domingo, 8 de junio de 2014

LOS JÓVENES SI SON EL FUTURO DEL PAIS

PERO LOS GOBIERNOS NO EXPLOTAN ESTE IMPORTASNTE RECURSO HUMANO
  • El desafío de hacer visibles y protagonistas a los jóvenes, sin que ello signifique destacar solo los actos malos en los que se ven envueltos, es una tarea enorme para la mayoría de estados de la región que viven deseando darle a la juventud el lugar que merece, pero preguntándose cómo” ANONIMO. 
    Pensar en el futuro, es pensar en su presente, porque son muchos los jóvenes de nuestro país que esperan su oportunidad para encontrar el camino a su realización. Por otro lado, no es fácil hablar de los jóvenes, y menos cuando los adultos pretendemos diseñar un modelo de joven  en una sociedad sin modelos.
CONTINUACIÓN UNA NOTA PUBLICADO POR JUAN SHEPUT QUE TRASCRIBIMOS POR SU ALTO CONTENIDO REFLEXIVO
RECAMBIO GENERACIONAL
En el Perú, desde los tiempos de Don Fernando Belaúnde, no ha habido un esfuerzo real y mucho menos liderazgo para promover un recambio generacional y así contribuir a la dotación de cuadros técnicos y políticos al país. Durante su premier gobierno, el presidente Belaúnde dotó a la administración pública de jóvenes talentosos  a los cuáles brindó una oportunidad los cuáles, luego de su paso por el Estado, se convirtieron en  un capital humano valioso, con trayectoria y experiencia, que pusieron al servicio del país por más de cuarenta años.
De ese grupo de jóvenes se puede recordar a los aún vigentes Richard Webb, PPK o a los fallecidos Manuel Moreyra, Carlos Rodriguez Pastor, Javier Silva Ruete o Valentín Paniagua, estos últimos ministros a los 29 y 27 años respectivamente. La apuesta por la  juventud, siendo riesgosa, paga con talento a los países, pues otorga lo que más se necesita para la función pública, oficio y experiencia. Algo similar ha sucedido en Colombia donde el presidente Gaviria tenía un consejo de ministros al cual llamaban “kínder cabinet” porque la mayoría no llegaba a los 30 años. Hoy esos jóvenes del ayer son los candidatos presidenciales o  los ministros más sólidos. Es la consecuencia de haber tenido una oportunidad.
La decisión del Rey Juan Carlos de abdicar en favor de su hijo Felipe ha llegado acompañada de la frase “una nueva generación reclama un papel protagonista”. Es lo que hace un hombre de Estado. Qué lejos de ello están nuestros típicos caudillos, esos que por sus pequeños cálculos, de coyuntura o personales, privan al país de un verdadero recambio generacional tal y como ha acontecido en Ecuador, Bolivia, Colombia o México en dónde junto a los presidentes Correa, Morales, Santos o Peña-Nieto han llegado al poder una constelación de jóvenes valores.

El presidente Humala no representa ese cambio generacional pues una golondrina no hace verano. No ha tomado en cuenta a nadie de su partido es decir es un caudillo más. Así está haciendo todos los méritos para seguir el camino de sus antecesores: el de privar al país del concurso de nuevos valores. 

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