SINGAPUR DE PAIS POBRE A PAIS DEL PRIMER MUNDO
Pese a sus muchas sombras, por la falta de libertades civiles
básicas como expresión, asociación, prensa u orientación sexual (por citar
algunos), Singapur se ha convertido un referente mundial en materia de política
económica. Merece la pena estudiar y analizar detenidamente las políticas
públicas y demás decisiones que han llevado a Singapur a convertirse en lo que
es hoy. Lee Kuan Yew supo idear hace ahora casi seis décadas un plan maestro
sobre lo que su país debía hacer para lograr convertirse en un lugar muy
próspero dentro del sudeste asiático.
El eje central de ese plan ha sido la libertad económica y una
educación puntera. En la actualidad, es su hijo Lee
Hsien Loong quien dirige el país como primer ministro del
Partido de Acción Popular, siguiendo
el camino trazado por su padre. La duda es si el marco
institucional de libertad y seguridad jurídica que han aupado a Singapur al podium mundial de la prosperidad
económica seguirán intactos una vez desaparecida la figura de
Lee Kuan Yew.
Singapur, antes y ahora
Hoy, Singapur es uno de los países económicamente más prósperos del mundo. Con
una renta
per cápita de $56.532 en 2010, se sitúa como el país más rico
del mundo. Atendiendo a su tasa de crecimiento, no es exagerado hablar de un milagro
económico.
No en vano, entre
1976 y 2014, Singapur creció un 6,81%
anualizado. Pero lo mejor es que su futuro no puede ser
más prometedor, ya que se prevé que siga ocupando el primer puesto en 2050, con
una renta de $137,710 (ajustado a poder adquisitivo de 2010).
Con apenas 5,4 millones de habitantes,
Singapur tiene un PIB de $326.500 millones. Es decir, que con la octava parte
de la población de España, Singapur produce un tercio de lo que produce nuestro
país al año. La renta ha crecido a una tasa del 4,3% anual en el último lustro
y la tasa
de paro se sitúa en un irrisorio 2%. Pero este paraíso
económico no siempre fue tan próspero.
Cuando en
1959 Lee Kuan Yew se convirtió en primer ministro, la renta
per cápita del país apenas alcanzaba los $500. Poco tiempo
después se creó la Junta de Desarrollo Económico de Singapur para diseñar e
implementar una serie de medidas económicas. Por aquel entonces, Lee Kuan Yew
decidió apostar por el sector secundario, iniciando una próspera etapa de
industrialización.
Esta visión se vio recompensada en los años 70, al lograr atraer
capital extranjero de compañías petroleras y convertirse en uno de los mayores
centros de refinado de petróleo del mundo. En la actualidad, Singapur es uno de
los líderes
mundiales en multitud de industrias con un alto valor añadido,
como es el caso de la industria petroquímica.
Claves de su éxito
Si tuviéramos que explicar cuál es la clave de su éxito de la
forma más breve posible sería, sin duda, aludiendo a su altísimo
grado de libertad económica.Según el prestigioso ranking
elaborado por la Heritage Foundation sobre Libertad Económica, Singapur
ostenta el segundo puesto del mundo, sólo por detrás de Hong
Kong.
La visión de Lee Kuan Yew hizo que intentasen aprovechar su favorable
localización, a camino entre China y Europa, y su estatus de puerto
internacional para convertirse en una de las grandes referencias del comercio
de mercancías en los mercados asiáticos. La libertad económica de Singapur
resulta evidente por dos aspectos concretos de su economía: la
baja presión fiscal y el
reducido tamaño del Estado.
Con respecto al primer punto, por ejemplo, el impuesto
sobre la renta es de los más bajos del mundo. Oscila entre
el 0%
para rentas inferiores a $20,000 y el 20% parar rentas superiores a los
$320,000. Impuestos sobre las ganancias de capital o herencias
son inexistentes.
El Impuesto de Sociedades
es del 18% y, además, existen numerosas
exencionespara empresas de nueva creación que pueden ir desde
el 50% al 100%. El tipo general de la imposición indirecta es
del 7%. Con este escenario de impuestos tan bajos, no es de
extrañar que la presión fiscal sea de tan sólo del 14% del PIB.
El segundo punto clave de su libertad económica es el reducido
tamaño del Estado. A diferencia de lo que ocurre en Europa, en donde el Estado
gasta en muchos países el 45% del PIB, en Singapur el peso del sector
público apenas asciende al 5% del PIB.
El endeudamiento público está fuertemente controlado gracias a
estrictas leyes que limitan que el Estado gaste más de lo que ingresa. Además
de los dos puntos comentados anteriormente, el Estado también ha centrado sus
esfuerzos en mejorar la educación de sus ciudadanos. Y es que, desde que Lee
Kuan Yew tomó las riendas del país, una de sus ideas más claras para aumentar
la prosperidad era que sus ciudadanos lograsen una educación del más alto
nivel.
A diferencia del resto de países de la región, el inglés fue
establecido como lengua cooficial, junto con otras tres, y es la principal
lengua utilizada en los colegios. De manera similar a como sucede en Finlandia
-referente mundial en materia educativa-, la figura de los profesores
es enormemente respetada y valorada por la sociedad. Tanto
es así que su remuneración es similar a la que reciben los científicos e
investigadores.
Por ultimo, otro de los factores clave que ha contribuido a la
riqueza de Singapur es su política de tolerancia cero contra la corrupción.
Singapur es uno de los países con menores tasas de corrupción del mundo. La
reducida discrecionalidad del gasto que tienen los burócratas singapurenses, el reducido
tamaño del Estadoy sus estrictas leyes en esta materia han
hecho que Singapur sea también un país de referencia en este ámbito a nivel
mundial.
El Estado castiga con severas penas de cárcel la prevaricación, el
cohecho, la administración desleal y demás delitos relacionados con prácticas
corruptas, llegando incluso hasta la muy discutible pena de muerte.
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