¿ESTRATEGIA DE FUJIMORI O SIMPLE MELODRAMA?
No cabe ninguna duda, el pobre infeliz chino ladrón y asesino es a todas luces un siniestro personaje que busca dar pena en la creencia que los peruanos somos unos imbéciles que estamos para tragarnos el cuento del papel del pobre chino.
Mas pena nos da las victimas de los estudiantes de la cantuta y los barrios altos, la familia de Andrade, Mohme y tantos otros que fueron el blanco de la prensa chicha durante su reinado como presidente del Perú.
Se presento despeinado, vestido como pordiosero, con cara de idiota y hasta llevo su estuche con pastillitas y un medidor de presión que se coloco de inmediato. Todo un espectáculo circense digno del Oscar al mejor actor.
La pregunta por el premio de los millón de reales ¿Es la estrategia de su nuevo abogado? ¿O una sugerencia de su compinche Vladimiro? Lo único cierto es que Fujimori no sabe que hacer para llamar la atención.
Definitivamente, Fujimori ha perdido toda dignidad y honor; se presenta descuidado en el aseo y en el vestir, con la única intención de inspirar lástima, pero mas que lastima causa repudio e indignación.
Fujimori ya no sabe que hacer. Se presta a este lamentable show mediático con el único objetivo de lograr su libertad para disfrutar de todo el dinero robado como lo da a entender la siguiente nota que adjuntamos.
EL TEATRO DE FUJIMORI
Dirio La Primera 18-10-13
El exdictador, que sabía que el juicio era
transmitido en directo, trató de dar lástima y no responder por el desvío de
122 millones de soles de las FF.AA. para corromper a los “diarios chicha”.
El Poder Judicial ya condenó a 29 personas en
el 2005, entre ellas Vladimiro Montesinos, el exministro de Defensa José
Villanueva y propietarios de ocho de esos medios, que fueron usados para
desacreditar a quienes se oponían al régimen fujimorista.
Un verdadero show al estilo de los libretos
elaborados durante el régimen fujimontesinista fue el que armó ayer el
exdictador Alberto Fujimori durante el inicio del juicio oral por el caso de
los “diarios chicha” ante la Cuarta Sala Penal Liquidadora de Lima, el mismo
que tuvo que ser reprogramado para el lunes 28 de octubre, debido a la presión
alta del procesado.
Poco antes de las 10 a.m., y en medio de gran
expectativa, hizo su aparición Alberto Fujimori, quien lucía medio andrajoso,
despeinado, vestido con una chompita azul delgada y un polo blanco que
desbordaba entre su chompa y el pantalón.
Sumamente desaliñado, con el cabello revuelto
en la frente, con un estuche en la mano y la expresión que hacía pensar que por
momentos estaba adormitado, Fujimori salió dispuesto a conmover a los jueces y
a la opinión pública.
Sabía que el juicio sería televisado y que en
esos momentos era visto por miles de peruanos y se preparó para ello. Ingresó
caminando pero algo agachado, falto de aseo y con la mirada indiferente, luego
se sentó cansado listo para tomarse la presión con un tensiómetro portátil
electrónico.
Ni bien se inició el proceso Fujimori empezó a
declinar la cabeza ante las cámaras queriendo dar la impresión que se
desvanecía, en lo que vendría a ser el primer acto del show.
Los médicos del Inpe que lo acompañaban lo
retiraron ante una repentina alza en la presión. Después de unos diez minutos
Fujimori regresó para proseguir el juicio, sin embargo su actitud no varió y
sentado parecía que se desvanecía.
Las imágenes en la televisión mostraban a un
expresidente mal vestido, despeinado, que a duras penas podía mantenerse
sentado y aferrado al tensiómetro ubicado estratégicamente para que las cámaras
puedan grabar y pasar en directo la evolución de su presión durante el juicio.
Así las cosas Fujimori era dueño de la
escenografía y a falta de Vladimiro Montesinos a su lado tenía a William
Castillo, quien hizo su parte solicitando a los magistrados que se suspenda el
juicio oral ante el “evidente mal estado de salud de su patrocinado”.
Con el rostro desencajado y el cabello que por
momentos le tapaba los ojos, Fujimori trató de levantar la cabeza para fijar la
mirada sobre los jueces, y la Sala decidió suspender y reprogramar el juicio
oral.
La audiencia se retomará el próximo lunes 28 de
octubre a las 10.00 de la mañana en la Cuarta Sala Penal Liquidadora de Lima,
que se ubica en las instalaciones de la sede de la Dirección de Operaciones
Especiales de la Policía Nacional del Perú (Diroes), en el distrito de Ate
Vitarte.
EL JUICIO
La recusación de las juezas Aissa Mendoza,
Carolina Lizárraga y Abigail Colquicocha solicitada por el abogado del acusado
Castillo será resuelta en paralelo con el juicio oral a Fujimori por el delito
de peculado, afirmó la Cuarta Sala Penal en momentos previos a la instalación
de la sala.
Según afirmaron, el proceso se resolverá “en
cuerdas separadas” sin interrumpir el proceso principal; el proceso se
considerará interpuesto y será resuelto por la Primera Sala Penal Liquidadora.
Sin embargo el abogado Castillo planteó que el
juicio lo lleve a cabo una sala de la Corte Suprema y no una sala de menor
jerarquía. “Veo que de manera escandalosa se ha errado el trámite procesal, lo
que acarrea la nulidad del proceso”, sostuvo. Castillo argumentó que Fujimori
es acusado por un “delito de función”, es decir, de cuando era presidente de la
República.
COMPRENSIÓN LECTORA
Al respecto, el procurador anticorrupción Julio
Arbizu lamentó el desconocimiento y falta de comprensión lectora de Castillo,
pues este pedido solo procede durante los cinco años subsiguientes al delito.
“La
defensa se dio el lujo de solicitar la declinatoria de la sala, cuando
cualquier estudiante de derecho sabe que el periodo para que los funcionarios
de alto nivel sean juzgados por una sala suprema es de cinco años. Eso revela
en el abogado tiene un profundo desconocimiento de la norma”, detalló.
SU ACTUACIÓN FUE
Para que la gente sienta pena
El analista Nicolás Lynch dijo que si Fujimori
se sentía mal hubiera dado aviso al personal del penal para que tome cartas en
el asunto. “Que se presente así llama la atención, es necesario que se
determine por la vía legal su real estado de salud”, refirió.
Para el congresista nacionalista Agustín Molina
“se exhibió a un Fujimori en mal estado de salud ante la prensa para crear un
psicosocial y que así la gente sienta pena por él, esto es un psicosocial
preparado. Trató de mostrar al pueblo que no se le puede hacer un proceso
judicial a un presidente en esas condiciones”.
Luis Iberico sostuvo que se trata de una
campaña psicosocial que busca un impacto mediático evidente. “No nos dejemos
arrastrar por estos mecanismos de sensibilización psicosocial y se juzgue como
debe ser”, declaró.
El congresista Fernando Andrade dijo que la
imagen desgastada de Fujimori es falsa y revela también la falsedad del cáncer
que decía padecer hace varios meses como excusa para pedir el indulto.
Henry Cotos / Milagros Brugman
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