PERO LOS GOBIERNOS NO EXPLOTAN ESTE IMPORTASNTE RECURSO HUMANO
- El desafío de hacer visibles y
protagonistas a los jóvenes, sin que ello signifique destacar solo los
actos malos en los que se ven envueltos, es una tarea enorme para la
mayoría de estados de la región que viven deseando darle a la juventud el
lugar que merece, pero preguntándose cómo” ANONIMO.
Pensar en el futuro, es pensar en su presente, porque son muchos los jóvenes de nuestro país que esperan su oportunidad para encontrar el camino a su realización. Por otro lado, no es fácil hablar de los jóvenes, y menos cuando los adultos pretendemos diseñar un modelo de joven en una sociedad sin modelos.
A CONTINUACIÓN UNA NOTA PUBLICADO POR JUAN SHEPUT QUE TRASCRIBIMOS
POR SU ALTO CONTENIDO REFLEXIVO
RECAMBIO GENERACIONAL
En el Perú, desde los tiempos de Don Fernando Belaúnde, no ha
habido un esfuerzo real y mucho menos liderazgo para promover un recambio
generacional y así contribuir a la dotación de cuadros técnicos y políticos al
país. Durante su premier gobierno, el presidente Belaúnde dotó a la
administración pública de jóvenes talentosos
a los cuáles brindó una oportunidad los cuáles, luego de su paso por el
Estado, se convirtieron en un capital
humano valioso, con trayectoria y experiencia, que pusieron al servicio del
país por más de cuarenta años.
De ese grupo de jóvenes se puede recordar a los aún vigentes
Richard Webb, PPK o a los fallecidos Manuel Moreyra, Carlos Rodriguez Pastor,
Javier Silva Ruete o Valentín Paniagua, estos últimos ministros a los 29 y 27
años respectivamente. La apuesta por la
juventud, siendo riesgosa, paga con talento a los países, pues otorga lo
que más se necesita para la función pública, oficio y experiencia. Algo similar
ha sucedido en Colombia donde el presidente Gaviria tenía un consejo de
ministros al cual llamaban “kínder cabinet” porque la mayoría no llegaba a los
30 años. Hoy esos jóvenes del ayer son los candidatos presidenciales o los ministros más sólidos. Es la consecuencia
de haber tenido una oportunidad.
La decisión del Rey Juan Carlos de abdicar en favor de su hijo
Felipe ha llegado acompañada de la frase “una nueva generación reclama un papel
protagonista”. Es lo que hace un hombre de Estado. Qué lejos de ello están
nuestros típicos caudillos, esos que por sus pequeños cálculos, de coyuntura o
personales, privan al país de un verdadero recambio generacional tal y como ha
acontecido en Ecuador, Bolivia, Colombia o México en dónde junto a los
presidentes Correa, Morales, Santos o Peña-Nieto han llegado al poder una
constelación de jóvenes valores.
El presidente Humala no representa ese cambio generacional pues
una golondrina no hace verano. No ha tomado en cuenta a nadie de su partido es
decir es un caudillo más. Así está haciendo todos los méritos para seguir el
camino de sus antecesores: el de privar al país del concurso de nuevos valores.
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