SE HA CONVERTIDO EN MENTIRA, FALSEDAD E HIPOCRESÍA.
Cada año esperamos que el año que viene sea mejor. Pero no
ocurre así. Desde hace años la navidad se ha convertido en una mentira, en una falsedad,
en una hipocresía.
Mucha gente parece
que ignora la situación por la que pasan muchas familias, en particular las
familias de los sectores marginales. En
cambio la clase pudiente celebra la navidad con espectaculares Show; fiestas
de regalos, exhibicionismo, vanidad, etc. Y cuando finaliza la risa, la música
y los cánticos, los niños pobres continúan vagando por las calles, arrastrando
su miseria, arrastrando su dolor con sus cuerpecitos débiles y sus miradas
vagas. Es la víctima inocente que cuando crece recordará que no tuvo una
satisfacción, que no tuvo amparo, recordará la porquería que fueron las
autoridades que los dejaron que continúen en su papel de recicladores, picapedreros,
vendedores de caramelos.
El niño pobre no anida en su corazón
ni en su mente, nada que la haga recordar una manifestación de amor, de
protección, de amparo. El niño pobre y marginado crece indiferente, porque la
sociedad, sus autoridades no les dio amor, le dio solamente egoísmo, apariencia
y falsedad. Entonces este niño crece vació de valores, crece resentido.
El niño pobre mira como los hijos de
la clase pudiente visten elegantes, con muchos cuidados, concurriendo a
colegios exclusivos, mira como se alimentan de manjares y están robustos y bien
vestido. Compara su existencia de privaciones y conforme va desarrollando
reflexiona en la injusticia, en la desigualdad. Entonces la pregunta ¿para
qué mierda sirve la navidad si todo va a continuar igual?
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