ENCIMA LOS SIAMESES ALAN KEIKO, PRETENDE DAR CLASES DE MORAL EN
MEDIO DEL LODO
jurista Francisco Eguiguren |
Detrás de todo este asqueroso tinglado, están obviamente el Aprofujimorismo
que a rio revuelto pretenden recuperar
el control de instituciones estratégicas, aprovechando la desidia de la pareja
conyugal y el interés de Alan por comprar impunidades.
Pero les salió el tiro por la culata y hoy el ingenuo o
torpe presidente enfrentan una crisis
institucional que de no resolverse pronto incendiaria la pradera. Guerra avisada
no mata gente reza un dicho.
Como PODRA
APRECIARSE , el día de ayer fue un día de miércoles pese a ser viernes, pues
las renuncias no se dejaron esperar, un caso concreto la del probo jurista
Eguiguren quien declino a través de carta enviada al Congreso.
En
declaraciones al Diario16, El jurista Francisco Eguiguren afirmó, en una
comunicación enviada al Congreso, que declina a su designación como magistrado
del TC porque no puede ser parte de un órgano que está integrado por algunas
personas sin credenciales éticas.
"Como
constitucionalista, defensor de la institucionalidad democrática y de los
derechos humanos, no puedo participar en dicho órgano (TC) al lado de personas
que no cumplen con las credenciales éticas y democráticas", manifestó.
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RECOGIENDO LOS AÑICOS
La republica Sabado, 20 de julio de 2013
Un perdedor claro en el escándalo de la repartija: el Congreso.
Otro no tan evidente: los partidos. La percepción del público es que este
Congreso está compuesto de gente irresponsable que hace amarres bajo la mesa
para colocar en puestos claves a una cuota de individuos de dudosa reputación.
El descrédito del Legislativo ya era fuerte, y con esto llega a niveles
vergonzosos.
Que los jefes de los dos principales partidos hayan tenido que
intervenir para intentar deshacer lo actuado por sus propias bancadas, y en
cierta medida por ellos mismos, acusa la gravedad del daño. Que Perú Posible,
el aliado indispensable del partido de gobierno, hasta ahora no dé su brazo a
torcer indica la profundidad del problema para Ollanta Humala.
El planteamiento de la ministra Ana Jara, quien primero dio la
alarma desde el Ejecutivo, de una modificación constitucional del proceso de
elección con mayoría calificada es muy razonable. Pero es para más adelante.
Primero tiene que resolverse el problema que el país tiene al frente: desprenderse
de las figuras cuestionadas para luego encontrar algunas idóneas.
El pedido de nuevas elecciones por parte de Keiko Fujimori unida
a la pundonorosa declinación de Francisco Eguiguren (al cual nadie cuestionó)
son indicios claros de que el nuevo Tribunal Constitucional y la nueva
Defensora del Pueblo no van. Los partidos designantes van a tener que buscar
algunos candidatos con menos resistencias.
Pero a la vez van a tener que darle más transparencia, léase más
oxígeno político, al proceso de búsqueda de un consenso. Por ejemplo, darle más
peso a las reales dirigencias partidarias y menos a los veloces operadores del
hemiciclo. Después de todo el método de cuotas bien manejado ha permitido
resultados semisatisfactorios en el pasado.
Los partidos tienen, queremos creer, figuras menos discutidas
que algunas de las recién elegidas. Es el momento de darles una oportunidad a
personas que reúnan prestigio profesional, simpatía partidaria y vocación de
independencia. Las proporciones pueden variar, pero las tres condiciones tienen
que estar presentes.
La nueva elección sugerida puede tomar un tiempo. Pero esa
demora siempre será mejor que el desenlace que acabamos de presenciar. Parte
del trabajo consistirá en apagar algunas rebeliones, que ya han comenzado,
entre parlamentarios que se sienten muy cómodos con la actual situación. Esto
exigirá estrecha colaboración de los principales partidos.
Al escribirse estas líneas la ciudadanía está aguardando la
declinación de los demás elegidos, no solo los mencionados por Ollanta Humala.
Este es un proceso en el cual por desgracia justos van a pagar por pecadores,
pero que es indispensable para desenredar la situación e impedir males mayores.
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Reacciones a la renuncia
de Pilar Freitas y la carta de Francisco Eguiguren.
Viernes, 19 de julio del 2013 | 12:30
- ‘Recetas’ para una futura elección de magistrados del TC
- Congresistas de
distintas bancadas opinaron sobre la decisión de la defensora del Pueblo electa y la intención del magistrado del TC.
