CODECI-CN
Viernes, 26 de diciembre de 2008
UNA NAVIDAD DE MIERCOLES
El jueves 25, NAVIDAD 2008, ha sido un día de miércoles para el pueblo peruano y en especial para el pueblo de Carabayllo, por recordarnos lo mucho que falta por hacer por todos aquellos que viven en extrema pobreza.
A diferencia de otros años, comprobamos con mucha preocupación que en el 2008 hay más niños pobres deambulando por allí, vendiendo chicles, caramelos, o prostituyéndose en la Av. Grau o Colmena, etc.
UNA NAVIDAD DE MIERCOLES
El jueves 25, NAVIDAD 2008, ha sido un día de miércoles para el pueblo peruano y en especial para el pueblo de Carabayllo, por recordarnos lo mucho que falta por hacer por todos aquellos que viven en extrema pobreza.
A diferencia de otros años, comprobamos con mucha preocupación que en el 2008 hay más niños pobres deambulando por allí, vendiendo chicles, caramelos, o prostituyéndose en la Av. Grau o Colmena, etc.
Si cada candidato, si el alcalde de Carabayllo y sus acólitos regidores cumplieran siquiera con una pequeña parte de lo que prometieron antes de llegar al poder, seguro que veríamos menos niños desamparados.Las cifras son más que alarmantes si consideramos que solo en Lima que bordea los nueve millones de habitantes, más de la mitad vive en extrema pobreza.
La navidad nos dicen es amor, sin embargo, el amor en esta navidad de miércoles estuvo ausente, fue tan solo una hipócrita pose entre esteras y plásticos, sin paneton ni pavo que saborear mientras que nuestros políticos se ahogaban en abundante licor importado.
Que maravillosos hubiera sido por ejemplo si el alcalde Miguel Ríos o que el aspirante a alcalde el Nacionalista Reátegui les hubiera hecho llegar regalos a los niños de los asentamientos humanos, a aquellos niños faltos de amor; cubiertos con el frio de la indiferencia, quienes por cierto viven de la esperanza de encontrar algo que los haga sonreír y ser felices, aunque sea por esta noche de miércoles, que les permita creer que la navidad es para todos.
Atte.
EMILIO TORRES MELENDEZ
La navidad nos dicen es amor, sin embargo, el amor en esta navidad de miércoles estuvo ausente, fue tan solo una hipócrita pose entre esteras y plásticos, sin paneton ni pavo que saborear mientras que nuestros políticos se ahogaban en abundante licor importado.
Que maravillosos hubiera sido por ejemplo si el alcalde Miguel Ríos o que el aspirante a alcalde el Nacionalista Reátegui les hubiera hecho llegar regalos a los niños de los asentamientos humanos, a aquellos niños faltos de amor; cubiertos con el frio de la indiferencia, quienes por cierto viven de la esperanza de encontrar algo que los haga sonreír y ser felices, aunque sea por esta noche de miércoles, que les permita creer que la navidad es para todos.
Atte.
EMILIO TORRES MELENDEZ
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