CODECI-CN
Jueves, 14 de agosto de 2008
EL CHONGO DE PALACIO
Nadie esta en contra que el Señor Presidente García al son de la música del grupo 5 se divierta como niño que recibe su regalo por primera vez.
Pero, si estamos en contra que el mandatario de la Nación convierta Palacio de Gobierno en un escenario chichero, mientras las sufridas amas de casa la pasan de Caín para parar la olla, debido a la criminal alza de los alimentos producto del incremento del precio de los combustibles.
Jueves, 14 de agosto de 2008
EL CHONGO DE PALACIO
Nadie esta en contra que el Señor Presidente García al son de la música del grupo 5 se divierta como niño que recibe su regalo por primera vez.
Pero, si estamos en contra que el mandatario de la Nación convierta Palacio de Gobierno en un escenario chichero, mientras las sufridas amas de casa la pasan de Caín para parar la olla, debido a la criminal alza de los alimentos producto del incremento del precio de los combustibles.
Se agrega a esta situacion las dificultades que vienen enfrentando nuestros hermanos del Sur victimas del terremoto de agosto del año pasado.
La situación esta para correr y con mayor razón si no contamos con el dinero para enfrentar el salvaje incremento de los alimentos. Realmente la población tiene mas de un motivo para reclamar, esta harta no solo por el incumplimiento de las promesas del mandatario sino también, por las burlas del del Presidente Garcia quien afirma que las alzas debemos soportarla aun cuando es de su conocimiento lo miserable de nuestros ingresos.
Como podrá apreciarse, la situación es mas que preocupante al punto que las organizaciones laborales y sindicales están planteando una masiva protesta ante la insensibilidad del gobierno de turno.
Como podrá apreciarse, la situación es mas que preocupante al punto que las organizaciones laborales y sindicales están planteando una masiva protesta ante la insensibilidad del gobierno de turno.
ADJUNTAMOS DOS NOTAS PERIODISTICAS POR SU CONTENIDO REFLEXIVO
Diario El CHINO
Diario El CHINO
14-8-8
Otorongo le grita gordo a “Patadita”
“Este tipo de fiestas es el reflejo del poco respeto que les tienen a los problemas del país las autoridades de este gobierno. ¿Qué pueden esperar los burócratas si el presidente Alan García participa de una celebración mientras que los ciudadanos del sur aún se están quejando que no les han resuelto sus problemas?”, cuestionó el vocero parlamentario de Unión Nacional Juan Perry Cruz.
El pastor evangélico, de las filas de Restauración Nacional, fue más allá, y aseguró que el sólo hecho que el Mandatario cada día esté subiendo de peso, pone en evidencia que a diferencia de los peruanos que no tienen un pan que llevarse a la boca, los hace pensar que en Palacio de Gobierno no sólo se baila bien, sino que se come igual.
“¡Estos últimos meses ha engordado bastante, bastante. Está gordo, gordo!, exclamó el parlamentario, quien señaló que los ministros de Estado “no se quedan atrás”, por lo que les recomendó recorrer el interior del país y ensuciarse los zapatos para ver si bajan de peso.
Perry Cruz resaltó que por ejemplo al no conocer in situ la realidad y el sufrimiento del interior del país, el titular de Economía, Juan Valdivia, le recomendó al presidente regional de Madre de Dios que para reconstruir la jurisdicción que este mismo Gobierno ha declarado en Emergencia, que le pida ayuda económica a los otros gobiernos regionales. “¡Este nos ha salido peor que (Luis) Carranza!, exclamó.
Diario LA PRIMERA
Otorongo le grita gordo a “Patadita”
“Este tipo de fiestas es el reflejo del poco respeto que les tienen a los problemas del país las autoridades de este gobierno. ¿Qué pueden esperar los burócratas si el presidente Alan García participa de una celebración mientras que los ciudadanos del sur aún se están quejando que no les han resuelto sus problemas?”, cuestionó el vocero parlamentario de Unión Nacional Juan Perry Cruz.
El pastor evangélico, de las filas de Restauración Nacional, fue más allá, y aseguró que el sólo hecho que el Mandatario cada día esté subiendo de peso, pone en evidencia que a diferencia de los peruanos que no tienen un pan que llevarse a la boca, los hace pensar que en Palacio de Gobierno no sólo se baila bien, sino que se come igual.
“¡Estos últimos meses ha engordado bastante, bastante. Está gordo, gordo!, exclamó el parlamentario, quien señaló que los ministros de Estado “no se quedan atrás”, por lo que les recomendó recorrer el interior del país y ensuciarse los zapatos para ver si bajan de peso.
Perry Cruz resaltó que por ejemplo al no conocer in situ la realidad y el sufrimiento del interior del país, el titular de Economía, Juan Valdivia, le recomendó al presidente regional de Madre de Dios que para reconstruir la jurisdicción que este mismo Gobierno ha declarado en Emergencia, que le pida ayuda económica a los otros gobiernos regionales. “¡Este nos ha salido peor que (Luis) Carranza!, exclamó.