- Víctor Luna Gálvez Tras el anuncio del expresidente
Alejandro Toledo sobre la renuncia de Pilar Freitas a la
Defensoría del Pueblo y
la intención de Francisco Eguiguren de declinar al Tribunal
Constitucional, congresistas de distintas bancadas y líderes políticos opinaron
al respecto.
- Sobre la decisión de Freitas, la
vicepresidenta Marisol Espinoza subrayó
que la
determinación es personal y no le compete al Congreso. “El Congreso ya hizo su parte y
culminó con la designación de las autoridades”, declaró en Canal N.
- Al respecto, el tercer vicepresidente
del Parlamento, José
Luna Gálvez, saludó la renuncia de la exmilitante de Perú Posible. “El defensor del Pueblo debe tener la
altura para oponerse, incluso al Gobierno, y velar por los intereses de la
ciudadanía”, declaró a RPP TV.
Luna apoyó la propuesta de que haya una nueva elección de autoridades.
- En ese sentido, la legisladora
fujimorista Martha Chávezexpresó que está a favor de otra votación.
El exasesor de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM) Carlos Tapia consideró que la pareja presidencial y Keiko Fujimori se “lavaron
las manos” al
criticar la elección de autoridades en el Congreso.
- En tanto, el dirigente de Perú
Posible Juan Sheput calificó
como “injustas” las críticas hacia Freitas, al igual que su copartidario Daniel Mora.
- El vocero de Solidaridad Nacional, Michael Urtecho, manifestó que “debe defenderse la independencia del Congreso”, en referencia a las opiniones de
Ollanta Humala y otros líderes políticos sobre la designación en el Parlamento.
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LA REPARTIJA
Por Raul Wiener
El miércoles, el nacionalismo, humalismo u ollantismo, llámenle
como quieran, se graduó como integrante de la clase política tradicional, con
lo mejor de sus mañas y con la misma incapacidad para escuchar la voz de la
calle y detenerse cuando todavía le quedaba tiempo. Ya había demostrado el
presidente que él podía hacer con su victoria electoral lo que quisiese,
cambiar su programa y sus alianzas, tan sólo porque tenía en sus manos hacerlo.
Pero el día de la repartija de cargos para el Tribunal
Constitucional, Banco Central y Defensoría del Pueblo, lo que salió a flote es un elemento adicional
que es el de la dictadura del número y el método de la componenda para imponer
condiciones. Ya nada diferencia al nacionalismo de los otros partidos que antes
repudiaba por coaligarse contra el pueblo.
Y de paso se puede decir que tampoco nada diferencia al
toledismo de la dictadura que antes repudió con la que se alió para poner en la
Defensoría a la persona con más cuestionamientos morales que se ha visto en una
elección como esta; y al fujimorismo que hasta un golpe le hizo a la llamada
“partidocracia”, para convertirse luego en aliado del APRA y el PPC, y ahora
perdonarle a Ollanta el no indulto a cambio de dos asientos en el Tribunal
Constitucional como los que tenía en los 90, cuando impulsó la destitución de
los magistrados que estaban contra la re-reelección.
El caballazo de miércoles ha sido tan brutal que por primera vez
en mucho tiempo los titulares de todos los diarios son convergentes en frases
como “vergüenza”, “pacto miserable”, “indignación” y otros. Cierto que unos
enfatizan lo de Freitas, otros lo de Souza y así por el estilo. Pero si hay
algo de fondo aquí es que esto no hubiera procedido si el oficialismo no se
mete a fondo en el reparto negro.
Son los miembros del partido gobernante los que se creen más
ganadores de este enjuague, ya que se llevaron tres sobre siete miembros del
TC, que parece ser lo único que les interesa y le aseguraron a Castilla y
Velarde un directorio del BCR totalmente alineado a una sola visión de la
economía. Por este aparente logro, de algún modo parecido a haber alcanzado 47
parlamentarios en el 2011 (luego convertidos en 43), se ha sacrificado no sólo
imagen del gobierno y el Congreso, sino de la democracia convertida en gobierno
contra la voluntad del pueblo.
Sabemos además como
se maneja los votos en Gana Perú, donde no hay debates ni orientación política,
sólo directivas verticales aún contra la conciencia de los votantes como en el
caso de la sanción a Diez Canseco, la ley SERVIR y ahora en la repartija de los
puestos en organismos supuestamente autónomos. La pregunta es si personas de
trayectoria honesta como Eguiguren o viejos izquierdistas como Mayorga actuarán
contra ellos mismos por una orden de Palacio.
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