Informativo Virtual Nº 349
CODECI-CN
Miércoles 10de Diciembre de 2008
Solo en el Perú suceden cosas como esta. Votamos por un Presidente y lo que tenemos es un vendedor de cebo de culebras.
Nos cuesta como país tener que aceptar como presidente personajes como Alan García que nos avergüenza con sus actos circenses, convirtiendo a nuestro país en una inmensa carpa de circo.
Lo que ocurre es que García no olvida sus viejas practicas corruptas, solo que ahora lo ejecuta en complicidad con una pandilla que cohabitan en la cloaca de donde salió los mantilla, los León Alegría, etc. etc. Un nuevo perro para el hortelano
Emilio torres
ADJUNTAMOS NOTA PERIODISTICA PARA LA REFLEXION Y LA FDIFUSION POR SU ALTO CONTENIDO REFLEXIVO
César Lévano
cesar.levano@diariolaprimeraperu.com
Día del dirigente impopular
El Presidente Alan García padeció el domingo en la Plaza de Acho una muestra vertical del embotellamiento: le llovieron botellas.La concentración había sido convocada y pagada por el oficialismo para celebrar el Día del Dirigente Popular; pero demostró hasta qué punto García es un dirigente impopular. Supuso quizá el mandatario que se iba a dar un baño de popularidad, puesto que esa misma mañana se había publicado una encuesta del Instituto de Opinión Pública de la Universidad Católica que le asignaba una aprobación de 24%.La encuesta, realizada entre el 28 de noviembre y el uno de diciembre, reitera que el jefe del Estado padece duradero botellazo de desaprobación. Sólo una cuarta parte de peruanos lo aprueba.García tuvo en Acho su domingo siete. No sólo por el apasionado abucheo, los clamores hostiles y los botellazos enérgicos, sino porque confesó sin decirlo lo disgustado que está con su situación.Por eso atacó a los “pitucos de izquierda” y dijo preferir a los “hombres de color cobrizo”.Mal agradecido el Presidente, pues todas las encuestas demuestran que los sectores sociales que lo favorecen son el A y el B, en los cuales abundan los blancos, y, en cambio, los cobrizos de los sectores D y E son quienes más lo rechazan.Claro que él hizo un deslinde: le disgustan los pitucos que son de izquierda, lo cual implica que le agradan los pitucos de derecha.¡Qué buena raza la del gobernante de un país que se puede jactar precisamente de su variedad étnica!Coincide así, peligrosamente, con cierto racismo “indigenista” que ha comenzado a proliferar en el país. Sectores radicaloides, intelectuales de bajo nivel en busca (como el Presidente) de aplausos y hasta poetas con más bilis que inspiración o señorío de la palabra, la música y la imagen, enarbolan en los últimos tiempos ese confuso, divisionista y desviador racismo.Hace treinta años, el gran historiador francés Pierre Vilar, recientemente fallecido, aclaró que en el Perú, país en el que vivió largos años, los indigenistas no son indios y los indios no son indigenistas. José Carlos Mariátegui recordó en más de un escrito que el problema del indio es económico, es social, aunque la raza es un factor a tomar en cuenta. Al doctor García le gustan los hombres de color cobrizo; pero evita frecuentarlos. El sector más cobrizo y con menos cobres es, sin duda, el rural. Sin embargo, el Presidente se niega a dialogar con los gremios agrarios. Sus visitantes asiduos en Palacio son los agroexportadores, que no son precisamente cholos.En 1969, en su libro Las civilizaciones actuales, Fernand Braudel, padre de la nueva historia gala, anotó que en el Perú el pueblo llama “blancos” a los ricos y los oligarcas.Precisamente éstos son los personajes que Alan García ama, prefiere y favorece.
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