PERO ¿CUÁN
FACTIBLES SON LOS COMPROMISOS DE SU MENSAJE A LA NACIÓN CON UN CONGRESO DISPUESTO A
NO COLABORAR?
Escribía María del
Pilar Tello: PPK llegó al Congreso para
expresar un legado filial que siente que no puede defraudar. Su discurso tuvo
como eje la modernidad en un país sin discriminación, una nación que —como hijo
de inmigrante ilustrado— percibe como cuna de la civilización con doscientos
años de república pero con miles años de historia. Una visión para compartir en
la que el nuevo presidente se inspira en el pasado de gloria para entender la
modernidad contemporánea con claves sociales y éticas, como igualdad de
oportunidades y respeto irrestricto a la dignidad humana y a los derechos, en
especial de la mujer.
Pero ¿cuán
factibles son compromisos de su mensaje a la nación? Si el presidente indicó
que no espera colaboración de parte de la bancada de Fuerza Popular en el
Congreso.
A CONTINUACION UNA NOTA PUBLICADA EN EL DIARIO LA REPUBLICA QUE ADJUNTAMOS POR SU PROFUNDO CONTENIDO REFLEXIVO:
LUCES Y SOMBRAS DEL DISCURSO DE PPK
Humberto Campodónico
El discurso de PPK
el 28 de julio se propuso dar una visión de país, enfatizando lo que llamó una
“revolución social”, poniendo como eje los temas de educación, salud, seguridad
y justicia. Para ello, nos dijo, es necesario poner en marcha políticas de
Estado, pues esas metas no se logran solo con crecimiento económico.
En un discurso
donde dicha visión está en el centro, puede estar demás que enumere los
objetivos y las políticas para lograrlo. Más aún cuando dentro de unos días el
Premier Fernando Zavala se presentará en el Congreso para pedir la confianza.
Será ese el momento de discutir esas políticas.
Dicho esto, hay un
tema clave que estuvo ausente: la nula mención al entorno económico
internacional que tendrá que enfrentar y que condicionará, en gran medida, la
consecución de las metas propuestas.
En los últimos 15
años hemos vivido una época de vacas gordas debido a los precios
excepcionalmente altos de las materias primas, que impulsaron los ingresos de
divisas por exportaciones y, también, ingentes recursos tributarios. Tuvimos
también un importante flujo de capitales, ya sea como inversión extranjera
directa (fábricas y comercios), ya sea en forma de préstamos con bajas tasas de
interés a las empresas o para la emisión de bonos.
Pero eso ya se
acabó. Ahora hay que prender nuevos motores que permitan relanzar el
crecimiento económico (además, claro está, de las propias políticas de
reactivación macroeconómica que nos presentarán el premier Zavala y el ministro
de Economía, Alfredo Thorne). Esa diversificación productiva hoy en día la
promueven todos los organismos internacionales (Banco Mundial, BID, OCDE).
Hasta Arabia Saudita ha planteado la “Visión 2030”, para dejar de depender de
las exportaciones de petróleo.
La diversificación
productiva debiera ser un eje central, coordinado de cerca por el Premier y por
los ministerios relacionados, comenzando por Produce. Hay varios proyectos para
diversificar, entre ellos la petroquímica, los fosfatos de Bayóvar (que hoy se
exportan como roca y luego los importamos como fertilizantes pero que se
podrían producir acá y atender las necesidades del agro), el turismo, la
producción textil de Gamarra, la de calzado en Trujillo, entre otros.
Ejemplos en la
región hay varios, comenzando con las políticas chilenas de impulso al salmón,
la madera y el papel, entre otros. Y el ministro de la producción debiera ser
el primer interesado en continuarlas, con más fuerza aún que su antecesor. Pero
ese no es el leitmotiv de Franco Giuffra.
Pasando a otro
tema: PPK dijo en su discurso que para ser un país moderno hay que resolver las
desigualdades entre ricos y pobres, emparejando el acceso a los servicios
esenciales, que hoy son extremadamente costosos para los pobres. Y también cerrar
las brechas en el acceso a la salud y la seguridad social (no habló de la
reforma de las pensiones, pero eso seguramente vendrá con el Premier Zavala).
De acuerdo. Pero
eso también se logra haciendo que paguen más los que más tienen, lo que
incrementa los ingresos presupuestales. Pero sucede que el ex ministro Segura
redujo el impuesto a la renta que pagan las grandes empresas, de 30 a 28% y,
ahora, va a bajar al 26% (supuestamente para que reinviertan, lo que no ha
sucedido), lo que cuesta 0.7% del PBI. Si de cerrar brechas hablamos, valdría
la pena revertir las políticas que las amplían y dificultan cumplir las propias
metas.
Sigamos. El
bienestar de la población depende, en buena medida, de mercados transparentes y
competitivos, lo que hoy no sucede porque tenemos mercados concentrados: dos o
tres empresas concentran más del 80% de la producción de muchos bienes
esenciales, a veces concertando precios (como en el GLP y los medicamentos).
Y no hay tampoco
control previo de adquisiciones y fusiones, como sí existe en EEUU, la Unión
Europea, Brasil y Chile. Además, la OCDE, donde PPK ha dicho que queremos
entrar en el 2021, así lo exige. Incorporar este tema en la visión de país
sería bueno. Esperemos que la desconcentración de los mercados y los controles
de las fusiones vengan con el Premier, más allá de que venga de la Backus (que
controla el 90% de mercado de cerveza), empresa a la que ha renunciado.
La visión de país
de PPK ha tenido un eje clave en la lucha contra la corrupción, lo que todos
debiéramos compartir. Se habló de la informalidad, tema que el Premier
seguramente ampliará. Finalmente, en su visión PPK nos habló de un tren a
Iquitos, lo que no convence para nada debido a sus consecuencias ambientales y
su impacto negativo en la biodiversidad. Quizá eso sea consecuencia del hecho
de que en su visión de país los temas de protección al medio ambiente y cambio
climático brillaron por su ausencia.
PD: Saludamos
que Gregorio Santos enfrente su juicio en libertad. Como debe ser.
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