
Quisiéramos que el alcalde y sus hijos viva tan solo una semana en la falda de los cerros del AA HH “Chavín de Huantar” para que compruebe en carne propia como los niños de las zonas marginales, no viven en el sentido exacto del término.
Sabría este insensible
alcalde que derrocha millonadas en su campaña reeleccionista, que los niños pobres ven el día como un día de
más sufrimiento en su penosa existencia, porque nacieron en la pobreza, porque la
pobreza transcurre en ellos día a día y noche a noche, porque la pobreza los
aplasta, los enferma, lo aniquila.
Mantener así a los niños pobres es uno de los mayores delitos
sociales, porque ellos son también hijos de este pedazo de tierra llamado
Carabayllo y quienes lo administran, quienes se enriquecen ilícitamente, están
obligados a mantener a la niñez, a darle vitalidad, a darle alegría, a cultivar
en ellos la justicia y la solidaridad. Al no hacerlo están cometiendo un acto
ilícito que es delito y que debe ser enérgicamente sancionado conforme a ley.
Alrededor de ellos los gobiernos y las clases pudientes celebran
el dia del niño con espectaculares
Show; hacen fiestas de regalos, exhibicionismo, vanidad, etc. Y cuando
finaliza la risa, la música y los cánticos, los niños pobres continúan vagando
por las calles, arrastrando su miseria, arrastrando su dolor con sus
cuerpecitos, débiles y sus miradas vagas.
Insensibilidad de quienes destinan gruesas sumas de dinero para
banquetes y chupetes, para millonarias campañas reelecionistas, etc, etc. Y
para los niños pobres ni siquiera las migajas, pero si abundante demagogia.
El niño pobre es la víctima inocente que cuando crece recordará
que no tuvo una satisfacción, que no tuvo amparo, recordará la porquería que
fueron sus autoridades, recordará que los dejaron que continúen en su papel de
recicladores, de picapiedreros, de vendedores de caramelos a pesar de su solo 4
o 5 años de edad y 12 horas de jornada laboral. Con con esos recuerdos, estos
niños pobres, con razón se alinearán bien en el pandillaje, delincuencia y drogadicción.
El niño pobre, no anida en su corazón, ni en su mente, nada que
la haga recordar una manifestación de amor, de protección, de amparo. El niño
pobre y marginado crece indiferente, porque la sociedad, sus autoridades no le
dio amor, le dio solamente egoísmo, apariencia y falsedad. Este niño crece
vació de valores, crece resentido.
El niño pobre mira como sus hijos visten elegantes, con mucho
cuidados, concurriendo a colegios exclusivos, mira como sus hijos se alimentan
de manjares y están robustos y bien vestido, y compara su existencia de
privaciones y conforme va desarrollando reflexiona en la injusticia, en la
desigualdad. Entonces ¿para qué mierda
sirve el día del niño si todo va a continuar igual?
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