Diario LA PRIMERA
14-8-8
César Lévano
César Lévano
La marcha de la ira
Mañana se cumple un año del terremoto que asoló a Ica, Pisco y Chincha. La tragedia será recordada con una marcha que condensa la ira de los afectados: Ira por la lentitud en la reconstrucción, ira por las promesas incumplidas, ira por la falta de transparencia en el manejo de los fondos provenientes del fisco y de las donaciones extranjeras.El Presidente de la República, Alan García, el día mismo del sismo, había diagnosticado: “no es una catástrofe”. Después fatigó las cámaras de televisión para aparecer diciendo: “El Estado está presente y nadie se va a morir de sed y de hambre”.Ayer en Chincha ha dado a entender que en realidad la catástrofe son las víctimas.El hombre que actúa como si el Estado fuera él, quiere convencer a los afectados de que el Estado –o sea él– no tiene ninguna culpa en la desatención que padecen. El argumento se basa en que el Gobierno ha invertido 1,123 millones de soles en la zona. La pregunta surge: ¿por qué, entonces, no se ha avanzado gran cosa en la reconstrucción? ¿por qué hay allí todavía miles de pobladores sin techo, sin luz, sin agua, sin aulas?García acusa de ingratitud a los pueblos asolados, puesto que se han concedido 30 mil bonos de reconstrucción. Cada bono equivale a seis mil soles. Si el dato es exacto, significa que se han entregado en total, por ese concepto, 180 millones de soles. Es la única cifra al alcance del país. García y sus ministros tienen la obligación de investigar en qué se ha gastado el resto de los 1,123 millones. No vaya a ser que existan otras estafas como la que ocurrió en el Sistema Integral de Salud (SIS), que compró al consorcio “Plamol” y “Axis Internacional” 219 mil raciones destinadas a las víctimas del terremoto. “Plamol” pagó a su socio “Axis Internacional” 24 soles por ración, y la vendió al SIS a 34 soles. Existen, pues, razones para dudar sobre la limpieza en la reconstrucción.Aspecto neurálgico de la cuenta que pedimos se refiere a la ayuda del exterior. Ha habido quejas y dudas de los afectados, y el Estado tiene que aclarar al respecto, no sólo frente a las víctimas, sino también ante la cooperación internacional. El primer mandatario cometió ayer la imprudencia de afirmar que en ninguna otra parte del Perú la gente ha recibido tanta ayuda del Estado. Tenía que ser así, porque en ninguna otra parte ha ocurrido, bajo su actual gobierno, una catástrofe como la de hace un año.La afirmación presidencial es un insulto envuelto en una torpeza.La desgracia del año pasado desveló una realidad: Ica, el gran centro agroexportador, el alabado caso de progreso neoliberal, no tenía siquiera un hospital digno de ese nombre. La marcha de mañana recordará sin duda esa otra catástrofe, que no proviene de la naturaleza, sino de la injusticia.
Mañana se cumple un año del terremoto que asoló a Ica, Pisco y Chincha. La tragedia será recordada con una marcha que condensa la ira de los afectados: Ira por la lentitud en la reconstrucción, ira por las promesas incumplidas, ira por la falta de transparencia en el manejo de los fondos provenientes del fisco y de las donaciones extranjeras.El Presidente de la República, Alan García, el día mismo del sismo, había diagnosticado: “no es una catástrofe”. Después fatigó las cámaras de televisión para aparecer diciendo: “El Estado está presente y nadie se va a morir de sed y de hambre”.Ayer en Chincha ha dado a entender que en realidad la catástrofe son las víctimas.El hombre que actúa como si el Estado fuera él, quiere convencer a los afectados de que el Estado –o sea él– no tiene ninguna culpa en la desatención que padecen. El argumento se basa en que el Gobierno ha invertido 1,123 millones de soles en la zona. La pregunta surge: ¿por qué, entonces, no se ha avanzado gran cosa en la reconstrucción? ¿por qué hay allí todavía miles de pobladores sin techo, sin luz, sin agua, sin aulas?García acusa de ingratitud a los pueblos asolados, puesto que se han concedido 30 mil bonos de reconstrucción. Cada bono equivale a seis mil soles. Si el dato es exacto, significa que se han entregado en total, por ese concepto, 180 millones de soles. Es la única cifra al alcance del país. García y sus ministros tienen la obligación de investigar en qué se ha gastado el resto de los 1,123 millones. No vaya a ser que existan otras estafas como la que ocurrió en el Sistema Integral de Salud (SIS), que compró al consorcio “Plamol” y “Axis Internacional” 219 mil raciones destinadas a las víctimas del terremoto. “Plamol” pagó a su socio “Axis Internacional” 24 soles por ración, y la vendió al SIS a 34 soles. Existen, pues, razones para dudar sobre la limpieza en la reconstrucción.Aspecto neurálgico de la cuenta que pedimos se refiere a la ayuda del exterior. Ha habido quejas y dudas de los afectados, y el Estado tiene que aclarar al respecto, no sólo frente a las víctimas, sino también ante la cooperación internacional. El primer mandatario cometió ayer la imprudencia de afirmar que en ninguna otra parte del Perú la gente ha recibido tanta ayuda del Estado. Tenía que ser así, porque en ninguna otra parte ha ocurrido, bajo su actual gobierno, una catástrofe como la de hace un año.La afirmación presidencial es un insulto envuelto en una torpeza.La desgracia del año pasado desveló una realidad: Ica, el gran centro agroexportador, el alabado caso de progreso neoliberal, no tenía siquiera un hospital digno de ese nombre. La marcha de mañana recordará sin duda esa otra catástrofe, que no proviene de la naturaleza, sino de la injusticia.